No es común que los futbolistas expresen públicamente su voto. Los que lo hacen son la excepción y no siempre están en actividad. O no son jugadores de la élite del fútbol. A veces se pueden reconstruir a partir de fotos, relaciones, vínculos de barrio o de clubes. Son conocidas las simpatías de Carlos Tevez, amigo de Mauricio Macri y también amigo de Daniel Angelici -que apoya a Martín Loustau en la interna porteña de Juntos por el Cambio-. Aunque Tevez no interviene con una posición abierta y explícita. Incluso todavía mantiene una relación cercana con Daniel Scioli. En 2015, cuando se enfrentaron Macri y Scioli tuvo que aclarar que era prescindente de esa elección. “No estoy con ninguno de los dos -dijo-, está más que claro que no me involucro políticamente”.

Podría caber lo mismo para Juan Román Riquelme. El ídolo de Boca, que es de Don Torcuato, tiene un vínculo estrecho con Sergio Massa desde que el ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por la Patria era intendente de Tigre. Más allá de esa relación, Riquelme juega por sí mismo. Fue el que sacó al macrismo de Boca yendo en la lista de Jorge Amor Ameal como vicepresidente y es el que lo va a enfrentar este año como candidato a presidente. Lo que pase en el país retumba siempre en la política de Boca.

Javier Mascherano también jugó en 2015 cuando se sumó a la campaña con una charla sobre liderazgo junto al líder del PRO. No hizo falta que dijera a quién votaba, con el acto y la foto alcanzaba. Era un apoyo muy fuerte para Macri. Mascherano jugaba en el Barcelona y todavía era el líder de la selección argentina -la que un año y medio antes había sido finalista en Brasil 2014- aunque la cinta de capitán ya la llevara Lionel Messi.

En estas PASO quizá el único apoyo explícito de un futbolista de la selección fue el que Nicolás Otamendi le dio a Malena Galmarini, precandidata a intendenta de Tigre, pero además esposa de Massa. La foto se difundió en junio. Ella con la camiseta de la selección, él con una remera que tiene la leyenda “Malena intendenta”. Otamendi creció en La Paloma, un barrio de El Talar, y es ciudadano ilustre de Tigre desde que salió campeón del mundo con la Argentina en Qatar.

Esa zona de la provincia de Buenos Aires debe ser la más politizada del fútbol. Néstor Gorosito, que es de San Fernando y fue campeón de la Copa de la Superliga con Tigre en 2019, es también amigo de Massa. Estuvo en su asunción como ministro de Economía. Uno de los jugadores de ese equipo de Pipo, Carlos “Chino” Luna, segundo goleador histórico de Tigre, es candidato a concejal en San Fernando. Pero juega en otro lado. Va en las listas de Juntos por el Cambio dentro del sector que tiene como candidato a presidente a Horacio Rodríguez Larreta.

Su rival en la interna, Patricia Bullrich, pudo mostrar por estos días el apoyo de otro ex futbolista. «Sabés que te sigo, sos nuestra futura presidenta. La esperanza del país sos vos», le dijo en una videollamada Matías Almeyda, hoy entrenador del AEK Atenas de Grecia. La precandidata estaba junto a la mamá de Almeyda en Azul, la patria chica del ex jugador de River. También estaba Ramiro Ortíz, precandidato a intendente de esa ciudad bonaerense por Juntos por el Cambio.

Myriam Bregman, diputada nacional y precandidata a presidenta del Frente de Izquierda, posteó hace unos días en sus redes el encuentro que tuvo con Fernando Signorini, preparador físico personal de Diego Maradona en sus mejores años. “Conversamos de fútbol, política e historia. Se imaginarán las anécdotas… ¡Gracias por el apoyo, Profe!”, escribió Bregman, que en abril pasado había estado junto a Signorini en la presentación de “Fútbol y política, conversaciones desde la izquierda”, el libro de Ángel Cappa, ex entrenador de Huracán, Racing y River, y el sociólogo chileno Marcos Roitman. Cappa, que tiene una historia como militante de izquierda y tuvo que exiliarse durante la dictadura, apoya abiertamente a Bregman en estas PASO. “Por su claridad política, por su compromiso con los trabajadores, con las clases populares, con los oprimidos en general”, dijo en un video.

Hace cuarenta años, con el regreso de la democracia, la revista El Gráfico y Radio Mitre encuestaron a los jugadores de entonces. Alejandro Sabella votaba a Italo Luder. Héctor Cúper iba con Álvaro Alsogaray. Ricardo Bochini le daba su apoyo a Raúl Alfonsín. Maradona, que jugaba en el Barcelona, no tenía definido su voto y se reunía con la mayoría de los candidatos para decidirlo. Cuatro décadas después parece difícil publicar una encuesta así. Pero algunos dan sus señales.