Hace 20 años, los restos del naufragio político de la Argentina post-2001 todavía flotaban a la deriva. La misma cantidad de años habían pasado desde el final de la dictadura, tiempo más que suficiente para que sus responsables fueran juzgados y condenados durante el gobierno de Raúl Alfonsín, pero también indultados y liberados en el de Carlos Menem.

El tejido social parecía haberse rasgado para siempre tras aquella crisis de proporción terminal, consecuencia de los 10 años de gestiones neoliberales que, entre otras cosas, barrieron bajo la alfombra los crímenes cometidos durante el gobierno de facto. En ese contexto crítico renació la conciencia de la política como herramienta para transformar la realidad y hablar del pasado dejó de ser objeto de desdén, para convertirse en una necesidad.

Fue en aquel 2003 que una joven directora estrenó un documental en el que indagaba sobre el destino de sus padres, ambos desaparecidos. Con una narrativa osada que combinaba el cine de guerrilla con recursos estéticos deslumbrantes, sutiles a pesar de su precariedad, Los rubios, de Albertina Carri, fue uno de los títulos que signaron una época nodal en la historia del cine argentino, que por entonces también se refundaba entre los escombros.

Carri
Foto: Alejandra López

La película causó un impacto enorme, siendo premiada en el aún joven Bafici, el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Pero su huella excedió el núcleo de la cinefilia más dura, siendo elegida como Mejor Documental en los premios Clarín. Apenas un año antes, la portada del mismo diario le atribuía a la crisis las muertes de los militantes Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. La Argentina seguía en llamas y de alguna manera Los rubios funcionó no solo como un telescopio hacia el pasado, sino como espejo de aquel presente convulso.

Con la excusa de esas dos décadas que pasaron desde su estreno, a partir del próximo viernes 27 de octubre se llevarán adelante una serie de actividades en torno al documental. Las mismas tendrán su centro en la presentación del libro Los rubios, cartografía de una película, en el que Carri desmenuza y amplía su propio trabajo. Esta se realizará ese viernes a las 20 en el espacio ArtHaus, Bartolomé Mitre 434, con la presencia de la directora, quien estará acompañada por Betina González y Andrés Di Tella. A continuación, a las 21:30 se volverá a proyectar la película, ofreciendo una excelente oportunidad para quienes no la hayan visto.

Las acciones continuarán el sábado a las 19 en el mismo espacio, con la lectura del libro a cargo de las actrices Analía Couceyro, protagonista de Los rubios, y Cristina Banegas. El calendario concluirá el domingo 29 de octubre a las 19 con la proyección de Cuatreros (2016), fascinante documental en el que Carri vuelve tras la sombra de su padre a partir de un ensayo escrito por él en torno de la figura de un cuatrero rural de la década de 1960. Estarán presentes la directora y su colega Mariano Llinás. Todas las actividades son gratuitas.

Como si se tratara de ciclos kármicos, el homenaje a esta película emblemática y la presentación de libro llegan justo cuando los discursos negacionistas se multiplican como nunca, reavivando un fuego que parecía extinguido. Por desgracia, quizás por eso este sea el mejor momento para volver a verla. Por suerte Los rubios sigue ahí, potente e irrefutable.

Carri en el Malba

Como una extensión de la presentación del libro Los rubios, cartografía de una película, que tendrá lugar el viernes 27 de octubre a las 20 en ArtHaus, Bartolomé Mitre 434, el espacio cine del Malba ofrecerá un ciclo dedicado a la obra de la directora. Se realizará los días 16, 18, 23, 24, 25 y 26 de noviembre y el programa incluirá los siguientes títulos: No quiero volver a casa (2000), Los rubios (2003), Géminis (2005), La rabia (2008), Cuatreros (2018) y Las hijas del fuego (2018). También podrán verse el mediometraje inédito Palabras ajenas y varios cortos. La grilla de horarios podrá consultarse a partir de noviembre en www.malba.org.ar/.