En un skecth de La Gambeta, un programa humorístico de streaming, de lo más gracioso de estos tiempos, el personaje de Yayo Guridi charla con sus compañeros de mesa, Eber Ludueña, Martín Vázquez y Pichu Straneo sobre la posibilidad de meter veinte mil dólares en el bolsillo del saco en un solo movimiento. “¿Cómo metés veinte mil acá? Tenés que tener un bolsillo adaptado o un sobre-bolsillo”, dice Yayo. “Bueno, bolsillo de payaso”, comenta Pichu. “El bolsillo de dealer es como el bolsillo de payaso”, acota Martín Vázquez. “Aparte porque pum -agrega Yayo- fue algo como que estamos habituados al movimiento, como que está medida la capacidad”. 

Sin nombrarlo, toda la escena remite a la cámara oculta que esta semana mostró a Marcelo Moretti, presidente de San Lorenzo, sentado en un sillón de su oficina de la sede de avenida La Plata, recibiendo un fajo de dólares de parte de una mujer supuestamente para que su hijo sea fichado en el club. El humor a veces sabe -o ayuda a- mirar más allá. “Sin contar”, se ríe Yayo en La Gambeta también simulando un diálogo fuera del aire, con las luces apagadas. Y es cierto que el propio movimiento, tan familiar, tan natural, delata a Moretti. 

La existencia de un delito en toda la acción que expuso el programa Telenueve Denuncia, conducido por Tomás Méndez, lo deberá probar una investigación judicial. El abogado y periodista César Francis, que fue candidato a presidente en las elecciones que ganó Moretti, hizo una presentación penal cuyo expediente recayó en el Juzgado Nº27 a cargo de la magistrada Laura Bruniard. Este lunes fue convocado a ratificar la denuncia, por lo que el trámite continuará su camino.

La filmación ocurrió el año pasado, meses después de que Moretti asumiera como presidente de San Lorenzo. Su credibilidad dirigencial ya estaba dañada por entonces entre distintos hechos: el despido de Rubén Darío Insúa poco después de su renovación, la pelea con el ex jugador y vocal a cargo del fútbol profesional, Néstor Ortigoza, que ahora se presenta como denunciante y sostiene que eran prácticas habituales de Moretti, el comprobante de transferencia trucho por la compra de Matías Reali a Independiente Rivadavia y las insistentes informaciones sobre guiños y gestiones ante la Casa Rosada para abrir a San Lorenzo hacia las sociedades anónimas deportivas. “Me contó Chiqui (Tapia) que fuiste a entregar el club a la Casa Rosada, la historia te va a juzgar”, le escribió Matías Lammens, ex presidente de San Lorenzo, en un mensaje de WhatsApp que circuló el año pasado. Para dar una idea de que algo de lo que surgió ahora ya se sabía, en otro tramo del chat le escribe: “En breve se va a conocer el video donde le pedís plata a gente para que sus hijos jueguen en San Lorenzo (vos sabés qué video y con quién lo hiciste)”.

Moretti dijo que se trató de una donación. No supo responder ante las preguntas de los periodistas de TyC Sports cómo una donación se recibe sin contar el dinero, sin entregar recibos y sin dejar un registro en los libros del club. Pidió una licencia por tiempo indeterminado que no alcanza. No sólo los dirigentes opositores, también los hinchas, muchos de los que incluso lo votaron, le exigen la renuncia. No le ayuda que su reemplazo inmediato, el empresario Néstor Navarro, viva en Punta del Este.

Tampoco lo ayuda que quien le entrega el dinero sea María José Scottini, mano derecha del sindicalista platense Marcelo Balcedo, detenido en Uruguay después de haber sido encontrado con medio millón de dólares en efectivo y armas de fuego. Los Balcedo, dueños del diario Hoy, son una familia poderosa en La Plata. ¿Qué hacía en esa reunión Francisco Sánchez Gamino, funcionario de la Jefatura de Gabinete de Guillermo Francos, luego despedido y a quien nadie sabe identificar en el club? Una pregunta por estas horas en San Lorenzo es quiénes financiaron la campaña de Moretti a presidente de San Lorenzo. ¿O acaso no fue la propia Scottini la que dijo que su marido fue “parte del grupo que llevó a Moretti a ser presidente del club”?

De obtenerse esas respuestas es probable que el pago de un dinero por parte de una madre para que su hijo juegue en el club resulte un relato inocente. Simón, el hijo de Scottini, ya no tiene nada que ver con el fútbol: sigue la carrera de Medicina. Entonces la trama puede resultar más pesada. Más oscura. Aunque quede todavía por conocerse otra duda: ¿quién filmó la escena? ¿Un guardaespalda de Scottini? ¿Quién tuvo esa filmación guardada durante tanto tiempo? Quien haya sido eligió, por casualidad o no, que tomara estado público horas después de la muerte de Francisco, Jorge Bergoglio, hincha de San Lorenzo. Un Papa que vivió en la austeridad. La contracara de ese sticker que circula en WhatsApp, en el que sólo se ve una mano metiendo un fajo de dólares en el bolsillo interno del saco. No se ve la cara, pero se sabe quién hace ese movimiento con tanta naturalidad.