En el mundo editorial existen fundamentalmente dos lógicas de edición, la de los grandes grupos y la de las editoriales independientes. La primera consiste en saturar el mercado con libros que apuntan a la coyuntura política y social, a generar un impacto inmediato y a diversificarse en distintos sellos para diferentes grupos de lectores. La segunda, en cambio, apunta a formar un catálogo cuya capacidad de venta no se agote en un solo disparo, sino que perdure a través del tiempo.

Hace 15 años, Víctor Malumian y Hernán López Winne se lanzaban a la incierta aventura de la edición con una nueva editorial que se inscribía en el segundo grupo: Godot. Los buenos títulos, las ediciones cuidadas y las traducciones propias  hicieron que de inmediato alcanzara un lugar de visibilidad entre las editoriales independientes y que su catálogo creciera de manera significativa.

Hoy, tienen una nueva apuesta como es la creación de una colección, la Biblioteca Joseph Roth, que pone un clásico al alcance de las nuevas generaciones como ya lo hicieron con Stefan Zweig.

“En febrero cumplimos 15 años –le dice Malumián a Tiempo Argentino–  Este proyecto se encuadra en este aniversario y en la idea de mantener viva la editorial sacando nuevas colecciones y reeditando autores que están un poco olvidados. En su momento lo hicimos con Woolf y nos fue muy bien, porque fue muy leída. Creo que quienes no conozcan a Roth, deben a animarse a leerlo porque es un gran autor.”

Esta nueva colección se abre con dos novelas: De izquierda a derecha y La rebelión. En la primera, “Roth describe un mundo particular conformado a la luz de la posguerra luego de la Primera Guerra Mundial: el de la familia Bernheim, Paul y Theodor,  hermanos, exhiben dos caracteres que emergen de una familia que se ha venido abajo, tanto a nivel económico como a nivel moral”, resumen los editores.  La segunda,  pone en escena a un ex combatiente que, condecorado por el gobierno, obtiene una licencia para tocar el organillo. A pesar de haber sufrido la desdicha de perder una pierna en la guerra, está convencido de que el mundo se rige por un orden moral. Pero su visión del mundo cambiará cuando un incidente en un tranvía lo lleva a la cárcel.

Cuando se le pregunta a Malumian con qué criterio Godot decidió publicar a un autor como Joseph Roth, contesta: “Nosotros ya habíamos publicado a Stefan Zweig. Además de que en sus vidas reales Zweig y Roth eran amigos, creemos que sus libros dialogan entre sí. A ambos los atravesó la guerra, pero en Zweig la guerra está más de fondo. En Roth, en cambio, no es un fondo, está más en primer plano e impacta muchas veces de forma directa en las tramas. Creemos que hay una tríada austríaca integrada por Roth, Zweig y Musil.”

Y agrega: “Nos pareció que era una buena forma de seguir completando nuestro catálogo reeditar a autores de gran calidad que en su momento fueron muy masivos y a los que hoy es difícil encontrar o se encuentran en traducciones con un español que es muy de España”.

El plan de publicación de  la Biblioteca Roth contempla en principio de diez libros. Malumián aclara: “No sé si luego agregaremos otros materiales como correspondencia, por ejemplo. Este año ya sacamos dos y seguramente agregaremos La leyenda del santo bebedor cerca de fin de año. Vamos a publicar a un ritmo de tres o cuatro libros por año. Es probable que surjan en el transcurso de las publicaciones  libros de artículos periodísticos, por ejemplo. Lo que nosotros hicimos fue iniciar la Biblioteca Roth lo que no significa necesariamente que vayamos a publicar su obra completa. Lo mismo hacemos con Zweig. Por ejemplo, el mes que viene vamos a publicar Momentos estelares de la humanidad que es el primer libro suyo de no ficción que publicaremos.”

Según cuenta Malumián, la jugada de traducir y publicar a Zweig les generó al principio el temor que suele provocar lo nuevo, pero los resultados confirmaron que la decisión era acertada.

“En principio –cuenta- pensamos que lo leerían lectores ya mayores, pero para nuestra sorpresa vimos que hubo otro rango etario conformado por gente de 25 años que lo leyó mucho, creo que por la fuerza que tienen sus historias. Quizá la gente que ya leyó a estos autores piense que publicarlos hoy no tiene tanto sentido, sin embargo, hay toda una generación que no los leyó y que demuestra mucho interés en hacerlo.”

Los dos libros de Roth se lanzan juntos en una promoción que incluye una taza que tiene de un lado un dibujo del Roth y, del otro, una frase suya.

Alguna vez, tanto Malumián como Hernán López Winne dijeron que en su proyecto editorial comenzó con la publicación de libros que a ellos, por una razón u otra, los fascinaron y que no se conseguían fácilmente por estar agotados. Al cabo de 15 años, dado el crecimiento sostenido de Godot, ese criterio parece revalidarse. Se expresa no sólo en su catálogo, sino también en las ediciones realizadas con el cuidado que es el resultado de una verdadera pasión por los libros y con traducciones  en las que el lector de habla hispana que no es español puede reconocer en el lenguaje. Suele decirse que “para muestra basta un botón”. Basta con ver la gráfica de las tapas de los dos primeros libros de la Biblioteca Roth para comprender que ambas cumplen sobradamente con la condición que debería tener toda cubierta: constituyen por sí mismas una promesa de varias horas de inmersión placentera en mundo dentro del mundo que el autor creó solo con palabras.