El subsecretario de Prensa de la Presidencia, Javier Lanari, se sumó a los funcionarios de Javier Milei que salieron a cuestionar y criticar el paro general de este miércoles en contra de las políticas ajustadoras del Gobierno. Lo hizo comparando el “costo” de la medida con todas las obras que se podrían realizar en el país con ese monto. No tuvo en cuenta que fue la gestión de su presidente la que paralizó la obra pública, e incluso hizo de ello una bandera.

“El paro de la CGT le cuesta al país más de u$s 1500 millones. Con ese dinero se podrían construir rutas, hospitales y escuelas. Es una tragedia perder tantos recursos en un país con 50% de pobres”, escribió Lanari en su cuenta de X.

“¿Por qué no se construye nada de eso los otros 364 días que no paramos?”, le retrucó uno de los usuarios que respondió en esa red social. “¿Pero no frenaron la obra pública? Pónganse de acuerdo”, lanzó otro.

Una crisis inédita

El freno a la obra pública fue una promesa de campaña de Milei, y sus efectos comenzaron a percibirse incluso antes de su asunción. “Javier Milei ratificó, como Presidente electo, sus anuncios de campaña. Ya selló el primero: frenó la obra pública a lo largo y ancho de la Argentina”, advertía a fines de noviembre el entonces ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.

Días atrás, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, alertó que el sector atraviesa una crisis “inédita” y que la paralización de la obra pública “seguirá por un largo plazo”. Su cálculo de la deuda del stock de las cerca de 3500 obras inconclusas ronda los 300 mil millones de pesos, dijo a Noticias Argentinas.

“Hay desde grandes obras de infraestructura hasta lo que se dice cordón cuneta. Entre aquellas que ya han sido facturadas y la que está en trámite, la deuda debería ser del orden de los 300 mil millones de pesos”, detalló.

Mientras Katopodis aseguró que “no se frenará la obra pública bonaerense”, en otros distritos ya se sienten los efectos de esa paralización. En Salta, por caso, el secretario general de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Rubén Aguilar, afirmó que más de la mitad de los trabajadores de la construcción que dependían de la obra pública ya perdieron sus trabajos.