Días atrás, en fechas alusivas al inicio del último gobierno de Facto en Brasil, Valter Pomar, un legendario dirigente de las alas izquierdas del Partido dos Trabalhadores y catedrático en Relaciones Internacionales, fue uno de los impulsores de un manifiesto que afirma “Sin amnistías para golpistas de ayer y de hoy”. Se busca condenar tanto el golpe de 1964, como a otros intentos de asonadas de la historia brasileña, como el que provocó el suicidio de Getulio Vargas y en especial la intentona del 8 de enero de 2023.
El manifiesto es un llamado de atención a la actual administración de Lula, que según lo que expuso Pomar en una entrevista a TV 247, considera un “error del gobierno” desmovilizar las actividades relacionadas a rememorar el golpe de Estado de 1964, tanto el año pasado como en este 2025: “Eso forma parte de una concepción que tiene que ver en la relación del gobierno con la cúpula de las Fuerzas Armadas, para centrar el ataque al bolsonarismo y los sectores que apoyaron explícitamente el intento de golpe. Pero es una equivocación, el gobierno debería dirigir un proceso de movilización de la sociedad brasileña, de reflexión del golpe del 64, porque tiene relación directa con el fracaso el 8 de enero de 2023. Es la misma concepción, son las mismas instituciones, son los mismos propósitos”.
El planteo de Valter Pomar se da en un contexto de debate interno en el Partido dos Trabalhadores. Luego de un interregno de 12 años, provocado por el golpe institucional al gobierno de Dilma Rousseff y la proscripción de Lula en 2018, el PT encara un proceso de elecciones internas directas para renovar sus autoridades que den marco a su responsabilidad como partido de gobierno.
El sábado 4 de abril, en Porto Alegre, Río Grande do Sul, se realizó el 9° Congreso Nacional de la Corriente Articulación de Izquierda. Allí estuvo Pomar, como candidato a la presidencia del PT, quien expuso sobre las perspectivas y desafíos del partido más grande del continente. En ese marco, Tiempo conversó con Pomar para hacer un balance de la política brasileña.
–¿Qué balance hace del gobierno de Lula?
–Es un gobierno en disputa y su principal desafío es derrotar la dictadura del capital financiero y de los agronegocios.
–¿Cómo caracteriza a la derecha en Brasil y la región?
–Son dos derechas: una derecha neoliberal tradicional y una derecha neoliberal fascista. La tradicional perdió gran parte del apoyo que tenía. En tanto que la extrema derecha tiene importante apoyo de sectores del pueblo.
–¿Cómo afecta el ascenso de las derechas en la región?
–El “ascenso” es de la derecha fascista. La otra derecha no está en ascenso. Pero sí, los fascistas son una amenaza directa e inmediata porque son violentos y por tener apoyo en sectores del pueblo.
–¿Qué papel juegan las elecciones internas hoy en el PT? ¿Cuál es la configuración de propuestas y en qué se destaca su espacio político?
–A depender del resultado de la elección interna del PT, cambiará el tipo de victoria que podremos tener en 2026. De ganar nosotros, aumentan las chances de una victoria en mejores condiciones que en 2022. Y más importante aún, si vencemos aumentan las chances que el PT siga siendo un Partido de las y los Trabajadores. Así mismo la herencia de Lula va a depender de la elección interna del PT.
–¿Qué opina de la situación de Jair Bolsonaro? ¿Ya queda fuera de 2026?
–Es preciso que Bolsonaro sea condenado y encarcelado. Creo que este cavernícola no estará en 2026. Pero esto no significa el fin del bolsonarismo. Porque a pesar de esto, la extrema derecha es mayor que el bolsonarismo. Paradójicamente, la prohibición de Bolsonaro puede ayudar a las dos derechas a presentar un único candidato en 2026. «