La publicación de un libro de poemas creado por una inteligencia artificial pone en cuestión el tema de la subjetividad creadora importante en todas las manifestaciones artísticas pero absolutamente sustancial en la poesía. El primer libro de poemas escritos por un programa de inteligencia artificial de Microsoft se llama «La luz solar se perdió en la ventana de cristal» y fue lanzado al mercado la editorial pequinesa Cheers Publishing. 

El libro es el primero en todo el mundo en el que el autor es una inteligencia artificial, creado por el software «Microsoft Little Ice», según sus editores, informó la agencia de noticias EFE, citando al oficial Diario del Pueblo. El algoritmo tiene memorizados sonetos de 519 poetas escritos en los últimos 90 años y logró generar 10.000 poemas en 2.760 horas, aunque el libro publica sólo una selección con los 139 mejores. 

«Se inspira cada vez que ve una imagen, un proceso básicamente igual al de un poeta de verdad», explicó el jefe de producción del libro, Dong Huan, quien aseguró que no se ha cambiado un ápice lo escrito por «Little Ice», e incluso se han mantenido algunos errores gramaticales. Li Di, creador de la inteligencia artificial, subrayó que ésta tiene «un estilo único y una voz propia» y cuenta con un sistema sensorial capaz de reaccionar a imágenes y sonidos. Esta tecnología está disponible en 14 plataformas de redes sociales y cuenta ya con 20 millones de usuarios. 

Sin duda, en una época en que las fronteras de la creación se han vuelto “líquidas” porque tienden a borrarse, este nuevo tipo de producción se integrará sin duda a las polémicas existente. Si bien el proyecto no es nuevo en cuanto a su concepción, sí lo es en cuanto a su realización. Sin duda surgirán preguntas tales como si es posible emocionarse ante un poema creado por una máquina, si ésta representa una competencia para el creador y los más apocalípticos anunciarán seguramente no sólo el fin de la poesía, sino de la literatura en general.

Sin embargo, la tecnología que crea poemas, no puede prescindir de lo humano. Necesita que el programa sea alimentado con creaciones hechas por hombres y mujeres y por mecanismos de creación también diseñados por éstos. De todos modos, sólo el tiempo dirá cuál es la validez real de esta forma de generar poesía.