La baja de retenciones a los granos y a la carne trajo a la mente afirmaciones que merecen ser cuestionadas. Los miembros de la Mesa de Enlace suelen afirmar que “el campo representa dos de cada diez puestos de trabajo en Argentina”, una frase hecha que no aclara quiénes, en el sector primario, son los que generan esos puestos de trabajo.
De esa forma se engloban todos los sectores productivos, desde la metal-mecánica hasta la producción de terneros; por eso es importante que analicemos los puestos de trabajo generados en cada eslabón de la cadena, ya que no podemos sumar al carnicero o al despostador del frigorífico en el mismo eslabón que se encuentra el puestero del campo.
En las economías regionales, que son el motor del interior productivo (sector frutícola, viñatero, yerbatero, etc.), podemos ver que el escenario es dramático: estas producciones están siendo afectadas por la suba de sus costos, la competencia desleal de productos importados y la baja demanda del mercado interno. Estas economías generan el 30 % de los puestos de trabajo del sector agroindustrial.
Estas economías regionales, en su mayoría, tienen retenciones cero desde el año 2023, y aun así son el sector más golpeado y con mayor informalidad del campo argentino. Esto nos muestra que el único problema no son las retenciones, sino también la informalidad del sector.
En el siguiente cuadro analizamos cuántos puestos de trabajo genera cada integrante del primer eslabón de la cadena agrícola, tomando como ejemplo una hectárea de trigo:

El campo ya tiene quien le baje las retenciones
La baja de retenciones anunciada por Javier Milei en la Sociedad Rural Argentina (SRA) solo beneficia al sector del campo que mayor porcentaje de la producción agrícola se lleva, y que menos puestos de trabajo genera en toda la cadena productiva: pagan los sueldos más bajos del sector.
Son los rentistas, dueños de la tierra (un bien escaso, alquilado en kilogramos de soja por hectárea), representados por la SRA; perciben un 30 % de la producción y generan entre un 0 % y un 10 % de los puestos de trabajo de una hectárea agrícola, ya que la mayoría de los campos agrícolas quedaron despoblados, muy pocos tienen un casero y pagan sueldos magros, que intentan justificar diciendo “les damos casa, luz y comida”.
El otro actor beneficiado por esta baja de retenciones fue el proveedor de insumos: multinacionales cartelizadas, asociadas a pooles de siembra, que aumentaron los costos de los insumos y se llevan un 45 % de la producción; generan solo el 20 % de los puestos de trabajo.
Ambos actores, los dueños de la tierra (quienes no viven en los pueblos donde está su campo, no consumen en los pueblos y generalmente tienen el campo por herencia familiar) y las multinacionales cartelizadas vendedoras de insumos, son los actores que menos puestos de trabajo generan, más se beneficiaron y menos riesgo corren en esta industria a cielo abierto.
Por último, el actor que más puestos de trabajo genera en la actividad agrícola es el contratista rural, con un 50 % del empleo, dándole trabajo al sembrador, ayudante de siembra, pulverizador, maquinista de cosechadora y el carrero de cosecha. Es el más perjudicado con estas políticas, con el gasoil más caro de la región, por encima de un dólar por litro, y una maquinaria y repuestos dolarizados.
Los más perjudicados y desatendidos por este gobierno son los productores arrendatarios que deben afrontar alquileres caros, que a la vez son quienes menos renta perciben (5 % de la producción); y los contratistas y los fleteros, que generan el 70 % de los puestos de trabajo del sector, quienes viven en los pueblos generando arraigo en el interior productivo.
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Las retenciones, junto a los impuestos que cobra el Estado, generan los recursos que siempre necesitamos para pagar la combi que me pasaba a buscar para ir a la escuela por la tranquera del campo donde vivía cuando era chico, siendo solo seis alumnos los que viajábamos (algo que resulta poco “eficiente” para este gobierno); de ese modo se sostienen la escuela agropecuaria y Facultad de Agronomía de la universidad pública, donde terminé mis estudios.
Gracias a un Estado presente hoy puedo trabajar y contar con la capacidad para, entre otras cosas, elaborar este informe y analizar la realidad más allá de mi situación particular.
* Ingeniero agrónomo y productor agropecuario (zona Tandil)