Las dificultades para la inscripción de las candidatas opositoras para disputar la presidencia de Venezuela el próximo 28 de julio comenzó a resquebrajar las alianzas regionales con las que cuenta Nicolás Maduro. Tras un comunicado contundente de Colombia durante esta semana, llegó el pronunciamiento del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. «Estoy tranquilo», dijo durante una conferencia de prensa antes de considerar «grave» las trabas para que Corina Yoris, electa como sustituta de la inhabilitada antichavista María Corina Machado por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD). El Grupo de Puebla también pidió explicaciones en un comunicado.

Las de este jueves fueron las primeras declaraciones públicas del brasileño sobre el tema de las elecciones en Venezuela. «Estoy tranquilo, pero me sorprendí con la decisión de, primero, la candidata que fue prohibida, indique una sucesora. Fue un paso importante», estimó. «Ahora, es grave que esa otra candidata no haya podido ser registrada. Ella no fue prohibida por la Justicia», dijo ante su par de Francia, Emmanuel Macrón, que también fue un actor clave en el diálogo entre el Ejecutivo venezolano y la oposición.

Para Lula lo sucedido con Yoris «no tiene una explicación jurídica ni política» y manifestó que quiere que las elecciones «sean hechas igual» que en Brasil «con la participación de todos». Antes de llegar a este posicionamiento, la Cancillería brasileña había manifestado su «preocupación» y, aunque el tono podría haber sonado leve, en realidad, marcó el paso para el giro en la política de relaciones con el país vecino.

Corina Machado, candidata inhabilitada.
Foto: AFP

De hecho, el diario paulista Folha, contó que ese pronunciamiento fue consultado a Noruega, el país observador en el proceso de diálogo que se lleva adelante entre el Ejecutivo venezolano y el sector de la oposición nucleada en la PUD -cuyo sello electoral es la Mesa de Unidad Democrática y congrega a Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, entre otros partidos-.

Situación en Venezuela

Estas elecciones en Venezuela fueron convocadas en el marco del Acuerdo de Barbados, que se gestó durante más de tres años, en acompañamiento del país nórdico como de los sudamericanos Colombia y Brasil. Allí, se pautaron derechos políticos, garantías electorales y levantamiento de sanciones, entre otros puntos, que la oposición denuncia que no se están cumpliendo. Por ejemplo, esperaban -al igual que sus aliados estadounidenses y europeos- que las autoridades levantaran la inhabilitación por 15 años contra Machado -acusada de corrupción-, la candidata que ganó las primarias de la PUD el año pasado.

Pero eso no sucedió. En una jugada que buscó adelantarse a esos hechos, la PUD presentó como alternativa a Yoris, pero el terreno se empantanó y tampoco lograron inscribirla. Finalmente, sobre el filo del cierre de inscripciones el Consejo Nacional Electoral venezolano y la oposición anunciaron el internacionalista, diplomático y exembajador en Argentina, Eduardo González Urrutia.

Lula, además de dar a conocer esta nueva postura, contó que en febrero de este año mantuvo una reunión con Maduro tras el encuentro de la Comunidad del Caribe (Caricom), que se realizó en San Vicente y las Granadinas.

«Le dije que lo más importante para restablecer la normalidad en Venezuela era no tener problemas en el proceso electoral, que la elección fuera convocada de la forma más democrática posible. El hecho de que una candidata haya sido prohibida por la Justicia (por Machado) no era un agravante, porque ustedes no pueden olvidar que aquí en Brasil yo fui prohibido de ser candidato cuando estaba primero en todas las encuestas de opinión pública y ¿qué hice? Indiqué un candidato, perdimos las elecciones, pero eso hace parte del juego democrático. Participé y perdí, paciencia», relató.

Fue en ese momento que el mandatario brasileño, dijo, le hizo un pedido directo a su par, que pareciera no estar cumpliéndose: «Garantizá que sea lo más democrático porque es importante para Venezuela volver al mundo con normalidad». De hecho, en medio del clima de tensión que se vive, la diplomacia venezolana rechazó la preocupación manifiesta por Brasil: calificó de «gris» e «injerencista» este último comunicado de Itamaraty. «Pareciera haber sido dictado desde el Departamento de Estado de los Estados Unidos, donde se emiten comentarios cargados de profundo desconocimiento e ignorancia sobre la realidad política en Venezuela», acusaron desde el Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano y criticó que no se hayan pronunciado por «los intentos de magnicidios y de desestabilización».