Son horas felices para los hinchas de Boca pero, aún así, muchos no dejaron de mostrar uno de los lados más oscuros del superclásico. Las imágenes subidas a las redes sociales son claras: se ven a integrantes de la Policía de la Ciudad lanzando gas y bastonazos a simpatizantes en las inmediaciones de la Bombonera, antes del partido.

«Entre la victoria y la alegría, también volvemos a difundir la represión por parte de la policía a la gente que ingresaba con total normalidad a una de las tribunas populares», publicó la cuenta @bocanet12.

Las interacciones se multiplicaron en minutos. «Hicieron embudo, nos tiraron gas y empezaron… a toda mi gente», respondió @Reelolaa. «Hoy entraron a la tercera bandeja sur varios hinchas ensangrentados, son unas basuras, la policía se aprovechan de más de toda esta situación, ya es hora de que se tomen medidas porque siempre es lo mismo», agregó @RodriRe12.

«¿Y quién va a tomar medidas si los que controlan a la policía son los mismos de siempre, y los jueces responden a los mismos de siempre. En Capital lamentablemente es así, el PRO maneja todo hace años», sumó @Tincho3693.

Repudio a la violencia policial en el superclásico

Hasta los hinchas de River se sumaron al reclamo por la represión. «No importan los colores, importa que la policía pega sin razón a la gente que está caminando sin hacer nada. BASTA DE ESTO», compartió @labaandaCARP.

Según testigos, los incidentes -o la represión- comenzaron a las 14, tres horas antes del partido, cuando efectivos de la polícia porteña comenzaron a lanzar gas pimienta a los hinchas locales. En una de las esquinas de Pinzón, por donde solían entrar los visitantes (pero ahora sólo público de Boca, claro), se vieron las imágenes más violentas.

Los disturbios duraron varios minutos, con corridas que no provocaron personas heridas, al menos de gravedad, ni tampoco detenidos. Los socios habían llegado en forma anticipada para tener un ingreso tranquilo, como lo habían pedido las autoridades del club, pero enseguida comenzaron los inesperados empujones que generaron un ambiente de tensión. Acto seguido, llegó la intervención policial con gases y represión a los hinchas que pugnaban por entrar.

La comisión directiva de Boca había dispuesto para este partido un filtro por el cual los socios tenían que haber asistido a seis de los últimos nueve encuentros disputados como locales.