Como sucede con cualquier mito urbano, siempre hay varias versiones. De Banksy, el grafitero que ya es leyenda, se dice que en realidad no es una persona determinada, sino un grupo de artistas que se esconde detrás de ese nombre. El misterio sobre la identidad suele hacer más interesante cualquier producción artística. Quizá por eso la identidad de un escritor como Thomas Pynchon no termina de revelarse y apenas circulan sobre él unas escasas fotos juveniles en que aparece vestido de marinero.

Curiosamente, ocultar la identidad aumenta las expectativas del público. Periódicamente, además, alguien asegura haber descubierto quién se esconde detrás de un personaje sin rostro. Esto es precisamente lo que acaba de suceder con Banksy. El periodista Craig Williams ha realizado una investigación cuya conclusión parece contundente. Según Williams bajo el seudónimo Banksy se oculta Robert Del Naja, líder del grupo musical Massive Attak.

Tiene un argumento que considera contundente : desde la década del 90 las giras de sus conciertos coinciden con las aparición de sus grafitis en diversas ciudades de Europa y Estados Unidos. Por otra parte, Robert Del Naja, en la década del 80, antes de formar su banda, fue grafitero. y en diversas oportunidades dijo mantener con Banksy una relación de amistad, ya que tanto la banda como el artista nacieron en Bristol.

Williams también afirma que podría tratarse de una obra colectiva de un grupo del que Del Naja formaría parte. Por toda respuesta el músico aludido ha dicho: “Todos somos Banksy”. Lo cierto es que la imprecisa identidd de Banksy se ha convertido en el ingrediente principal del interés que generan sus grafitis.

Hace pocos meses, un estudio que se autodenominaba como “científico», lo que puede leerse como sinónimo de “indiscutible” aseguraba que con infalibles métodos policiales utilizados para buscar criminales, se había llegado a la conclusión de que Banksy era en realidad Robin Cunningham, un inglés de 42 años. El estudio había sido realizado por investigadors de la Universidad Queen Mary de Londres, quienes analizaron más de 140 lugares en los que había grafitis de Banksy. Establecieron así un “perfil geográfico” del artista que coincidía bastante con el Gunningham.

Un poco más tarde, un famoso grafiti de Banksy desaparecía misteriosamente, muy en concordancia con el misterio sobre la identidad del artista. Seguramente la identidad de Banksy seguirá alimentando la imaginación y aparecerán nuevos estudios e investigaciones de carácter “definitivo” que serán tan efímeros como los anteriores. El misterio sobre la identidad del artista del grafiti forma parte de la obra misma Banksy y acaso sea una espontánea o elaborada operación de marketing que contribuye a hacerla visible y a mantener el interés por ella.