Desde la jornada del miércoles, todos los mediodías va a tener lugar una intervención artística en pleno centro de Buenos Aires. Entre oficinas y jornadas laborales, Lui Abadi, artista y fotógrafo, suspende el paso de los peatones y los invita a jugar al ping-pong en una mesa ambulante.

 Luego, con su oráculo (un mazo diseñado por él, con fotos de distintas frases que circulan por Buenos Aires), va creando las condiciones para que se produzca una conversación entre la ciudad y el participante. El peatón pregunta, las cartas responden; otra forma de jugar al ping-pong. Se trata de una propuesta que se enmarca en la exposición Ping pong Buenos Aires, una instalación montada sobre la vidriera del Centro Cultural Borges (CCB). Ahí se pueden ver, además del mazo y la mesa ambulante, distintas fotografías que Lui se fue sacando con la gente mientras jugaba por la ciudad.

Lui Abadi, jugar al ping pong y dialogar con la ciudad

El oráculo – cuenta el artista en diálogo con Tiempofunciona como una flecha al interior de quien juega para detonar mundos individuales. En un primer momento jugamos al ping pong en la mesa ambulante, eso ancla a los peatones al presente. Si vos venís caminando por la calle con todas las tareas del día en la cabeza y te chocás con esta intervención, te cambia la frecuencia, llegás incluso a conectar con tu lado infantil, con el juego, con cuestiones vitales que en el mundo adulto están mal vistas o parecen ridículas. Para entrar al oráculo, es necesario conectar con eso, cambiar de frecuencia y pasar a un estado de meditación. A partir de ahí, la gente puede preguntarle al mazo -es decir, a Buenos Aires- todo lo que quiera. La primera pregunta que invito a hacer es ‘¿quién estás siendo hoy?’”.

Con esta inquietud existencial se inicia una conversación mágica en la que se mezcla un poco de azar y otro poco de destino. “Tal vez el oráculo te haga cambiar la dirección del día”, dice Abadi y cuenta que siempre “Buenos Aires te va a bendecir, en el sentido de Bien decir”. Por eso, las fotos de las frases de la ciudad están seleccionadas para que sean ATP y puedan jugar hasta los niños.   

El objetivo de la propuesta es “despertar y entusiasmar en el medio de la rutina. Hay nuevas reglas de juego en el mundo, estamos en constante cambio. La intención es ir a jugar a la calle y crear algo que tiene que ver con la magia, con la intuición, con animarse a conectar con otros universos, a través de un oráculo y a través de un ping pong”, explica el artista. 

Foto: Gentileza Luis Abadi

Tras los pasos de la poesía escondida de Buenos Aires

Hace ya varios años Lui Abadi se encuentra en busca de la poesía de la ciudad y le saca fotografías a esas frases que tal vez no tuvieron una intención artística, sino publicitaria, política o meramente disruptiva, pero van conformando un universo literario. En Cómo hacer cosas con palabras, J.L. Austin, reconocido filósofo del lenguaje, se centra -a grandes rasgos- en la performatividad del lenguaje, es decir, en cómo ciertos enunciados pueden realizar alguna acción determinada. Una apuesta, un contrato o una condena, por ejemplo, son formas discursivas que producen prácticas, hacen cosas con palabras. Algo de esa idea da vueltas en los proyectos artísticos de Abadi. “Estamos rodeados de palabras, ya que las tenemos tan cerca es legítimo preguntarse qué realidad es posible crear a partir de ellas. Me apoyo en eso para las intervenciones. La palabra es un detonador de posibles universos”, dice el artista.

Uno de los primeros proyectos de Abadi tuvo lugar en un pequeño pueblo de Cataluña. Retrató la poesía escondida del pueblo y la puso a disposición de los habitantes. A partir de esas fotografías, las personas en el pueblo empezaron a escribir su propia poesía, resignificando el contenido de las paredes, apropiándose de un material que estaba, en principio, disperso.  

“En una ciudad tan grande como Buenos Aires se me complicaba poner todas las palabras, entonces se me ocurrió hacer un mazo de cartas, que tiene más de mil entradas, y de este modo le voy dando voz a la ciudad”, dice. A través del oráculo de Abadi, cualquiera puede adentrarse en la magia de la poesía de Buenos Aires y crear un universo, hacer cosas con esas palabras.

Al final de esta nota, Lui tiró las cartas para los lectores de Tiempo: Suerte. Pueblo. Revelado. Ey.

Foto: Prensa Ministerio de Cultura

La exposición puede verse hasta el 3 de septiembre en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525).La intervención tendrá lugar en las inmediaciones del CCB, de miércoles a viernes. La indicación exacta de la locación, junto con los días y horarios, estará dispuesta en la vidriera del centro cultural.