Las reseñas de libros ilustrados que se publican antes de Navidad tienen una intención clara: abonar la idea de que regalarle libros a los chicos sigue siendo la mejor opción. En un mundo donde el entretenimiento digital ocupa la mayor parte del tiempo libre infantil, obsequiar un libro es habilitar una posibilidad distinta. Una propuesta para sacarlos por un rato de la nube y volver a meterlos en un universo donde las historias avanzan al ritmo de las páginas de papel y no como los rodillos sin fin de los tragamonedas llamados Instagram y Tik Tok.

Pero primero hay que convencer a los padres. Tal vez estas reseñas resultarían más persuasivas si contaran con el avál de figuras influyentes, cuyas voces vinieran a confirmar que estos libros son el mejor regalo posible. Un poco como se estilaba en los estrenos de las películas, poniendo en los afiches lo que los críticos opinaban sobre ellas. Ojo, la idea no es mala.

Sería algo así: “Dijo Papá Noél: Una historia cautivante pero con moraleja jodida, ideal para amedrentar a chicos y chicas un poco desobedientes”. Otra opción: “Dijeron los Reyes Magos: Un libro con muchos dibujitos y pocas palabras, perfecto para padres que no tienen ganas de leer cuando mandan a sus hijos a la cama”. El problema es que en esta época Papá Noél y los Reyes están tan ocupados que le clavan el visto a los mensajes de los periodistas que les piden textuales. Así que habrá que conformarse con lo que diga quién firma.

Para Navidad, libros

Tres libros ilustrados para regalar en Navidad y bajar por un rato a los chicos de la nube

Regalar libros es una forma de impulsar un vínculo duradero con ellos, por eso conviene empezar a construirlo desde que los niños son chiquitos. Para ellos, Mamá tambor, de la escritora francesa Pauline Delabroy-Allard y la ilustradora belga Marine Schneider, aparece como una elección apropiada. En sus páginas se reconstruye la relación que los bebés establecen con el cuerpo materno, que en los primeros meses de vida funciona como mediador entre ellos y el mundo. Publicado por el sello Pípala de Adriana Hidalgo Editora, Mamá tambor asume el punto de vista de un bebé que va descubriendo a su madre por partes y a partir de ellas va montando la idea de un todo.

Ese narrador bebé aprende que su madre es un escudo protector, como cuando se aferra a sus piernas para pararse sin caer al suelo. Pero también su primer parque de diversiones y la primera fuente de placer: un monte al cual trepar, un hombro para recostarse o una panza para agitar como el parche de un tambor. Por todo eso, Mamá tambor es el libro perfecto no solo para que los chicos aprendan a reconocer a sus mamás, sino para que ellas empiecen a descubrirse a sí mismas como tales.

Ahora, si los chicos ya son un poco más grandes, Vida y obra de algunas nubes resulta una opción más apropiada. Escrito por Hernán Ronsino, ilustrado por Christian Montenegro y editado por Limonero, este libro reúne historias tan breves como curiosas en las que las nubes interpretan roles protagónicos. A veces en esas historias se cuelan otras. Como la del capitán de un barco que decide imitar a su colega Ahab y parte en busca de Moby Dick, pero termina persiguiendo a una nube con forma de ballena.

Tres libros ilustrados para regalar en Navidad y bajar por un rato a los chicos de la nube

O aquella de las nubes fantasma que asustaron a una niña de Valparaiso el 11 de septiembre de 1973 y a un chico de Portugal el 28 de mayo de 1926, justo cuando sus países eran cubiertos por nubarrones más aterradores. El libro imagina un oso polar que se reconoce en una nube, como si el cielo fuera un espejo, y un edificio que en lugar de ser un rascacielos es un acaricianubes. Las ilustraciones de Montenegro potencian la imaginación de Ronsino, a veces con dibujos minimalistas y otros, más bien barrocos.

En cambio, en Visión infernal, de Federico Lamas, no hay ni una sola palabra, pero eso no quiere decir que este sea un libro para nenes chiquitos. Ocurre que los dibujos de Lamas esconden fantasmas, a los que solo es posible descubrir usando unos anteojos de acrilico rojo que vienen junto al libro. Como ocurría en la película Sobreviven (They Live, John Carpenter, 1988), al mirar a través de esos anteojos se revela la verdadera naturaleza de las imágenes de este libro, editado por Libros del Zorro Rojo.

Tres libros ilustrados para regalar en Navidad y bajar por un rato a los chicos de la nube

A veces esos dibujos tienen algo de siniestro, pero lo que nunca falta en Visión infernal es un humor casi siempre ácido, cargado de ironía y con una particular perspectiva social que se parece mucho a la de la película de Carpenter. El resultado es un libro que se autopercibe juego, lúdico, con el que da gusto jugar.