Tal vez volver al pasado no sea posible, pero el Teatro Colón consiguió una aproximación notable: como parte del proyecto «Heritage Collection» restauró una serie de cintas originales de grabaciones históricas y, entre los primeros materiales publicados, aparece un concierto de la pianista argentina Martha Argerich, en 1965, a los 24 años, apenas meses después de haber ganado el primer premio del Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin, en Varsovia, Polonia.

Se escucha el sonido de la sala, que induce la recuperación de la escena imposible del pasado, y también la perfección que se halla en los discos. El 17 de julio de 1965, la joven Argerich subió sola al escenario del Colón para interpretar la Partita Nro. 2 en do menor, BWV 826, de Johann Sebastian Bach; la Sonata para piano Nro. 7, en re mayor, opus 10 Nro. 3, de Ludwig van Beethoven; la Sonata Nro. 7 en si bemol mayor, Opus 83 I de Sergei Prokofief y una artillería de Fréderic Chopin: el Scherzo Nr. 3 en

do sostenido menor, opus 39; la Mazurka Nro. 36 en la menor, Opus 59, Nro 1; la Mazurka Nro. 37 en la bemol mayor, opus 59, Nro 2; la Mazurka en fa sostenido menor, Opus 59, Nro. 3; el Estudio en do sostenido menor, Opus 10,  Nro 4; el Nocturno en fa mayor, Opus 15, Nro 1; y la Mazurka en do mayor, Opus 24, Nro. 2.

«El Colón grabó sistemáticamente desde 1964», explica Diego Fischerman, responsable del proyecto Heritage (herencia, en inglés) con la tarea fundamental de dos técnicos, Roberto Sarfati y Diego Vila. Se aclara en la presentación del proyecto: «Sin compresión y sin reverb ni filtros agregados, rescata los armónicos originales y la presencia del sonido de la sala», a modo de explicitar los criterios que dominaron la tarea de la recuperación.

El huracán Argerich

«Si algo puedo decir de Martha es que deja la sensación, cuando toca, de que pasó un huracán y que uno apenas se da cuenta de todo lo que pasó. Sorprende siempre, al escucharla. Toca como si esa música se le ocurriera en el momento», explica Fischerman.

Y, sobre aquella noche de julio de 1965, agregó: «Te la imaginás a los 24 años después de ganar el concurso más importante del mundo, arrancando el concierto con toda esa musicalidad y en la grabación hasta sentís el clima de la sala».

El premio Chopin fue entonces, para Argerich, el salto al círculo mayor de la música. Bach, Beethoven, Prokofief y Chopin, fueron los nombres que la acompañaron aquella noche pero también en toda su trayectoria, vigente, aún a sus 82 años.

La partita de Bach que se escucha en la cinta restaurada puede confrontarse con aquel registro -luego editado en disco- en el Concertgebouw de Ámsterdam, en 1978/1979. El disco se abría con la Partita y también incluyó el Scherzo Nr. 3, que también tocó en la noche de 1965. De hecho, Argerich grabó el Scherzo para un disco aquel año, poco antes de la noche del Colón, pero luego el disco no pudo ser editado por conflictos contractuales y, cuando cumplió 70 años, EMI los editó como parte de un lanzamiento de seis CD’s.

En 2022 Argerich volvió a tocar la Partita de Bach en el Colón. En el registro restaurado de 1965 se puede advertir en aquella suite barroca, en la Sinfonía del inicio, la mixtura de la música francesa e italiana de aquel tiempo y, tal vez, una huella luego continuada por la Sonata para piano N°8, «Patética», de Ludwig van Beethoven.

«Uno tiene el diario de mañana, pero el operador de 1965 no. No dejaba de ser Argerich una pianista de 24 años y no tenía conciencia de ese concierto histórico. Gastaban para grabar la menor cantidad de plata posible. Usaban la cinta con la mitad del ancho, para poder usarla de los dos lados, y con la velocidad de registro más lenta de las dos  opciones que entonces existían. Esto es la combinación de peor fidelidad», detalla Fischerman.

Martha Argerich y el piano: una relación infinita.
Foto: Prensa

* Télam