Algo que se volvió costumbre en la Ciudad de Buenos Aires, antes que en ninguna otra jurisdicción, es el anuncio del inicio de clases del próximo ciclo lectivo. Una tradición adoptada por el jefe de gobierno porteño, Rodríguez Larreta y la Ministra Soledad Acuña, que intentan instalar, de cara a las próximas elecciones, que la educación pública es una de las políticas principales de la gestión. Esta postura se contradice con las cifras del presupuesto educativo, que se reduce cada año, con la subejecución de los montos en materia de infraestructura escolar, y con los miles de estudiantes sin vacante en todo el distrito. De acuerdo a la información vertida por la cartera educativa local, los tres niveles educativos obligatorios, inicial, primaria y secundaria; iniciarán las clases el lunes 27 de febrero y terminarán el viernes 22 de diciembre.

El adelanto, representa sumar al calendario escolar  apenas 12 días de clases, un total de 192 jornadas escolares. Cabe señalar que la Ley 25.864, sancionada en diciembre de 2003, establece que «un ciclo lectivo anual» debe contar como «mínimo» con 180 «días efectivos de clase, para los establecimientos educativos de todo el país en los que se imparta Educación Inicial, Educación General Básica y Educación Polimodal, o sus respectivos equivalentes»

En los hechos, las y los docentes y el equipo de conducción de cada establecimiento educativo, volverán a sus puestos el 6 próximo de febrero, la semana del 13 tendrán una capacitación. En el caso de la educación media, las mesas de examen para aquellos alumnos que adeudan materias se realizarán el 23 y el 24 de febrero. Desde la cartera que conduce Soledad Acuña, volvieron a argumentar que “Cada día en la escuela cuenta”. Un planteo que, expertos en educación y trabajadores del sector, ponen en duda, dado que “mayor cantidad de días en la escuela no hace una mejor calidad educativa”.

De esta manera, la gestión de Rodríguez Larreta, intenta una vez más posicionarse como el candidato nacional de Juntos por el Cambio, de cara a las elecciones presidenciales del próximo año. Los anuncios en materia educativa son uno de los caballitos de campaña del ejecutivo porteño, incluso, cuando en la práctica la realidad indica otra cosa: presupuesto educativo a la baja, (en 2021 presentaron el más bajo de la historia); más de 56 mil chicos y chicas sin vacante; mala calidad en las viandas escolares, y sub ejecución del dinero destinado a infraestructura y mantenimiento escolar, ya que, hasta enero de este año, el oficialismo porteño subejecutó 1600 millones de pesos en infraestructura.

En ese sentido, la semana pasada el gobierno porteño realizó otro anuncio electoralista: recuperar el día de clases “que se perdió” por el feriado nacional decretado tras el intento de magnicidio a la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner. El lunes 31 de octubre habrá clases con normalidad en lugar de una jornada institucional que estaba programada para esa fecha y, las y los docentes, deberán asistir un día sábado a la jornada de capacitación. Situación que infringe el estatuto docente local. El objetivo de la cartera educativa que conduce Soledad Acuña, será reducir la pérdida de días por las jornadas de Espacios para la Mejora Institucional (EMI). A partir del 2023, tres de las cinco jornadas EMI se llevarán adelante los sábados en las escuelas públicas.

La subejecución educativa en la Ciudad

En enero de este año, Tiempo realizó un informe con cifras oficiales que dejaba al descubierto el vaciamiento educativo que se profundizó en la segunda gestión de Rodr´giuez Larreta. Al realizar un recorrido por los datos oficiales sobre “ejecución presupuestaria” de la Ciudad de Buenos Aires, sale a la luz que, en los últimos 2 años del segundo mandato, mucho presupuesto que había sido asignado a la construcción de escuelas nuevas y refacción de las existentes, fue sub ejecutado; es decir, girado a otros sectores no especificados; y todo indica que lo que queda su gobierno tendrá el mismo recorrido. En 2019 el gobierno de la Ciudad destinó 1.847 millones de pesos a este sector, de los cuales ejecutó casi 1.794 millones de pesos. El resto, alrededor de 53 millones, fue sub ejecutado en diferentes áreas que no fueron detalladas.

En 2020 la Dirección General Infraestructura Escolar recibió 1.853 millones de pesos, de los cuales invirtió en diferentes obras apenas 955 millones y casi 900 millones (alrededor del 50% del presupuesto total) fue sub ejecutado. En 2021 la gestión porteña hizo un fuerte recorte presupuestario en la Dirección General de Infraestructura Escolar, pasó de 1853 millones de pesos de 2020 a $1.140 millones. Una quita de más de 713 millones de pesos que, sumados a la inflación, provocó una fuerte reducción anual. Hasta el segundo trimestre del año pasado sólo ejecutaron 485 millones de pesos y el resto fue girado a otros sectores. Al sumar todas las sub ejecuciones realizadas en los últimos años (sólo en infraestructura escolar), el gobierno porteño sub ejecutó más de 1.600 millones de pesos.

Las cifras oficiales de la ejecución presupuestaria del segundo trimestre, indican que la Ciudad gastó $3802 millones en «Publicidad y Propaganda», cifra que representa más del triple del 33% que ejecutó de Infraestructura Escolar: $1064 millones sobre los $3225 millones aprobados por la Legislatura. Con esa proyección difícilmente cumpla este año todo lo proyectado, algo que suele ser constante en los presupuestos educativos del PRO.