El voto del electorado porteño para renovar su legislatura se convirtió en un testeo que excede lo local. Esa es la certeza compartida por analistas y encuestadores, pero también por los comandos de los partidos que competirán este domingo. Primera fuerza opositora del distrito desde hace 18 años, el peronismo se preparó para esta jornada con un entusiasmo matizado por el realismo. Con una intención –así la presentan– estratégica. El PJ capital, asociado al progresismo, busca delinear los cimientos para una coalición de una amplitud inédita. Un “frente democrático, político y social” que en dos años pueda competir de igual a igual y ganar la jefatura de gobierno.
El objetivo de Leandro Santoro, en ese marco, es estar cerca del 30% de los votos. Para lograrlo deberá pulsear por el primer puesto con Manuel Adorni, según datos de varios campamentos. El vocero mileísta volcó en su campaña todo el apoyo del gobierno nacional.
Pero no sólo el PJ porteño tiene sus planes atados a lo que decidan las 2.526.676 personas domiciliadas en CABA y en condiciones de votar. Toda la dirigencia nacional de la oposición pondrá la lupa sobre lo que surja de las boletas electrónicas utilizadas en el distrito. En esta elección local estará en juego el 7% del padrón del país (porcentaje inferior, por otro lado, al padrón de electores tanto de Córdoba como de Santa Fe).
Un dato que será observado con detalle es el nivel de asistencia a los centros de votación. En las elecciones que se realizaron este año se registró una caída notoria en la participación, sobre todo entre los sectores más empobrecidos. En la galaxia justicialista algunas voces advierten sobre una crisis de representación en ciernes, fenómeno que –por ahora– pasa debajo del radar.
La posibilidad de una definición por el primer lugar bastante peleada, con Santoro y Adorni en la pulseada y Silvia Lospennato (PRO) desplazada a un hipotético tercer lugar, configura un escenario plausible que muchos analistas atribuyen a la incidencia de Horacio Rodríguez Larreta, anterior alcalde de CABA y cabeza de lista del espacio Volvamos Buenos Aires.
El consultor Hugo Haime, por caso, aseguró a Tiempo que las características de esta elección –sin PASO previas y con la participación de 17 candidatos– harán que el primero y el segundo difícilmente superen el tercio de los votos. “El que saque más va a lograr 30% y el otro 26%”, planteó para llamar la atención sobre una progresiva tendencia a la fragmentación.
Este proceso tendrá su señal más visible en la implosión de lo que supo ser la alianza local de PRO, UCR y Coalición Cívica. Lo que solía presentarse junto esta vez se presenta dividido: Lospennato y Larreta, cada uno por su lado, pero también Lucía Levy (UCR-Evolución) y Paula Oliveto (Coalición Cívica-ARI) al frente de sus respectivas listas. Esa segmentación, coinciden expertos en opinión pública que siguieron el comicio, incidirá mucho en lo que ocurra este domingo.
Pero –y este es un dato no menor– no será el único factor clave para el resultado. En las últimas semanas se profundizó el impacto en CABA del debate nacional, como si lo local quedara opacado por una suerte de plebiscito sobre el presidente Javier Milei, su discurso, formas y políticas. Sobre eso, Haime subrayó que la elección porteña permitirá ver “en qué proporción la gente compró el modelo Milei”.
“Milei es economía más un estilo. Hay un electorado que no sólo valora lo económico sino también los aspectos institucionales y republicanos, y de eso él no tiene nada. Desde mi punto de vista, una elección de Milei (de su candidato, Adorni) que no llegue a 30 puntos no es una buena elección”, señaló.
Otro especialista, Julio Burdman, describió la puja porteña como el primer paso de una reformulación del sistema político: por un lado, el mileísmo, y por otro un espacio al que definió como “centro progresista institucionalista” que se le opone.
“Santoro, Lospennato y Larreta tienen mucho más en común entre ellos que con Adorni”, agregó el fundador de la consultora Isasi-Burdman con algo de provocación y acaso proyectando para 2027, cuando sea el momento de elegir jefe de gobierno (elección que suele definirse en balotaje).
Este panorama explica los planes del peronismo y el progresismo de CABA para la etapa posterior al conteo de los votos: si Santoro quedara consolidado, podría invitar a figuras de otras procedencias a participar todos juntos en una gran primaria en 2027 por la candidatura a jefe de gobierno. La búsqueda sería confluir en una única lista con un gran espacio del arco político: “a lo Lula”. Aunque, claro, todo depende del número que obtenga este domingo.
Haime hizo un análisis de lo que se juega Santoro. “El peronismo, en las elecciones intermedias, nunca sacó en CABA más de 25 puntos. En elecciones ejecutivas, o cuando coinciden con las elecciones a presidente, ahí sí llega a 32 o 33 puntos. La pregunta es dónde se ubicará Santoro. Si pasa los 25 puntos y se acerca a los 30, mostraría que rompe un techo histórico”, resumió en diálogo con Tiempo.
Santoro, se sabe, es politólogo, se define como “alfonsinista” y es hincha de San Lorenzo. En un reportaje con María O’Donnell y Ernesto Tenembaum para Cenital dijo que llegar a ser primer candidato de la lista le implicó “un laburo enorme” en lo personal. “Me hice solo. ¿Qué pensás que me vinieron a buscar y me dijeron ‘vení, Santoro, ¿sos vos’? Además, yo tengo una posición que es disruptiva para la lógica tradicional del peronismo”, sostuvo allí.
Santoro votará este domingo a las 11:30. Lo hará en la mesa 1255 de la escuela primaria N° 8 de Carlos Calvo al 3100, en la comuna 5 (Almagro-Boedo). Hacia el final de la tarde irá a las instalaciones del club Ferrocarril Oeste, Caballito, lugar elegido como búnker por el frente electoral que lo acompaña y que tiene al peronismo como columna vertebral.
De todo el comando que respalda su candidatura, tres personas fueron claves: en primer lugar, el influyente abogado Juan Manuel Olmos. Apoderado nacional del PJ y titular de la Auditoría General de la Nación, Olmos quiso ir de candidato a legislador en el puesto once. Otra persona relevante fue la obstetra Claudia Negri, elegida en el segundo lugar de la lista. Vicedecana de la Facultad de Medicina (UBA), encabeza el departamento técnico del Hospital Ramos Mejía. Se la considera cercana al dirigente radical Emiliano Yacobitti. La tríada se completa con la titular del bloque de Unión por la Patria en la Legislatura, Claudia Neira, quien tuvo a su cargo cuestiones logísticas.
Los tres, junto a Santoro más decenas de dirigentes y militantes del peronismo, de espacios de centroizquierda y de otros ámbitos sociales y gremiales, creen que estar a las puertas de una oportunidad. El final del domingo definirá si califica como “histórica”. «