En una época, se instalaron fuertes debates en torno a “huella digital sí, o huella digital no”, en las escuelas porteñas, donde el principal argumento de los gremios mayoritarios de la Ciudad de Buenos Aires aseguraba que esto incrementaría el hostigamiento y la persecución contra maestros y maestras.
Al parecer, los tiempos cambiaron y, en épocas de crisis y ajuste económico, sólo algunos gremios siguen rechazando con contundencia esta medida. Hoy, la docencia de CABA lucha por mantener salarios (más o menos dignos) y sostener todas y cada una de las fuentes laborales; algo que podría cambiar significativamente si el Ejecutivo porteño avanza con el cierre de escuelas, la clausura de grados en primarias, y la eliminación de salitas en jardines de infantes.
Este martes, bajo el argumento de “modernizar las escuelas”, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, confirmó que digitalizaron el presentismo docente en todas las escuelas de la Ciudad.
“Se firmó la resolución para que, desde el próximo ciclo lectivo, el ingreso y egreso de todos los docentes sea registrado exclusivamente con huella digital. Dejamos atrás el libro de firmas en papel y pasamos a un sistema ágil, transparente y unificado”, publicó el mandatario en sus redes sociales.
“Esta medida forma parte del Plan Buenos Aires Aprende y tiene un objetivo concreto: modernizar la escuela, simplificar tareas administrativas y que los docentes puedan dedicar más tiempo a lo importante: que los chicos aprendan más y mejor”, concluyó.
Las prioridades de Jorge Macri
Desde la comunidad educativa porteña, rechazan esta iniciativa y aseguran que el Gobierno de Jorge Macri gasta millones en estos dispositivos y no invierte en infraestructura escolar ni en los salarios de maestros que están prácticamente congelados.
“El gobierno genera un conflicto y un enojo en la docencia en algo que no lo había, porque nosotros acreditamos el presentismo en un libro de firma en cada una de las escuelas que está disponible. Pero además, el enojo también nace en que Macri destina presupuesto hacia la huella dactilar cuando falta en infraestructura escolar, cuando nuestros salarios están estancados, tenemos salarios de pobreza, y un hostigamiento y una persecución constante al momento de pedirnos nuestras licencias”, explicó en diálogo con Tiempo Soledad Mosquera, secretaria General de la Asociación Docente Ademys.
La Docente y líder sindical, recordó que el gobierno porteño tercerizó la justificación de las licencias a una empresa que se llama DIENS y que viene sistemáticamente rebotando licencias a todos los trabajadores de la educación.
“Pero también vemos el ajuste en nuestros pibes y pibas, las raciones del comedor son cada vez más chicas, el intento de cierres como es el caso de la escuela 16 del distrito 14, entre otros. Entonces, hay todo un ataque generalizado a la educación pública y a la docencia”, termina.
Por su parte, Patricia Nazar, docente y delegada de UTE del Comercial 35 de Villa Lugano contó a este medio que el gobierno de la Ciudad, mientras hostiga a los trabajadores de la educación, deteriora sistemáticamente el trabajo de las y los docentes.
“No contamos con el beneficio de las horas extras, por ejemplo, con lo cual se llenan la boca diciendo que tenemos tres meses de vacaciones y trabajamos cuatro horas, cosa que no es real. De hecho vamos a seguir trabajando hasta el 19 de diciembre y el 5 de febrero tenemos que volver, o sea que los tres meses de vacaciones no existen. Pero además, nosotros tenemos mucho trabajo fuera del aula: preparamos nuestras clases, las armamos, buscamos materiales, corregimos, llevamos todos los días trabajo a nuestra casa”, explicó Nazar.
Pero no solo las y los docentes rechazan la instalación de dispositivos biométricos en todas las escuelas porteñas, las familias y cooperadoras escolares también se oponen a esta medida de Jorge Macri.
“Creo que la obligación del uso de la huella digital para marcar presencia en las escuelas no es más que otra manera de seguir ajustando como siempre por los más vulnerables. Es una manera de seguir apretando a los docentes achicando el sistema educativo, poniendo cada vez más trabas. Este acto, que pretende ser innovador, solo es una presión extra para los docentes que se la pasan corriendo de una escuela a otra en muchos casos”, argumentó a Tiempo Marian Ruibal, presidenta de las Cooperadoras del histórico Mariano Acosta.
Para la referentes de la comunidad educativa, “esta no es más que otra forma en la que este gobierno le dice a los docentes los vamos a cansar. Otro acto persecutorio que lo único que busca es agotar, cansar, incluso podría decirse que desarmar a las y los docentes que, junto con las familias y las cooperadoras escolares son los únicos pilares que sostienen una educación cada vez más desfinanciada.”