La música contemporánea y electroacústica será el eje del encuentro “Nuevas Músicas por la Memoria (NMXLM) 2022” en los conciertos que hoy y mañana, sábado 25, se llevarán a cabo con el apoyo de la Dirección de Cultura del Municipio de Morón y el espacio cultural Casa Saldías de la misma localidad. En las dos jornadas –explican sus organizadores-se pondrá el acento en una “programación internacional, estéticamente pluralista y con perspectiva de género”.

El Festival fue fundado en 2011 por Jorge Sad Levi quien lo dirige con la colaboración de Alina Gullco. Entre sus objetivo figura impulsar el compromiso de compositores e intérpretes de música contemporánea con las políticas de Memoria, Verdad y Justicia; la progresiva conquista de derechos sociales, la inserción de Argentina en Latinoamérica y la plena vigencia de la democracia.

Nacido en el ECuNHi,  desde su inicio el festival tuvo el apoyo de la Secretaría que posteriormente se convirtió en Ministerio de Cultura de la Nación, de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica, del Fondo Nacional de las Artes, del Conservatorio Alberto Ginastera, del Espacio de Memoria Seré y la Municipalidad de Morón, de la Universidad de Tres de Febrero y del Programa de Internacionalización de la Cultura Española.

En su transcurso se presentarán obras instrumentales, electroacústicas, mixtas y vídeomúsicas de compositoras y compositores de Argentina, Chile, España, Francia y México interpretadas por Juliana Moreno, Mariana Brondino, Alejandro Soraires, Martín Devoto y Andrea Escobar.

Se escucharán composiciones de Gonzalo Biffarella, Carolina Carrizo, Virginia Mantinian, Pablo Magne y Jorge Sad Levi, Natalia Garavaglia, Daniel Teruggi, Mario Mary, Eduardo Palacio, Juan José Raposo Martin, Zuriñe Gerenabarrena, Nicolás Kliwadenko, Cristian Morales Ossio y Yuko Katori.

En diálogo con Tiempo Argentino el director del Festival, Jorge Sad Levi, habla acerca de los alcances de este encuentro.

– ¿Cómo se gestaron y cuáles fueron los objetivos y las repercusiones de los anteriores encuentros?

– El festival empezó en 2011 gracias a la gestiones de José Luis Castiñeira de Dios y luego de Rodolfo García, quien lo reemplazó al frente de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Cultura de la Nación. En enero de ese año hicimos la convocatoria que tuvo una respuesta increíble, ya que se presentaron más de sesenta solistas y agrupaciones. En marzo se realizó el primer festival, que contó además con el apoyo de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), que se encargó de filmar todo lo que se en esa oportunidad en el ECuNHi. Allí estuvimos hasta 2014 y en 2016 pasamos a realizarlo en Morón. En 2017 como era de imaginar, no obtuvimos el apoyo del Ministerio de Cultura de la Nación, pero sí de la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF), que nos cedió la sala del teatro Margarita Xirgu. Hasta el momento hemos tenido la suerte de llevar adelante siete encuentros, lo cual es un dato interesante porque muestra la cantidad y variedad de propuestas de nuevas músicas.

– ¿Hay muchas propuestas de compositores jóvenes en estos ciclos?

– No tengo la cantidad exacta, pero desde que iniciamos estos encuentros, la cantidad de compositores jóvenes que presentaron sus obras asombra mucho. Las búsquedas y las propuestas estilísticas que varios de ellos manejan hablan de la potencialidad que hay en las nuevas generaciones. En esta edición también hay que sumar obras de una gran cantidad de compositoras jóvenes. Por eso es que hablamos de una programación internacional, estéticamente pluralista y con perspectiva de género.

– ¿Es complicado generar este tipo de espacios de manera casi independiente?

– Lo que se propuso desde el principio fue algo un poco utópico, ya que es hacer política cultural pero desde un lugar que no es el de un funcionario y presentar al público toda la riqueza de los diferentes estilos de música contemporánea sin hacer ningún tipo de diferencias institucionales, regionales o estéticas. De esta manera tratamos de abrir el espacio de esta música de la que se dice que  es apreciada solo por grupos reducidos, como si se hablara de un pueblo chico en el que se conocen todos. Por esto es que apostamos a una política cultural que no necesariamente proviene de un cargo público. Esto lo pudimos sostener a lo largo de los siete encuentros anteriores.

– Por lo que se ve en el programa, muchas de las obras que se interpretarán en esta edición combinan lo acústico con lo electrónico.

– Es así. En esta nueva edición pusimos mucho énfasis en obras que combinaban instrumentos acústicos e intervenciones electrónicas. Desde que se dejaron de hacer los conciertos de música electroacústica que organizaba Francisco Kröpfl en su momento, el espacio de esta estética estaba un poco abandonado, sobre todo por falta de apoyo. En otros lugares del país, como en Córdoba, por ejemplo, hay bastante movimiento de esta música mixta. Pero en el área metropolitana quedó bastante huérfana de propuestas. Tal vez hay algunos conciertos en algunos espacios, pero todo muy aislado.

-¿Cómo se hace para integrar nuevos oyentes a este tipo de música?

– Es necesario agudizar el ingenio para atraer nuevos públicos. Hay una gran cantidad de jóvenes compositores, que al incorporar el lenguaje de lo visual, genera el acercamiento de más gente. Articular estos encuentros hace que quien asista descubra elementos para acercarse a este tipo de estética sin conflictos y con menos preconceptos. Puede no gustarte la música electroacústica y está todo bien. Lo importante es no caer en el dispositivo discursivo de que es obligatorio entender lo que se escucha. En un momento en el que la cultura “mainstream” genera eventos masivos, es bueno presentar algo con un poco de aire y que ofrezca nuevas posibilidades estéticas. Lograr esto es un gran tesoro para los que organizamos este festival.

Nuevas Músicas por la Memoria – 8va. Edición

Concierto 24 de Junio a las 21

Teatro Gregorio Laferrere. Alte. Guillermo Brown 980, Morón.

Concierto 25 de Junio a las 21

Casa Saldías. Dr. Adolfo Saldías 273, Morón.