Ray Bradbury seguramente nunca imaginó que su distopía Fahrenheit 451 iba a ser tomada por su famosa colega canadiense como una metáfora  contra la censura. Pero de hecho, la propia Margaret Atwood puede verse en el video promocional de esta particular edición, igual que los bomberos incendiarios de novela de Bradbury, tratando de quemar un ejemplar. Solo que en esta oportunidad media la justicia poética y, a pesar de los intentos, el libro no se quema porque está hecho de material ignífugo.

En el video, en inglés se lee: “Este año fueron prohibidos  cientos de libros e incluso algunos fueron quemados.  Por eso nosotros creamos una edición limitada. Penguin Random House presenta un libro «inquemable», una edición a prueba de fuego, El cuento de la criada, impreso en papel resistente a las llamas y con una cubierta que retarda la acción del fuego. Porque las palabras poderosas nunca deben ser extinguidas. “

La imagen de Atwood, una mujer de 83 años, menuda y de aspecto frágil empuñando un lanzallamas resulta realmente impactante, pero la escritora ha demostrado ya sobradamente que no le teme a sostener posiciones incómodas. Su actitud es una respuesta a grupos ultraconservadores de Estados Unidos que en reiteradas ocasiones han pretendido prohibir sus libros y erradicarlos definitivamente de las bibliotecas escolares. La Asociación Estadounidense de Bibliotecas definió «El cuento de la criada» como «uno de los libros más cuestionados y prohibidos en las escuelas estadounidenses.” Por otra parte, su actitud es también una respuesta ante el inminente fallo de la Corte Suprema de los Estados unidos que podría prohibir el aborto en todo el país. Como se sabe, “El cuento de la criada” se transformó en un emblema de la lucha feminista por lograr que las mujeres puedan decidir sobre su propio cuerpo.

Entre el 3 y el 7 de junio la cada Sotheby`s de Nueva York prolongará la subasta cuyo precio de base son 40.000 dólares. El dinero que se reúna será donado a una entidad sin fines de lucro, Pen América, por su trabajo en favor de la libertad de expresión.

La novela de Atwood fue publicada originalmente en 1985, pero cobró una repercusión inusitada cuando en 2017 se convirtió en una serie protagonizada por la actriz Elisabeth Moss y tuvo una enorme repercusión internacional. Esta novela, que como la de Bradbury también es una distopía, plantea un mundo en el que debido a la toxicidad del medio ambiente, la tasa de natalidad disminuye de manera drástica, por lo que los jerarcas políticos se ocupan de tener mujeres fértiles asignándolas  como criadas. Esta novela fue traducida a más de cuarenta lenguas. En 1990 fue llevada al cine. Luego inspiró un ballet y una ópera y más tarde se convirtió en novela gráfica. Por último, como se dijo, terminó de consagrarse entre el gran público con una serie televisiva de MGM/Hulu. En ella, la autora hace un pequeño cameo. 

En 2017, Atwood viajó a Argentina y se presentó en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno a instancias de Alberto Manguel que en ese momento era su director. En esa ocasión,  la escritora lanzó frases irónicas y punzantes tales como “Mi propuesta comienza con que las mujeres son personas, una idea bastante radical.” Y agregó: “Con el primer bebé de probeta  hubo gran revuelo y eso ahora no se cuestiona, pero ahora la derecha plantea que las mujeres vuelvan a tener muchos hijos porque si siguen sin nacer niños, en algún punto, se va a terminar la humanidad. Pero la discusión sobre cuántos bebés tienen que nacer o si se deben robar es tan vieja como la Biblia”. La mención del robo de niños no es gratuita. Entre las muchas “capas” que tiene la novela, según declaró la autora a Página 12,  figura el robo de niños argentinos durante la sangrienta dictadura cívico-militar que padeció la Argentina.

En esa ocasión, enterada de la alta tasa de femicidios de nuestro país, lanzó un mensaje a los hombres argentinos: “Matar a una mujer es atacar a tu país.”

Cabe recordar que la escritora tuvo un papel protagónico en la lucha por la legalización del aborto en el mundo y en la Argentina. Incluso en 2018 increpó a la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti. “Vicepresidente de Argentina @gabimichetti –escribió-: no mires para otro lado ante las miles de muertes cada año por abortos ilegales. ¡Denle a las mujeres argentinas el derecho a elegir!”. En sus últimos mensajes agregó los hashtags #QueElAbortoSeaLey y #NiUnaMenos.

La imagen de la de las Criadas del libro de Atwood vestidas con tocas blancas y capas rojas, se convirtió en un ícono. Las mujeres del movimiento de Periodistas Argentinas que activaron por la Ley de  Aborto legal, seguro y gratuito organizaron en su oportunidad una acción frente al Congreso ataviadas de esa forma.

A los 83 años Atwood sigue siendo una militante entusiasta de las causas que considera justas. No la detienen ni la edad ni el hecho de preservar la fama que ha ganado. Recientemente le preguntaron en una entrevista por la novela Los testamentos en la que alterna voces de mujeres de distintas, cuál de esas voces le había resultado más fácil y la más difícil de escribir. Ella contestó con el sentido del humor que la caracteriza: “La más fácil fue la de la mujer mayor, porque de forma natural me sale ser una vieja zorra malvada.” El mundo necesitaría muchas de estas «viejas zorras malvadas», aunque es indudable que Atwood tiene una potencia arrolladora. Ella solita es capaz de sacudir prejuicios y embestir contra la injusticia.