El público porteño tendrá la oportunidad de conocer el show que el fantástico Richard Coleman llevó por “Dublín, Londres y varias ciudades de España” durante septiembre y octubre pasado, cuando salió de gira internacional. “Básicamente me estoy moviendo con dos proyectos paralelos -cuenta-. Con la banda eléctrica Trans-Siberian Express y mis shows acústicos, en los que hago otro tipo de recorrido, de viaje. Así que hace muy poco cerré con la Trans-Siberian, que estuvo buenísimo, y ahora le toca al set acústico, que es un espacio en el cual me siento muy cómodo.”

Un show que no fue planificado con mucha antelación, pero que ante la propuesta de tocar en Buenos Aires lo decidió fácil: “Me pareció perfecto para cerrar el año, ya que no hago muchos shows acústicos en CABA. Porque se trata justamente de llevar esos proyectos a lugares donde es más difícil ir con la banda, pero como este año hice una gira por Europa (estuve en Dublín, Londres y en varias ciudades de España) quería hacer el mismo show que toqué en esas ciudades europeas acá, como para cerrar ese proyecto también.”


Residente durante cinco años a principios de este siglo en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos, Coleman conoce lo que es vivir afuera y recibir sonidos del terruño donde se nació y crio: “Es un show de una hora y cuarto, no es un show tan largo, es para que la atención permanezca y se te pase rápido. Una pasada por mi repertorio por puntos claves, por canciones que han sido las más conocidas que incluye mi carrera solista, temas de Fricción y de Los Siete Delfines; un poco de cada cosa, temas icónicos de cada proyecto: hay algunas canciones que he compuesto con Gustavo (Cerati), algunas canciones favoritas mías, alguna de Soda; hay una sensación de que son todas canciones conocidas, digamos.” 

No es que Coleman le dé a la gente lo que la gente quiere, como suele decirse. “Está armado teniendo en cuenta que no es un público con el que sé que me voy a encontrar yendo a diferentes ciudades del mundo: el argentino que está viviendo afuera, el latino que conoce nuestro rock; está hecho con esa mirada. Llevarle alguna emoción que quizás la tiene tapada, olvidada porque está viviendo afuera y no quiere pasar por eso. Está pensado desde ese punto de vista, desde esa sensibilidad y empatía con el público. Y me pareció interesante ver qué pasa con ese show acá. Pero después en enero hago un show distinto donde  necesito que el público que viene venga a trabajar conmigo el hecho artístico: el público tiene que completar el hecho artístico sino, no funciona esto.”

Y si bien no sucederá como cuando hace el Skatetronic (un “acústico” en el que se presenta con una “guitarra” que se hizo con un skate: “tiene una tabla de sonidos diferentes”), en este show habrá un “momento más instrumental, más privado, pero básicamente es un show accesible, más relajado por ese lado”.

Sin dudas un show muy Coleman el Skatetronic: “Sí”, dice y ríe al mismo tiempo el comentario del periodista. El ya legendario músico argentino (lo suyo excede largamente el rock), que tuvo la suerte de tocar junto a Ulises Butrón, Daniel Melero y Soda Stereo (y ellos a su vez la dicha de contar con él), se hizo primero famoso y luego popular al crear en 1985 el extraordinario Fricción con Gustavo Cerati. Luego vinieron giras con Charly Garcia y la formación en 1990 de otra banda que haría historia: Los 7 Delfines. Con ella hizo las delicias del público con siete álbumes hasta su disolución en 2009. Dos años más tarde (mientras era parte de la formación que acompaña a Cerati en Ahí vamos y Fuerza natural), comienza su proyecto solista.


Su amplio repertorio le permite disponer de una buena cantidad de variables y variantes a la hora de armar el playlist como para ambientar el show de la manera que más le guste prefiera o indique su ánimo. “Mi trabajo consiste en ofrecer siempre algo diferente, algo entusiasta, que el público se lleve algo nuevo, algo diferente. Por eso hay siempre nuevos arreglos o un nuevo encare o algún refuerzo en alguna parte. Cuando toco acústico siempre encuentro alguna cosita nueva en la guitarra. en alguna rítmica o alguna técnica que considero que supera una manera que tenía de tocar antes. Eso se le aplica a las canciones y también hace que las integre al repertorio. Cuando encuentro algo nuevo o extiendo una parte o le cambio la manera de tocarlo eso hace que tenga más ganas de integrar esa canción.”

Así las canciones entran y salen, cumplen, de alguna manera, su temporada en la guitarra y la voz de Coleman. Todo establecido según su propia pulsión, que claro no siempre es la misma pero que tiene que mostrar que lo hace vibrar. “Cuando ya la hago muy mecánicamente la bajo. Es fundamental que mi entrega arriba del escenario sea genuina especialmente cuando estoy solo con la viola, porque ahí no tenés cómo engañar (ríe). No voy a hacer que una canción se encienda si realmente estoy esperando a que venga el próximo tema porque este me aburre. Yo no puedo tocar así. ‘Héroes’ es una canción que toco hace 40 años, ponele, y hay años en que no la toco justamente por eso: tocarla mecánicamente no me mueve, y se trata de que sea emocionante y que sea un momento compartamos todos. Entonces la guardo. La guardo en el acumulador energético durante un tiempo, en un lugar que sé que cuando tenga ganas de tocarla va a estar ahí y va a salir fresca.”

Coleman, acústico

Guitarra de Viaje. Jueves 14 a  las 20 y a las 22:45 en Bebop (Uriarte 1658, Palermo).

Richard Coleman.