Podría decirse que “Ciudad Oculta: una mirada alternativa sobre las villas y sus habitantes”, la nueva muestra de fotografía que se exhibirá en el Centro Cultural Borges hasta fines de Junio, es el retrato de una comunidad con sus propias celebraciones, tristezas y gestos de ternura. A través de la lente de Nahuel Alfonso, accedemos al mundo íntimo de un barrio que fue, desde siempre, tapa en los diarios. Pero nunca aparecía en los medios para contar todo lo que tiene para decir Nahuel.

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Foto: Prensa Centro Cultural Borges

Hay familias enteras festejando un cumpleaños; dos amigos refugiados bajo el mismo paraguas en una tarde de tormenta; un par de nenas jugando con el celular; la escena de despedida de un ser querido. La lista sigue: pasillos, cielos, amistades van configurando la mirada de Nahuel y es distinta.

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

El comienzo del proyecto

Este proyecto nació en 2010, cuando el desalojo y la represión a los habitantes que ocuparon el Parque Indoamericano dejó muertos, heridos, familias sin techo y discursos estigmatizantes en los medios. 

“Mis fotos son la contraparte de eso, la respuesta a ese tipo de narrativas que son más superficiales y trabajan con más velocidad. El fotoperiodismo se caracteriza por la rapidez con que trabaja la noticia. Si hay una noticia en un barrio vulnerable, se hace una foto de ese suceso que, generalmente, está basado en un hecho alarmante. Entonces, esa foto cumple la función de ilustrar el titular y ese titular puede ser un desastre.

El documentalismo trabaja de una manera distinta, con más profundidad, con tiempos más largos y con espacio para el desarrollo de una poética”, explica a Tiempo Nahuel Alfonso, que empezó con la poesía a los once años, cuando se topó por casualidad con un libro de Bécquer, y desde entonces no paró de ser poeta. Primero, con un lápiz y un papel; después, con la cámara de fotos.

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

Un par de años después de descubrir a Bécquer, Nahuel se fue a vivir a Ciudad Oculta “en una estadía de recuperación de la vida anterior”, que se había vuelto oscura. Ahí empezó un taller de fotografía, que luego iba a llamarse Fundación Ph15. Pasaron varias clases. Un día de tormenta, desde el balcón de su casa, vio a dos nenes tratando de pasar por un pasillo inundado y pensó, repetidamente, “que todo se reduce a la suerte que uno tiene al nacer”. Entonces disparó la cámara: había encontrado la herramienta que estaba buscando. 

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

Compartir momentos cruciales

Lola Berthet, directora del Centro Cultural Haroldo Conti, donde Nahuel Alfonso presentó una exposición de fotografías, dijo de esta serie: “Hay retratos de una misma persona que, sin embargo, parecen de personas distintas”.

Nahuel lo confirma: “siempre busco reflejar estados de ánimo distintos, y de la felicidad a la tristeza hay un montón de rostros distintos. Entonces, como esto es un trabajo en profundidad, tratar de abarcar o de registrar todos los espectros de las personas. Para eso hay que estar presente, hay que compartir en los momentos cruciales: donde hay una muerte, donde hay un cumpleaños, un egresado, lo que sea. Estar en esos momentos y compartir es lo que a mí me permite poder captar distintas emociones en las personas”.

Por eso, cada una de las fotografías que componen esta exposición tiene su propia historia. Unos días después de que muriera la abuela de Nahuel, su papá, con la urna funeraria entre los brazos, le preguntó: ¿Me hacés una foto con mi mamá?

“Y fue fuertísimo hacer esa foto. En esta serie, hay una foto del cumpleaños de mi papá, que es muy similar a la cena de Da Vinci porque capturé el momento en el que pide los deseos y hay doce personas alrededor. Ese fue el último cumpleaños de él. Mi abuela murió el primero de marzo, unos días después le hice a mi papá la foto que me pidió con ella, y en el mismo mes mi papá murió. Entonces, en su funeral me saqué una foto con él, tal como había hecho con su madre”. La vida gira y las fotografías siguen su curso.

Foto: Prensa Centro Cultural Borges

Y aunque la exposición busca hacer visible aquello que no se cuenta de la villa, las fotos de Nahuel son tan íntimas que no dejan de tener algún misterio. Tal vez sea esa la única forma de retratar Ciudad Oculta. 

Ciudad Oculta, una mirada

La muestra está organizada por el  Centro Cultural Borges del Ministerio de Cultura de la Nación y el Centro Cultural Haroldo Conti a través del Programa Federal de Itinerancias, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Se puede visitar hasta el 30 de junio en el la Sala de Exposiciones Temporarias del tercer piso del C.C. Borges, Viamonte 525, CABA, de miércoles a domingo de 14 a 20.