Mientras toda la energía de la CGT y las CTA parece orientada a enfrentar el DNU 70/23 y la ley ómnibus y lograr el éxito del paro del próximo miércoles 24, la inflación no da tregua. La suba de precios en el mes de diciembre llegó hasta el 25,5% que implicó una inflación del 211,4% para todo 2023. La Canasta alimentaria, en el mismo mes, escaló un 30,1% y los precios mayoristas (antesala de la suba minorista de los meses posteriores) lo hicieron en un 54%.  

A este ritmo, en apenas un par de meses, los salarios quedarán virtualmente pulverizados. Estimaciones privadas indican que, sólo en el primer mes de gobierno de Javier Milei, los salarios en promedio podrían resignar un 15% adicional de su poder adquisitivo. La situación luce especialmente dramática para aquellos trabajadores que, al no estar registrados, carecen de representación sindical, ejercicio paritario y negociaciones colectivas. Los empleados del sector público también sufrirán especialmente las consecuencias de la inflación y el ajuste fiscal.

Con todo, lo que ocurra en el sector privado registrado no resulta un dato menor en tanto ofrece una pauta concreta y una referencia para el conjunto de los trabajadores. Allí las negociaciones comenzaron a realizarse entre bastidores y sin injerencia de la Secretaria de Trabajo que se ha limitado a homologar aquellos entendimientos que se logran en términos privados.

Los acuerdos por período anuales hace tiempo que han quedado atrás al igual que los semestrales. Ahora, con la aceleración de los precios, parece que los acuerdos trimestrales también resultan obsoletos y se abren camino negociaciones mensuales o, a lo sumo, bimestrales y, en general, con alguna referencia en la evolución del IPC.

Esta semana uno de los sindicatos más poderosos selló uno de los primeros acuerdos para el 2024. Se trata de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) liderada por Gerardo Martínez que acordó un incremento del 20% solo para el mes de enero (a cobrarse en febrero) con revisión en el mes de febrero. El incremento, según la letra del acta, “tendrá carácter de piso mínimo transitorio inicial y a cuenta” en tanto está sujeto a revisión hacia atrás cuando se conozcan la evolución del IPC de ese mismo mes a la vez que se discuta el incremento para el mes siguiente.

En sentido similar el SMATA que tradicionalmente sostenía negociaciones trimestrales acordó un incremento bimestral para enero y febrero de un 38,85% que será revisado según indique la inflación en el período.

SMATA acordó una suba del 38,85% en dos meses.
Foto: Pavel Golovkin / AFP

La Federación Aceitera selló en diciembre un acuerdo que implica una mejora del 41% para el primer bimestre que también será monitoreado acorde la evolución de los precios. La Federación Camionera revisó su acuerdo anterior e incorporó una suma que, en definitiva, implica un incremento del 25,1% para los dos primeros meses del año con relación a los salarios de diciembre de este año.

La Unión de Trabajadores de carga y descarga acordó una suba del 51% para los primeros tres meses del año con una cláusula gatillo de actualización automática por inflación una vez que se conozca la inflación del mes inmediato anterior. En enero la suba será del 25,5%. Los trabajadores del calzado obtendrán un aumento del 31% en el primer mes del año y del 11% para el mes de febrero. Los trabajadores gráficos actualizaron su paritaria con una suba del 23% pero sobre los haberes de marzo que, en rigor, implican una suba del 10% para el mes de enero, una mejora similar percibirán en febrero y algo menos en marzo. El sindicato de la pintura, por su parte, selló una suba del 25% solo para el mes de enero con una claúsula de revisión para la primera semana de febrero. Los trabajadores químicos obtendrán una suba del 25,5% durante el mes de enero.

Aceiteros tendrán un aumento del 41% en dos meses y revisiones por IPC.

El sindicato del Neumático logró el año pasado plasmar nuevamente un acuerdo con cláusula gatillo que garantiza, hasta marzo, subas automáticas de los salarios en función de la evolución del IPC. Además, obtendrán una suba del 4% adicional una vez que termine el período paritario pautado para ese mes de marzo.

En este pelotón no están incluidos los empleados estatales que, por el momento, solo pudieron actualizar sus haberes en la provincia de Buenos Aires con una suba del 25% que incluye un 15% por el desfasaje de 2023 y apenas un 10% para enero de 2024. Por ese motivo los gremios se negaron a rubricar el acuerdo y el gobierno provincial se vio obligado a establecerlo por decreto.

Si bien hubo algunos trascendidos acerca de la activación de la paritarias de los empleados públicos nacionales lo cierto es que no hubo negociaciones hasta el momento. Los docentes universitarios, también dependientes del presupuesto nacional que se encuentra congelado, solo esperan un incremento del 10% sobre los salarios de octubre para el mes de febrero.

Además se espera la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo en tanto el último acuerdo llegaba hasta diciembre último fijándolo en $156 mil. De ese haber dependen el monto del salario social complementario que perciben los beneficiarios de los planes Potenciar Trabajo, la jubilación mínima y el haber mínimo docente nacional. Allí sí la pelota está en manos del gobierno nacional.