La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, se mostraron convencidos de que el acuerdo de libre comercio negociado con Mercosur tendrá los apoyos suficientes en el seno de los 27 para ser firmado finalmente «dentro de tres semanas», a pesar del «ligero» retraso obligado por la presión de Francia e Italia.

«Después de 26 años de negociaciones, un ligero retraso de tres semanas, es tolerable», dijo Von der Leyen en una rueda de prensa en Bruselas, al término de un Consejo Europeo en el que Mercosur no formaba parte de la agenda formal, pero que finalmente fue parte de los debates por las dificultades para que los 27 dieran su mandato a la jefa del Ejecutivo comunitario para viajar a Brasil a firmar el pacto. «Confío en que tendremos la mayoría suficiente, aún hay trabajo por hacer», añadió.

Costa, que tenía también previsto acompañar a Von der Leyen en la firma, puso igualmente en valor que se vayan a dar las condiciones para la firma en apenas tres semanas, tras superar 26 años de negociaciones. Además, destacó el trabajo de la Comisión para responder a las inquietudes de los agricultores y sacar adelante las salvaguardas y cláusulas espejo que reclama el sector para mitigar el impacto del acuerdo.

Von der Leyen, por su parte, explicó el retraso en la necesidad de contar con «algunas semanas adicionales» para «abordar» cuestiones pendientes con algunos Estados miembro. De este modo, el entendimiento no será rubricado en Foz de Iguazú, durante la cumbre en la que Brasil traspasará la presidencia del Mercosur a Paraguay.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló que la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, le pidió más tiempo para analizar la aprobación del tratado. “Si tenemos paciencia de una semana, diez días o un mes, Italia estará con el acuerdo”, aseguró el mandatario.

Pese a que Brasil había advertido que “no habrá más acuerdo” si no se firmaba este fin de semana, fuentes oficiales confirmaron que el Mercosur aceptó la prórroga. Italia y Francia buscan mayores garantías de protección para sus sectores agropecuarios, uno de los principales focos de resistencia al tratado.

Las presiones internas incluyeron reuniones de alto nivel en Bruselas y advertencias de legisladores europeos sobre la posibilidad de conformar una minoría de bloqueo, que requiere el rechazo de al menos cuatro países que representen el 35% de la población de la Unión Europea.

En paralelo, masivas protestas de agricultores se registraron en las calles de Bruselas contra el acuerdo UE-Mercosur. La policía intervino con gases lacrimógenos y camiones hidrantes luego de incidentes frente a edificios oficiales. Adentro, el tema principal de debate, sin embargo, no era el acuerdo sino el posible uso de fondos rusos para continuar la guerra en Ucrania, que finalmente se laudó con un préstamo de 90.000millone de euros.

Rechazos en las calles

Varios miles de agricultores llegados de distintos países europeos bloquearon desde primera hora de este jueves el centro de Bruselas con cientos de tractores para protestar contra el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur y advertir del impacto que podrían tener los recortes previstos en la Política Agraria Común (PAC).

A falta de un recuento oficial, los organizadores hablaban de una asistencia de unos 8.000 manifestantes y contar con cerca de 500 tractores para bloquear accesos a la ciudad y al barrio europeo, en donde este mismo jueves se celebra una cumbre de líderes de la UE.

Tras las primeras horas de marcha y el impacto en el tráfico y transporte público de la ciudad, los primeros altercados se registraron pasado el mediodía, cuando los manifestantes llegaron al barrio europeo y la Policía lanzó gases lacrimógenos y cañones de agua.

Los países de Mercosur y la Comisión Europea, que habla por voz de los 27 en materia comercial, contaban con firmar el acuerdo el próximo sábado, 20 de diciembre, en los márgenes de una cumbre en Foz de Iguazú, días después de que se cumpla un año desde que se anunciara en Montevideo el fin de las negociaciones.

Sin embargo, para que esta firma fuera posible y permitir así su entrada en vigor provisional a la espera de que se cumpliera el proceso de ratificación completo, Von der Leyen necesitaba un mandato de los Veintisiete, que fuera adoptado por una mayoría cualificada de los Estados miembro.

El aviso del presidente de Francia, Emmanuel Macron, de que el acuerdo en su estado actual sigue sin ser aceptable para su país complicaba la luz verde del mandato, pero seguía sin sumar la minoría de bloqueo necesaria para frenarlo pese a las reservas de otros socios como Polonia, Hungría, Austria y Bélgica.

Finalmente, fue la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, quien este mismo jueves avisó que veía prematuro firmar el pacto, pero estaba dispuesta a hacerlo más adelante, cuando se respondiera a las reclamaciones de los agricultores, lo que frustró la firma del sábado.

De hecho, Lula y Meloni mantuvieron una llamada telefónica este mismo jueves para constatar que no se daban las condiciones para mantener la ceremonia prevista en Iguazú, pero no cerrar la puerta a la adopción del pacto comercial el próximo mes.

Entre las claves para contar con el apoyo de Roma están las salvaguardas acordadas esta misma semana entre el Consejo (gobiernos) y el Parlamento Europeo, que entre otras cosas prevé la vigilancia de los mercados y medidas para suspender la importación de productos sensibles si se constatan fuertes distorsiones para los europeos.

Estas medidas, sin embargo, están aún pendientes de su adopción definitiva por parte de los colegisladores europeos y no podrán estar en vigor antes del mes de enero.

Se trata de un calendario que también apuntó Macron a su llegada a la cumbre en Bruselas, al pedir esperar hasta ver que las medidas se materializan y que se desarrollan otras iniciativas anunciadas por Bruselas pero aún por concretar, como el refuerzo de los controles en las aduanas.

ALG con Europa Press y NA