Fue el mítico bandoneonista, compositor y arreglador Raúl Garello el que hace muchos años, al tiempo que lo felicitaba, le decía que había elegido el camino más difícil, un camino de soledad.
«Un día nosotros habíamos sacado Florece, el primer disco del Quinteto, y alguien me llama por teléfono (todavía no había redes ni nada de eso) y me dice: ‘Che, ¿no viste lo que salió en la revista Viva?’ ‘No’, le respondí. ‘Salió una nota recomendando tu disco’, me dicen. Fui y compré Clarín, y ahí me encontré con que había un segmento en las primeras páginas que se llamaba «Yo recomiendo» y había una notita a Raúl Garello en la que recomendaba el disco mío. Lo hizo generosamente. A los pocos días cuando lo encontré y le agradecí, él me dijo que su recomendación había sido porque el disco le había gustado de verdad y después agregó: ‘Elegiste un camino de mucha soledad’. En ese momento no lo dimensionaba, pero diez años después me di cuenta de que tenía toda la razón. Porque ya en esa época me decían que mejor mechara temas propios con temas conocidos. Y hace unos días (el gran acordeonista) Raúl Barbosa me contaba: ‘Recién ahora me piden algunos temas míos; tenés que tener en cuenta que la composición es una flor nueva, y esa flor tarda en sacar perfume y la gente la tiene que apreciar'», cuenta el violinista y compositor Ramiro Gallo.

Ramiro Gallo.
Foto: María Horton

Alquimia es una fiel representación de que ese camino nada tiene de tortuoso, tanto para el que lo escucha como para quienes lo tocan. «El grupo por momentos se convierte en una jauría de perros asesinos», dice y ríe a forma de elogio sobre los cuatro músicos que lo acompañan (Adrián Enríquez, piano; Santiago Vera Candioti, guitarra eléctrica; Lautaro Muñoz Arista, contrabajo; y Joaquín Benítez Kitegroski, bandoneón). «A mí me gusta que sea así y sobre todo también que sea así en vivo: nos divertimos mucho», puntualiza Gallo.

 También encontraron lo que definen como una nueva forma de grabar, de gran influencia en el sonido del quinteto. «Ya no grabamos más con separadores y haciendo mil ediciones uno en una sala y el otro en la otra. Grabamos todos juntos en una misma sala con un micrófono estéreo en el medio y micrófonos individuales por si hay que resaltar algo. Pero es mínimo lo que toco después en las mezclas. Lo que suena es lo que sonó en la sala. Eso quizás quita esa filigrana de la música de cámara, de disco muy trabajado en estudio, pero te da una especie de cachetazo porque parece que está tocado en vivo. Como lo escuchás en el disco, el grupo suena en vivo». Y al igual que la órbita que se adquiere una vez pero nunca se repite, Gallo reconoce que «tal vez yo tampoco ya escribo tan filigranadamente, filigranosamente –ríe–, pero eso también lo dan los años».

«Hace 25 años que vengo remando con repertorio original. Yo hice mi grupo para hacer mis temas, aunque como estrategia habría sido más conveniente incluir clásicos. Y si bien esa idea de la música que van a escuchar tus nietos se puede pensar como una música de avanzada, yo me refiero más al arco que tiene que describir una cosa nueva en el mundo cuando no tiene ningún tipo de sostén mediático, económico, ni industrial, como la música que viene armada con un marketing que la genera, que por más que sea nueva tiene más posibilidades de llegar. Esta no tiene nada de eso y por eso digo que la van a escuchar tus nietos: empezó como una flecha tirada, o mejor dicho, como una botella al mar y tarda en llegar. Y capaz que cuando llegue, si es que llega, yo ni esté vivo».

Ramiro Gallo Quinteto.
Foto: María Horton

Igual, quien escucha puede discrepar con Gallo: la música de Alquimia tiene toda la humanidad que (Emilio) Balcarce decía que regresaría, así que estará esperando a muchos cuando tiempos menos inhumanos asomen en el horizonte.

«Yo pensaba que la pandemia nos iba a volver a todos más buenos, y mirá dónde estamos», casi ríe este músico que luego de muchos años volvió a grabar con un sello del que fue fundador, y por esas cosas del arte y sus trayectorias se alejó. Shagrada Medra, «dos palabras que yo soñé», es el nombre del sello al que ahora volvió. «Es un poco reencontrarme con esas cosas y con gente que por más que uno se va siguen siendo  los mismos amigos, con las mismas búsquedas y eso para mí es una alegría enorme».



Próximos shows del Ramiro Gallo Quinteto

-Festival de Tango de Lujan. 14 de abril a las 20.30 en el Teatro Trinidad Guevara (Luján).
-Festival de Tango de Bogotá. 25 de abril a las 22 en el Teatro Colsubsidio (Bogotá, Colombia).
-Tríptico de conciertos «Sexto Sentido». A las 21 en el Centro Cultural de la Cooperación. 16 de mayo, 6 de junio y 11 de julio.



Alquimia – Ramiro Gallo Quinteto

  1. “Palabra mayor”.
  2. “El mago”.
  3. “Alquimia”.
  4. “Cuántas veces, no importa”.
  5. “El pueblo despierta”.
  6. “Onírico”.
  7. “Roberto”.
  8. “Buenos modales”.
  9. “Utopía”.
  10. “Negrita”.
  11. “Tully”.
  12. “Alfredo y Orlando”.
  13. “Rap rápido”.
  14. “Cacharro”.
  15. “Cielo turbio”.
  16. “Transición”.
  17. “Lautaro”.
  18. “Milongón”.
Foto: María Horton