Un tribunal oral en lo Penal Económico ordenó la captura nacional e internacional de Gustavo Juliá, condenado a 13 años de cárcel en España por el “narcojet” (el envío de 944 kilos de cocaína en 2011) y buscado en la Argentina por su presunta participación en el secuestro y desaparición del empresario Gastón Tallone.
Ahora, el juez del Tribunal Oral número tres Jorge Alejandro Zabala dispuso la orden de captura por una tercera causa: la exportación clandestina de siete kilos en lingotes de oro y de medio kilo en un lingote de platino, por un valor total aproximado de 207 mil dólares, con destino a Miami, Estados Unidos. Por ese hecho, que ocurrió el 4 de agosto de 2009 (antes de la condena por el “narcoavión), Juliá debía afrontar un juicio oral el 28 de agosto pasado, pero no se presentó a la audiencia de debate.
La ausencia era previsible. Juliá está sospechado de haber participado en el secuestro del empresario Tallone, ocurrido el 8 de julio pasado en el barrio porteño del Abasto. Sus familiares pagaron una cifra de entre 65 mil y cien mil dólares, pero los captores reclamaban medio millón por el supuesto robo de un cargamento de drogas.
Juliá está sospechado de haber colaborado en la logística del secuestro, del que pronto se cumplirán dos meses, lo que disminuye las posibilidades de que Tallone esté aún con vida. Su detección es reclamada por un tribunal de Concepción del Uruguay.
El secuestro del empresario se superpuso con la fecha fijada para el inicio del juicio por el contrabando de oro y platino.
El Tribunal Oral advirtió que Juliá –hijo de un ex fallecido jefe de la Aeronáutica durante el gobierno de Carlos Menem y sospechado por presuntos vínculos con el empresario Alfredo Yabrán- “no compareció ni hubo presentación alguna para justificar ello”.
“Ante la imposibilidad de comenzar con la audiencia de debate prevista para el día de la fecha por la incomparecencia del imputado Gustavo Adolfo Juliá, evaluando lo informado por el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay y ante la falta de otra explicación que fundamente de manera justificada su ausencia en el día de la fecha, corresponde declarar la rebeldía y ordenar su detención, con captura nacional e internacional”.
Juliá y su hermano Eduardo purgaron una condena a 13 años de cárcel por intentar traficar 944 kilos de cocaína con destino a Barcelona en 2011. En junio de 2020 quedó en libertad condicional y regresó a la Argentina.