Las negociaciones por la aprobación de la ley ómnibus pasean por los cien barrios porteños. Mientras el presidente Javier Milei retorna de su participación de la 54° reunión anual del Foro Económico Mundial en la ciudad suiza de Davos, sus alfiles recorrieron este jueves hoteles, despachos y cafés para lograr aprobar en tiempo récord la extensa reforma estatal que cada vez junta más rechazos que apoyos.

Este miércoles el ministro del Interior, Guillermo Francos, recibió al presidente del bloque del PRO, Cristian Ritondo, en Casa Rosada. En otra jornada de negociaciones fuera del Congreso, los dirigentes se reunieron a solas para diagramar un primer boceto que confluya la voluntad de ambos espacios que trabajan diariamente para obtener un dictamen conjunto.

El diputado llegó al encuentro después de reunirse por más de dos horas con sus compañeros de bloque en una cumbre que uno de los participantes calificó a Tiempo como “picante”. El paso de los días y la falta de certezas por parte del oficialismo inquietan a un sector del partido amarillo que empieza a desconfiar de la ingenuidad y falta de experiencia con la que se excusan desde el gobierno.

Con este escenario, Ritondo le desplegó a Francos una lista de artículos que su espacio no está dispuesto a apoyar y otros tantos que podrían sustentar sólo si se les ejecutan las modificaciones que el PRO cree necesarias. Para el partido todavía presidido por Patricia Bullrich la reforma jubilatoria, la extensión indefinida de las facultades extraordinarias y la modificación de la ley electoral no entran en discusión y no le darán ningún margen al oficialismo para que puedan avanzar en estos puntos.

Tal como lo señaló este medio, para las jubilaciones, ítem sensible para el partido, el espacio pidió que la fórmula de aumento esté anclada al índice de inflación y no sea una decisión que dependa únicamente de la voluntad del presidente. Con esta propuesta, el bloque entiende que el margen de pérdida para los jubilados no será tan significativo, al tiempo que el gobierno aún tendría un margen de ahorro fiscal, puesto que las actualizaciones se darían siempre a mes vencido.

Otro punto clave que se tocó en la reunión fue la suba de retenciones para todas las exportaciones, incluídas las de las economías regionales, que por decisión de Sergio Massa fueron eximidas del pago en octubre pasado. Este punto genera discrepancias dentro del propio bloque, puesto que una parte cree necesario dar un salvavidas de recaudación al gobierno, mientras que otro sector no quiere quedar atado a una decisión ajena.

“Los diputados provinciales vuelven a sus casas todas las semanas y se siguen cruzando con los vecinos. Hay muchos que no quieren cargar con el peso de que la misma gente que los apoyó los putee en la calle por aprobar una ley que los perjudica”, sintetizó un legislador que también adelantó la posibilidad de la reimplementación del impuesto a las ganancias, otra decisión que saben que generará un fuerte rechazo entre sus seguidores.

Con modificaciones tan delicadas para su electorado, Ritondo le pidió al titular de la cartera de Interior una solución rápida que hasta el momento no llegó. Tal como se vio a lo largo de las negociaciones que se llevaron adelante esta semana, el ministro sólo está facultado para escuchar pero no para definir, una situación que atrasa por completo cualquier tipo de definición frente al apuro que el propio oficialismo imprime en sus declaraciones.

“Nos reunimos con primeras, segundas y terceras líneas pero no nos llevamos nada concreto de la mesa. Lo único que saben decirnos es que van a acercar nuestras propuestas, pero no nos dan definiciones”, dijo a este diario un legislador del bloque amarillo. Tras la cumbre, que duró poco más de una hora, Francos se comprometió a entregarle una respuesta al presidente del bloque en el transcurso de este jueves.

La tardanza no es bien recibida entre los diputados más experimentados, quienes todavía intentan deducir si el gobierno experimenta un proceso de acefalía de liderazgo o si cranea una traición contra el palacio legislativo. “Varios partidos están pasando por alto que los traten de ‘coimeros’ en pos de ayudar al presidente, pero si sigue tirando de la soga se le va a cortar. No puede pelearse con el Congreso sin consecuencias”, sostuvo otro dirigente que se atreve a decir que el oficialismo hace estos movimientos para empujar la posibilidad de gobernar por decreto.

Esta escasez de cintura impacienta a los aliados que comienzan a dudar de la posibilidad de obtener un dictamen en los próximos días como sostiene el gobierno, que aún fantasea con la idea de sesionar este sábado en una jornada maratónica de más de 30 horas. Varios diputados dan por descartada esta posibilidad y adelantan que el tratamiento podría arrancar el jueves o viernes de la próxima semana tras el paro general que llevará adelante la CGT.

Con esta escalada de tensiones, legisladores del PRO no descartan que pueda darse otra reunión de urgencia en las próximas horas con gobernadores y dirigentes para presionar al gobierno a entregar certezas. Entre tanto, un diputado dio a conocer a este diario que, a pesar de las tensiones, también hay tiempo para recomponer viejas relaciones rotas tras la intensa campaña que protagonizaron Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich en las PASO. “Hay muchos que fantasean con volver a armar Juntos por el Cambio, con radicales y dialoguistas adentro”, reconoció entusiasmada una fuente parlamentaria. Restará esperar si vuelve o no a unirlos el espanto.