La práctica textil de la Randa, malla tejida declarada de Interés Cultural Patrimonial Inmaterial por el Ente Cultural de Tucumán en el año 2015, es bordada por un grupo de mujeres que viven en la Comuna Rural de El Cercado, departamento de Monteros, provincia de Tucumán. Diversas muestras de esta práctica están expuestas en este momento y hasta el mes de diciembre en la Casa Histórica de Tucumán, es decir en la provincia misma de donde proceden las tejedoras.

La muestra se llama Randa Testigo y fue expuesta ya en el Museo del traje en Buenos Aires y s puede visitarse de forma virtual, con acceso abierto y federal, a través de la web.

Los trabajos de la artista plástica Carlotta Beltrame, realizados con randas, también forman parte de la exposición.   

Alejandra Mizrahi es la encargada del guión curatorial y habló sobre la muestra y sobre la importancia de la difusión de este bien cultural para que no se extinga.

-¿En qué consiste el tejido de la randa?

-Es un tipo de encaje. Los encajes se hacen a bolillo o a la aguja. La randa es de los que se hacen a la aguja. Su técnica es de las más antiguas que se pueden encontrar, es anterior al encaje de bolillo. El bolillo es una técnica un poco más sofisticada.

-¿Las tejedoras de randas suelen trabajar en conjunto?

– Ellas pertenecen a una comunidad donde hay 50 tejedoras. Se autodenominan randeras. Dentro de ese grupo, hay otros grupos de randeras que trabajan de manera conjunta compartiendo trabajos, compartiendo encargos.

Las tejedoras de encajes de bolillo de Camariñas se juntan a tejer y mientras trabajan cantan. ¿Esto también lo hacen las randeras)

-No las he escuchado cantar, pero sí se juntan para trabajar en los patios de sus casas en El Cercado, departamento de Monteros. Siempre las ves en grupos porque, además, en una familia tejen la abuela, la madre, la hija. Es algo que se transmite de generación en generación. Por lo general, cuando uno va a El Cercado ve a grupos de mujeres tejiendo.

-¿La randa es una técnica de los pueblos originarios?

-No. Es una técnica que viene con la Colonia. En 1565, cuando se funda Ibatín, la primera capital de Tucumán que luego se traslada, lo traen las damas castellanas que vienen con los colonizadores. Lo curioso es que Ibatín está solo a cinco kilómetros de El Cercado, lugar donde hoy se sigue tejiendo. Ya hace cinco siglos que se realiza esta actividad en ese territorio.

-¿Además de piezas ornamentales, que otras piezas se pueden hacer con ese tipo de encaje?

– Hay diversas tipologías. El tapete y los caminos de mesa son las formas ornamentales domésticas, pero también se hacen cuellos para las prendas, puntillas para las terminaciones, entredós para unir telas. Dentro de la familia de los tejidos pertenece a la familia de los tejidos ornamentales no funcionales, no tiene una función específica, por ejemplo, como abrigo. Viene del mundo de la liturgia, de las albas que los curas llevaban bajo la sotana como una de las capas del atuendo, de los manteles de los altares.

-¿En qué tipo de material se realiza?

-En hilo cien por cien algodón, mercerizado, industrial. Hay registro de que se realiza con ese mismo hilo desde hace un siglo. Seguramente antes se hacía con lino, con algodón más rústico.

-¿Tiene algo que ver con el tejido paraguayo del ñandutí?

-Sí, porque también el ñandutí es  un tipo de encaje a la aguja. En Sudamérica está el ñandutí, el encaje ju que es muy parecido a la randa que se hace también en Paraguay y la renda que se hace en Brasil. Todos son encajes que vienen con la Colonia pero que en el territorio americano toman características particulares como los puntos de bordados que se hacen en las mallas, como los dibujos, las escalas de abertura de las mallas. La malla es básicamente una red bordada. Tienen la misma técnica de las redes de pesca, pero en miniatura.  

-¿Quien vaya a ver la muestra tendrá la posibilidad de hablar con las mujeres que hacen estas piezas?

-Sí. Estamos haciendo muchas actividades. La semana pasada hicimos una feria en el patio de la Casa Histórica, lo que es muy interesante. Generalmente en la Casa Histórica se hacen muestras de objetos que tengan que ver con la Independencia, pero ahora, debido a la muestra temporal,  aparecen salas repletas de mujeres artesanas del mismo Tucumán, lo que tiene una importancia muy grande para ellas y para toda la comunidad. Hay una randera que va a hacer demostraciones de la técnica y que más adelante dará talleres. Estamos programando varias actividades hasta diciembre.     

-La muestra ya estuvo en Buenos Aires, ¿no es así?

-Sí, ya estuvo el año pasado en el Museo del Traje de Buenos Aires y ahora la hemos traído al Museo Nacional de la Independencia. Lo interesante aquí es que la muestra tiene dos partes. Una se puede ver en la Casa Histórica y otra en el Centro Cultural de la Universidad Nacional de Tucumán que está a cuatro cuadras de la Casa. Yo trabajo en la Universidad en la carrera de Diseño de Indumentaria y muchas de las propuestas que tiene que ver con el vestido, con el textil en sí mismo vienen de ese trabajo que estoy haciendo en la Universidad.

-Hay un video de la muestra que se hizo en Buenos Aires. ¿Qué se puede ver en él?

-El guión curatorial de la muestra tiene tres ejes: Corporalidades, Materialidades y Hábitat. Hemos preparado un material audiovisual con la realizadora Alina Bardavid que muestra estos tres ejes. En Buenos Aires hemos mostrado Materialidades y Hábitat y ahora estamos mostrando Corporalidades porque la muestra allí se hizo en plena pandemia y hubo un brote en El Cercado y no pudimos ir a filmar allí a las randeras. En Corporalidades están ellas, sus caras, sus voces. En cambio, Materialidades tiene más que ver con los materiales de la randa, con los puntos de bordado, con el hacer mismo. Habitat se relaciona con el espacio donde se practica la técnica: El Cercado, que es una comuna rural de Monteros, que es un paisaje cañero, con montañas. Quisimos llevarlo al video para que la gente que no puede visitar el lugar vea cómo el paisaje se traduce al textil.   

-¿La muestra va a seguir itinerando?

-Esa es la idea.

-¿Cuántas piezas se exponen aproximadamente?

-No sé exactamente cuántas son pero hay 24 randeras exponiendo en la muestra, una artista tucumana, Carlota Beltrame, que trabaja con la randa desde hace mucho tiempo y cuatro diseñadores que también trabajan con ellas en propuestas de vestimenta.

-¿De qué modo utiliza la artista este tipo de tejido?

-Trabaja con la traducción. Generalmente traduce pintadas políticas, slogans, emblemas y ha ganado el  Primer premio del Salón Nacional de Artes Visuales en 2018 con una obra en randa. Trabaja desde hace treinta años con ese tejido. Les da a las randeras el material para que hagan la pieza. Ahora está trabajando con fotografías documentales que hay en la Casa Histórica de una intervención que ha hecho el grupo Montoneros en el 71, una pintada que está en el Salón de la Jura, que Carlota traduce a tamaño natural y que está expuesta en otra de las salas.

-¿Qué te gustaría remarcar de la muestra?

-Quisiera rescatar los nombres de las tejedoras porque la artesanía está vinculada siempre al anonimato. Buscando piezas patrimoniales en museos me he encontrado con muchas randas que no tienen nombre, fecha ni lugar de origen. Algo que yo quería en esta muestra era reponer los nombres de las autoras, información sobre ellas porque en manos de esas cincuenta mujeres hay un patrimonio vivo, por lo que necesitan ser nombradas, reconocidas para que lo que hacen no se pierdan y se pueda continuar de generación en generación. Es una técnica que lleva mucho tiempo por lo que la gente más joven quizá no la quiere hacer.

-Además, supongo que este tejido fue un modo de subsistencia, de aportar a la economía familiar.

-Totalmente. Lo fue y lo sigue siendo actualmente. Por eso en el Centro Cultural  de la Universidad tenemos una feria permanente de venta porque lo que estas mujeres hacen es parte de la economía familiar. Es decir que mientras dure la muestra, la gente podrá adquirir randas. En Buenos Aires hemos hecho ferias virtuales y volveremos a hacerlas, pero no por ahora. Por suerte, hay mucha gente que nos apoya y cuando mandamos material a Buenos Aires lo hemos enviado a la casa de alguna amiga que se ha encargado de distribuirlas.

-En los textiles realizados por descendientes de pueblos originarios suele pasar que se compran en el lugar de producción por un precio irrisorio y se venden carísimos en un negocio. ¿Pasa también con las randas?

-Sí, también con las randas se vulneran los derechos de los artesanos, por eso es muy importante la venta directa. Las randeras han tenido una merma muy grande en su trabajo en estos tiempos de pandemia porque no han podido viajar a ferias en diversos lugares, pero generalmente se mueven bastante para vender lo que producen.  

El video se puede ver a través de https://eltrajevirtual.cultura.gob.ar/.