“Al llegar a la época de la banda de asaltantes había elaborado ya las siguientes posibilidades: 1° Dios no existe. 2° Dios existe y es un canalla. 3° Dios existe, pero a veces duerme: sus pesadillas son nuestra existencia.” La voz suena como un latido profundo alzándose desde la húmeda oscuridad de una caverna. Al principio, el texto que recita parece someterla a un pulso que la ordena y la mantiene bajo control mientras habla de Dios, de su carácter falible y de su necedad, de la obviedad de su fracaso. “4° Dios existe, pero tiene accesos de locura, esos accesos son nuestra existencia. 5° Dios no es omnipresente, no puede estar en todas partes. A veces está ausente ¿en otros mundos? ¿En otras cosas?” En torno a esa voz, envolviéndola como una mortaja cada vez más ajustada, se oyen ecos y resonancias que van componiendo un rumor que de a poco se hace más intenso y aciago. Es un murmullo extraño pero, sin embargo, lejanamente conocido… ¿Acaso no es así como suenan el caos o la nada?

La voz no se detiene. Al contrario, vencida por la obsesión, comienza a perder la calma a medida que las palabras se vuelven más y más blasfemas. El ruido ahora es ensordecedor. “6° Dios es un pobre diablo, con un problema demasiado complicado para sus fuerzas. Lucha con la materia como un artista con su obra. Algunas veces, en algún momento logra ser Goya, pero generalmente es un desastre. 7° Dios fue derrotado antes de la Historia por el Príncipe de las Tinieblas. Y derrotado, convertido en presunto diablo, es doblemente desprestigiado, puesto que se le atribuye este universo calamitoso.” La voz se quiebra bajo el peso convincente de la demencia y, de pronto, como si hubiera llegado hasta el filo mismo del abismo: el silencio. Apenas uno o dos segundos de vacío absoluto. Es entonces cuando se desata el infierno hecho canción.

Así puede describirse el comienzo de At War with Reality, disco de 2014 de la banda de death metal melódico At The Gates, una de las pioneras del género en Suecia, padres del llamado “sonido de Gotemburgo” que marcó tendencia a comienzos de los ’90 y que sigue influyendo a bandas alrededor de todo el mundo. Se trata del primer disco que estos suecos ásperos editaron tras una separación de casi 20 años, pero que guarda en su interior algunas curiosidades notables, no solo para metaleros extremos, sino para cualquier amante de la literatura.

Es que aquel texto nihilista y cargado de furia, incluido en la pista que abre el disco bajo el nombre de “Altar del dios desconocido” (así, en castellano), no es otra cosa que un fragmento de Sobre héroes y tumbas, la segunda novela de Ernesto Sabato, editada en 1961 y uno de los libros más representativos de la literatura argentina del siglo XX. El texto, que es leído y representado por la expresiva voz de Anton Reisenegger, guitarrista chileno y una de las pocas leyendas que tiene el metal latinoamericano a nivel mundial, encaja a la perfección no solo con el sonido abrumador de At The Gates, sino con la estética sombría y existencialista que muchas veces asumen los géneros más extremos del heavy metal. ¿Alguien hubiera imaginado que Ernesto Sabato, consumado pesimista de las letras vernáculas, de cuya muerte se cumplieron diez años el viernes pasado, acabaría inspirando a una banda de metaleros en la helada y distante comarca escandinava?

Pero los vínculos entre el disco de la banda sueca, Sabato y la literatura argentina no terminan ahí. Su segunda canción lleva el borgeano título de “Death and the Labyrinth” (La muerte y el laberinto), y más adelante aparecerán otras cuyos nombres volverán a conjurar los espíritus de Sabato y Jorge Luis Borges. Canciones como “The Circular Ruins” (Las ruinas circulares), “The Book of Sand (The Abomination)” (El libro de arena-La abominación), “The Conspiracy of the Blind” (La conspiración de los ciegos) y “Heros and Tombs” (Héroes y tumbas, literalmente) confirman que la obra de estos dos importantes autores argentinos sirvieron de inspiración para las letras del libro. Pero no fueron los únicos: el resto de las canciones incluidas en él –que en total alcanzan el funesto número 13– contienen referencias a otros autores de América latina, como Gabriel García Márquez o Carlos Fuentes. 

Es que Tomas Lindberg, cantante y letrista de At The Gates, se inspiró en la obra de muchos de quienes formaron parte del llamado Boom Latinoamericano, pero que él elige relacionar específicamente con el concepto de realismo mágico. El trabajo de reinterpretación de esos textos que Lindberg realiza en las letras de At War with Reality es sorprendente. No solo porque revela una gran capacidad para asimilar lo particular de la prosa de cada autor, sino porque fue capaz de crear una matriz unificadora que los reúne a todos bajo una misma estética.

“Siempre fui un aficionado a la literatura, desde que empecé con los autores más afines al death metal, cuando era más joven. Es decir, Lovecraft, Poe, Aleister Crowley y otros por el estilo.” Así recuerda Lindberg el comienzo de su pasión por la literatura, durante un contacto exclusivo con Tiempo Argentino. “Después me dediqué a profundizar en los ‘clásicos’, pasando por todas las fases: los rusos, los franceses y así”, enumera el cantante, reconstruyendo sus primeros pasos como lector. Lindberg cuenta que su relación con la literatura latinoamericana, y en especial la argentina, comenzó con Borges durante la adolescencia. “Había leído algunas obras suyas siendo bastante chico y me cautivaron. Pero fue más adelante cuando empecé a darme cuenta de toda la literatura sudamericana que me había perdido”. Sin embargo, no tiene presente de qué forma llegaron a sus manos los libros de Sabato. “Es bastante extraño que no pueda recordar cómo di con ellos, pero durante mucho tiempo solo leí literatura sudamericana y todavía hoy leo mucha”, reconoce el músico. “Creo que lo que me llevó a basar un álbum conceptual en torno a la idea del realismo mágico fue la cantidad de niveles en los que es posible escribir”, recuerda. “Hacerlo me resultó un desafío y eso me inspiró todavía más”, concluye Lindberg.

La literatura de Sabato se caracteriza por transmitir una desesperanza absoluta, para nada exenta de violencia. Un desencanto que revela no pocos puntos en común entre las formas con que este autor y el death metal representan el mundo y la realidad. “Creo que lo que la hace interesante es la mezcla de normalidad con lo sobrenatural. Y el interés por el alma humana y su naturaleza”, reflexiona el cantante. “Todo eso ayuda a entender por qué su escritura llegó a intrigar tanto a otros escritores, como Albert Camus”, agrega. Escuchar las canciones inspiradas en la obra de Sabato que forman parte de At War with Reality hace que el vínculo entre sus novelas y el universo del death metal resulte lógico, casi natural. Incluso parece raro que ese cruce no se haya producido antes. “Supongo que una de las razones por las que eso no ocurrió es que las obras de escritores como Borges, Cortázar o Sabato, entre otros, son consideradas como cultura más ‘fina’, ‘sólo para intelectuales’, algo que realmente me parece un poco tonto”, señala. Y aconseja: “La primera novela que leas de uno de estos escritores puede parecerte difícil, por supuesto, porque es diferente a lo que has experimentado antes en la literatura, pero no son novelas difíciles per se”.

Pero si Lindberg no recuerda cómo llegó hasta los libros de Sabato, sí puede dar cuenta del modo en que sus libros contribuyeron en su propia labor de escritura para el disco. “Sus novelas tuvieron un impacto inmenso durante la escritura de At War with Reality”, un influjo que va más allá del gesto literal de citar aquel fragmento del “Informe sobre ciegos”, que forma parte de Sobre héroes y tumbas, al comienzo del álbum. También se hace explícito en títulos de canciones como “The conspiracy of the Blind” y “Heros and Tombs”. Lindberg señala a ambas como las más impregnadas por la prosa de Sabato, pero al mismo tiempo reconoce que el espíritu de su escritura sobrevuela el disco completo. “Su prosa me inspiró en muchos niveles”, señala el cantante. “En primer lugar, en lo que tiene que ver con el estilo, ya que me esforcé por adoptar su forma de escribir en distintas capas de sentido», dice. «Pero también traté de replicar su forma de describir la lucha del alma humana y la manera en que mezcla lo ordinario con lo sobrenatural, que son los elementos de su literatura que más me impactaron”, subraya.

Suecia fue el segundo país del mundo, fuera de Argentina, en que se publicó El túnel, la primera novela de Sabato de 1948. La edición sueca apareció apenas tres años después de esa edición original. Un dato significativo que da pie a preguntar por el lugar que el escritor argentino ocupa entre los lectores de aquel país. “En los círculos literarios sus libros son muy venerados”, aunque también sufren el prejuicio de “ser considerados ‘alta cultura’”, dice Lindberg. “Creo que una de las razones por las que los escritores sudamericanos se publicaron tan pronto en Suecia es que acá tenemos una larga tradición de socialismo y de literatura social. También fuimos muy precoces con los escritores más socialistas del antiguo bloque del este, por ejemplo”, revela el sueco. “No es que Sabato sea un escritor de izquierda per se”, aclara, “pero en cierto sentido se lo puede considerar un escritor político. Supongo que esto podría tener algo que ver con su temprana publicación en Suecia”. Respecto del lugar de Sabato en el actual panorama editorial de Suecia, Lindberg señala que “últimamente se han hecho muy buenas reediciones de sus libros, con nuevas traducciones, así que supongo que el estatus de su obra está mejorando un poco”.

La referencia resulta curiosa y paradójica: mientras que en su propio país Sabato es un autor al que ya nadie cita (y que incluso es largamente despreciado en los claustros académicos), en Suecia continúa sumando lectores. A pesar de eso, Lindberg, quien con su banda ha visitado la Argentina un puñado de veces, cree que “el estatus de la literatura y de los escritores en general es más alto en Sudamérica que en Suecia”. Una afirmación que, sin embargo, parece más teñida por una percepción personal que sostenida por datos empíricos. “Todavía recuerdo todas las hermosas librerías y bibliotecas que visité cuando estuve ahí con la banda”, añora el cantante, quien utiliza ese recuerdo para compararlo con lo que observa en su propia tierra. “No solía ser así, pero creo que últimamente en Suecia hemos experimentado una especie de dilución de la buena cultura. Ahora todo el mundo se limita a ver telenovelas y a leer policiales baratos”, se lamenta Lindberg.

Una biografía para Ernesto Sabato

2021 es el Año Sabato. No solo por el décimo aniversario de su muerte, que acaba de conmemorarse el pasado 30 de abril. Además, el próximo 24 de junio será el turno de celebrar el 110°de su nacimiento y, si ambas cosas no alcanzaran, en 2021 también se cumplen 60 años de la publicación de su obra magna, la novela Sobre héroes y tumbas. Un motivo triple para recordar a quien fuera no solo uno de los autores más destacados del rico panorama literario argentino del siglo XX, sino también una presencia de gran importancia en la vida política del país.

La lista de razones para volver sobre Ernesto Sabato, hombre y obra, es imposible de agotar en un párrafo. Son muchos los elementos de su vida que merecen ser mejor conocidos, tanto por el peso específico de su obra como por la importancia simbólica de su figura. Porque si en el género épico el valor de los héroes se mide en la dimensión de sus rivales, alcanza con mencionar la larga relación de idas y vueltas que Sabato mantuvo con Borges para comprender su relevancia. La dicotomía Borges o Sabato fue, durante la segunda mitad del siglo pasado, una fórmula que logró polarizar culturalmente a la Argentina casi con la misma profundidad de un Boca – River.

Pero ya pasaron dos décadas del siglo XXI y casi no quedan registros de aquel duelo, que era percibido por sus contemporáneos como un choque de titanes. La nueva era marca el triunfo de Borges, que se ganó un lugar bien alto en el Olimpo no solo de la literatura argentina, sino universal. Por el contrario, Sabato y su obra han dejado de ser percibidos como presencias valiosas y hoy pesa sobre ambos un olvido casi absoluto. Por eso resulta valiosa y bienvenida la edición de Sabato, el escritor metafísico (Marea Editorial), de Pablo Morosi y Sandra Di Luca, que ofrece un recorrido completo y profundo por la biografía del autor de El túnel. Pero que sobre todo representa un paso firme contra ese olvido injusto.