El horizonte pleno que separa el verde del campo y el cielo turquesa es la mejor invitación a devolverle el alma al cuerpo cuando se vive un verano tan intenso como cruel. ¿Mejor olvidar el presente político? Imposible, pero sí tomarse un respiro con aire rural en un lugar que combina calma con belleza, y una enorme cantidad de fiestas y festivales durante todo el año.

En apenas una hora se llega a Mercedes. El partido combina el centro de la ciudad con alternativas gastronómicas como el pueblo turístico de Tomás Jofré y el paraje Altamira. Hasta podés llegar en tren los domingos, con un servicio turístico que te deja en cada estación.

El salame quintero acá es la estrella. Un producto que tiene su fiesta, lo mismo que la galleta de campo y la torta frita. Pero hay un mundo por descubrir. Si googleaste las famosas «Tiny House», podés conocerlas y hasta quedarte a dormir en un sitio como Altos de Jofré donde los bungalows, el camping, la piscina, el restaurante y las cinco hectáreas de pleno campo te van a subyugar. Estas mini casitas de hospedaje son una experiencia ideal para estos tiempos.

Hay todo tipo de hospedajes, desde hoteles hasta casas de campo donde el lujo es el descanso. En los últimos años, Mercedes fue uno de los partidos cercanos al AMBA que más creció en visitantes turísticos gracias a las escapadas de fin de semana. «La provincia tiene turismo todo el año y en todo su territorio. Pequeños pueblitos con su gastronomía típica y propuestas de descanso y desconexión de la rutina convocan a viajes de escapadas cercanas», destaca la subsecretaria de Turismo bonaerense Soledad Martínez.

Sabores y tradiciones

Cada agosto, en Tomás Jofré se celebra la Fiesta de la Galleta de Campo, un emblema de la vida rural. ¿Cómo surgió? «Había que hacer un pan que durara más tiempo que el pan común. En la época de nuestros abuelos se hacía reparto en el campo y no se iba todos los días, se iba una o dos veces por semana y la gente de campo –que era mucha– necesitaba un pan que durara, así se inventa la galleta de campo», explicó el dueño de la panadería familia La Espiga de Oro, Adrián Manazzi.

En enero, el Pueblo Turístico Altamira celebró su 116° Aniversario con un fiestón en la Estación Ferrocarril Belgrano, calle 626 y 623 con desfile criollo, entrevero y suelta de tropillas, espectáculos musicales y expo de artesanos: aquí cada pieza se confecciona con arte y es un placer recorrer y conocer el trabajo de los emprendedores.

En Mercedes no es sólo verano. Hay una agenda de actividades para el invierno que incluye desde propuestas artísticas hasta recorridas por la huerta y el vivero municipal. El Museo de Arte de la Municipalidad de Mercedes (MAMM) ofrece talleres de experiencias lúdicas para las infancias sobre el arte y la historia del patrimonio local. Otra faceta es la natural: acá se destacan los circuitos para andar en bici, y para los más chicos (y no tanto) hay historias de dinosaurios.

La pulpería más antigua

En abril, el otoño mercedino trae la Fiesta Nacional de la Torta Frita que este año alcanza el cuarto de siglo. El atractivo es el armado, amasado y cocción de la torta frita más grande del mundo: cinco metros de diámetro, 120 kilos de harina y 1600 de grasa derretida que cuando está cocida se comparte con hasta 20 mil espectadores.

Para los amantes de la tradición, en mayo se realiza la Fiesta del Salame Quintero, tal vez el evento más famoso. Otra cita es el teatro que tiene su Fiesta Provincial cada junio. Y el momento del disfrute se extiende hasta octubre, cuando se arma la Fiesta de la Tradición y el Festival Cervecero mercedino, la antesala de primavera para la gran Fiesta Nacional del Durazno que se realiza en diciembre.

A orillas del Río Luján funciona desde 1830 la pulpería más antigua de la Argentina. Se trata de la Pulpería de Cacho Di Catarina, «el último pulpero», un símbolo de la tradición e historia rural del país, y también de la gastronomía auténtica: cuando vayas, pedite las empanadas de Cacho y la clásica picada pulpera.

El lugar mítico funcionó en plena época de malones y resistencia federal, sobrevivió a todas las crisis y 45 inundaciones. Con un ambiente típico de los lugares de antaño fue sede de filmación de películas de época. Cacho aún conserva tesoros, como un lechoncito nonato que guarda en formol, fotos y unas hojas amarillentas originales de 1874 con la orden de captura de Juan Moreira: «El asesino es de estatura regular, más bien alto y grueso, de color blanco colorado, ojeroso y con marcas de viruela».

Tomás Jofré, un destino ideal para un día de campo

Estás a sólo una hora de cambiar de aire y conectar con lo que te hace bien. A unos escasos 90 kilómetros por Ruta Nacional 5, vas a encontrarte con Tomás Jofré. Fundado en 1911 con el nombre de Jorge Born que luego lo cambió por el de la estación del ferrocarril, el pueblo gastronómico que invita a descansar con su perfil tranquilo y rural que tallaron los abuelos gringos y españoles.
Son casi 50 opciones que lo convirtieron en un polo gastronómico que siempre ofrece alternativas para volver un nuevo fin de semana. Las pastas caseras y la carne al asador son algunas de las alternativas que más se buscan, aunque el abanico es amplísimo y cada rinconcito tiene su historia, desde almacenes de campo hasta la variedad en las picadas locales donde el protagonista es el salame quintero que tiene su fiesta en estas latitudes.
Más de 100 artesanos exponen sus producciones en la plaza principal los fines de semana. Por la tarde, el paseo en sulky y los espectáculos de folclore son parte de las tradiciones que se conjugan con la popular Fiesta de la Galleta de Campo, en agosto.