Hace exactamente un año moría Horacio González, no solo uno de los intelectuales más brillantes del país, sino también alguien con una enorme capacidad de gestión como lo demostró, entre otras oportunidades, cuando estuvo al frente de la Biblioteca Nacional Mariano (BNMM) entre 2005 y 2015.

En ese lapso, la institución que dirigieron también Paul Groussac y Jorge Luis Borges abrió sus puertas no solo a sus lectores habituales, sino también a personas con intereses diversos convirtiéndose en un verdadero faro cultural. González no solo amplió su horario de atención, sino que impulsó actividades de distinto tipo que eran el reflejo de su apertura mental: desde una exposición de Luis Alberto Spinetta a un concierto o la presentación de un libro.

Un capítulo aparte merece la labor editorial de BNMM durante su gestión. Además de haber editado más de 400 libros recuperó en ediciones facsimilares muchas publicaciones clave de la cultura argentina que no hubiera rescatado ninguna editorial privada. Entre ellas se cuentan La Moda, El grillo de papel, El Ornitorrinco, El escarabajo de oro, Lulú, Arturo, Arte Madí, Poesía Buenos Aires, Letra y Línea. Desde el campo cultural mostró así el enorme valor del Estado. Incorporó, además, la Biblioteca Jorge Álvarez como una forma de preservar el valioso material generado por ese mítico editor de los años 60.

Sociólogo, escribió numerosos libros y publicó en diversos medios. Fue director del Fondo de Cultura Económica en Argentina. Ejerció la docencia universitaria. Puso, además, la piedra basal del espacio Carta Abierta.

Todos estos datos, sin embargo,  no agotan lo que fue y lo que significó la cultura argentina y no dan cuenta del afecto que despertó en  quienes lo trataron. Los empleados de la BNMM lo definen como un compañero más. Su despedida de la institución luego de una gestión brillante convocó a todos sus trabajadores en la explanada del edificio y los aplausos no cesaban. Era un reconocimiento a su labor y también a su calidad humana, a su sencillez, a la horizontalidad que estableció en el trato con todo el mundo.  

Por todas estas razones, a un año de su muerte, desde distintas áreas de la BNMM en colaboración con la cantante Liliana Herrero, compañera de vida del homenajeado, se organizó la Maratón Horacio González.

 “Los libros y los lectores, -dice el escritor Carlos Bernatek, asesor de la Dirección de la institución desde la invitación a participar de este homenaje- los que alentamos la memoria evitando el olvido, queremos proseguir una conversación ininterrumpida, recuperar ciertas palabras que nos han interpelado, cuestionado, que nos han hecho reflexionar sobre cualquier vaga certeza. ¿Cómo olvidar a Horacio González en ese diálogo? Por eso, y por tanto más, en este primer año sin su presencia, desde la Biblioteca Nacional, la que fuera su casa por más de una década, queremos homenajearlo con la Maratón Horacio González”.   

En diálogo con Tiempo Argentino, Bernatek cuenta  por qué se tomó  la decisión de ponerle su nombre al Museo del Libro y de la Lengua: “Ese Museo lo construyó Horacio, es una obra de él, un objetivo de él que se llevó a cabo en tiempo récord. Hubo que demoler tres edificios para hacer eso como se había planeado desde el principio, hacer una licitación, proseguir  la obra de Clorindo Testa, llevarla a cabo e inaugurarla, cosa que muchas veces pensamos que no iba a ser posible porque la obra era muy importante. Por eso, no hubo dudas respecto del nombre. Juan (Sasturain, actual director de la BNMM) estuvo desde el vamos adherido a la idea lo mismo que María Moreno (directora del Museo). Entonces, estaba cantado que si el Museo del Libro de la Lengua iba a tener un nombre, éste iba a ser el de Horacio. Por eso, vamos a agregarlo  en la fachada.”

Respecto de las actividades que se llevarán a cabo a partir de las 12.30, informa: “La maratón va a comenzar en el quinto piso, en la Sala de Lecturas. Hay una serie de amigos, compañeros, trabajadores que en homenaje a él van a leer un fragmento de algún escrito de Horacio. De allí nos vamos a trasladar al auditorio, donde va a haber una parte musical  con una gran cantidad de artistas invitados entre los que se cuentan Juan Falú, Lidia Borda y una cantidad de amigos que lo han acompañado toda la vida.

Y agrega: “Luego, en la Plaza del Lector va a haber una posta de editores donde van a estar sus libros. Seguramente va a estar Colihue porque allí Horacio comenzó diversas colecciones, y estarán también los libros publicados por la Biblioteca. Nos desplazamos después hasta el Museo. Allí se proyectarán una serie de videos que recuperan imágenes de Horacio, su voz, sus discursos. Hay dos videos muy lindos de una hora y media cada uno, que abarcan  desde su infancia en adelante, que están en el canal de You Tube de la Biblioteca. De allí se tomó algún material. El cierre de la Maratón será en el Museo con la colocación del nombre y habrá un micrófono abierto para que cada uno diga lo que quiera referido a Horacio. Creo que muchas cosas se van a modificar  de acuerdo con los asistentes a la maratón. A la última posta la llamamos “La Horacíada”. Vamos a culminar con unos choripanes porque a Horacio le gustaban mucho. Le sacamos el tono erudito al homenaje y le pusimos choripanes que van a hacer los empleados de la Biblioteca en la Plaza Spivacow.”

La participación de la Maratón Horacio González es libre y gratuita y es una convocatoria a recordar a quien fue y sigue siendo parte de nuestra identidad nacional.

Biblioteca Nacional, Agüero 2502, CABA.