En los últimos diez años, sin contar a los clubes grandes, salieron campeones Vélez, Banfield, Argentinos, Estudiantes, Arsenal, Newell’s y Lanús en el fútbol argentino de Primera División. Fueron en torneos cortos: 19 partidos en menos de seis meses y un título. Los tres largos, desde el torneo en año calendario de 2015, tuvieron un ganador: Boca. Ahora Racing mantiene la punta desde la cuarta fecha de la Superliga. En la última década, Arsenal descendió a la B Nacional. Vélez, Banfield, Argentinos, Estudiantes y Lanús tienen equipos plagados de juveniles, muy lejos de los campeones. Newell’s, como Argentinos y Lanús, bajó peligrosamente en los promedios. La creación de la Superliga con el subtexto de hacer más grandes a los grandes y más chicos a los chicos, la crisis del dólar que favoreció a los poderosos con las ventas millonarias al exterior, y el consecuente armado de planteles con figuras nacionales e internacionales, empobrecieron a la clase media del fútbol argentino.

Sólo en este mercado veraniego de pases, River, campeón de la Copa Libertadores 2018, incorporó a Matías Suárez, capitán y figura de Belgrano; Racing, líder de la Superliga, sumó a Darío Cvitanich, capitán y figura de Banfield; y Boca, tricampeón de los torneos largos, sumó a Marcos Díaz, capitán y figura de Huracán. Hoy los tres son suplentes. Esos jugadores, en ocasiones, son empujados por los clubes a irse: no les pueden pagar el sueldo dolarizado o necesitan el dinero para sobrevivir. Boca vendió a Wilmar Barrios (20,6 millones de dólares), Leonardo Balerdi (18,7) y Lisandro Magallán (10,2). River a Gonzalo Martínez (15). Racing había hecho lo propio hace seis meses, con Lautaro Martínez (19). Independiente recaudó con Maximiliano Meza (15). En los tres torneos largos, ningún grande bajó de la novena posición. Y todos, desde 2015, jugaron Libertadores o Sudamericana. La Conmebol paga premios en dólares. River, campeón de la Libertadores, embolsó 10,8 millones de dólares sólo en premios.

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La cuestión económica se extiende a la cancha. Lo certifica Luis Zubeldía, entrenador de Lanús, campeón del último torneo corto en 2016. «A equipos como Lanús, que tienen una fortaleza social muy grande, sólo les queda vender jugadores –dice Zubeldía–. Por eso la iniciativa de poner a Pedro De la Vega. Les queda vender a uno por año, mínimo en 5, 6 millones de dólares. Eso te desmotiva. Ojalá que la Superliga se ponga las pilas para que no se polarice tanto como pasa en otros países. Si bien los grandes siempre van a ser los grandes, no estaría bueno que ciertos equipos sean un imperio y que debiliten a los demás. Deberían regularizar de manera súper estricta el hecho del fair play financiero». Recién la sexta venta más alta en este mercado fue de un club no grande: Argentinos recibió 9,1 millones de dólares por Alexis Mac Allister, que pasó al Brighton de Inglaterra. Argentinos fue campeón del Clausura 2010. En la tabla de los planteles con más valor de mercado del sitio Transfermarkt, luego de Boca, River, Independiente y Racing, aparece Vélez. Tres veces campeón en la última década, Vélez (55,5) no llega a la mitad del valor del plantel de Boca (137,7).

A la clase media del fútbol argentino le sale más barato incorporar jugadores de Sudamérica que de otros clubes argentinos. Abundan uruguayos, colombianos y paraguayos. El año pasado hubo récord de chilenos. «Los ingresos por televisión son muy bajos para todos los clubes. Para River o Boca debe ser el 5% de sus ingresos. Y para Argentinos, sacando las ventas, es de casi el 80. Los clubes chicos tenemos una base societaria que siempre es la misma. En cambio Boca ronda los 200 mil socios. Boca recauda por cuota social en un mes lo que Argentinos recauda por televisión en un año», marca Alejandro Roncoroni, secretario general de Argentinos, y detalla: «Los torneos largos van en contra de los clubes chicos, apuntan a que el fútbol argentino termine siendo como en España o Italia. El nivel de los jugadores de los grandes es mayor y los pueden mantener en el tiempo. A la larga, se imponen por la cantidad de individuales y lo amplio de sus planteles».

En España, 13 de las últimas 14 ligas se las repartieron entre Real Madrid y Barcelona. En Italia, las últimas 17 Serie A quedaron entre Juventus (10), Inter (5) y Milan (2). «Si en algún momento hubo ‘campeonatos para todos’ en Argentina, porque campeonaron desde Arsenal hasta Banfield y Lanús, lo que ahora habría es ‘descensos para todos’, un fútbol de ajuste. La mayoría de esos clubes, en la tabla de promedios, está más cerca del descenso que de la punta. Desapareció esa franja media que no pelea por nada, ni arriba ni abajo», dice Juan Manuel Sodo, sociólogo, compilador de De pies a cabeza. Ensayos de fútbol.

Racing impulsa que, en los partidos que haya hinchas visitantes, el club visitante reciba el 20% de la recaudación de la venta. Los que se oponen son los clubes medianos y chicos, que suelen abrirles las puertas a los visitantes de los grandes para hacer una diferencia económica. El sitio Five Thirty Eight, especializado en pronósticos basados en análisis de estadísticas, predice que Racing, con el 76% de las probabilidades, saldrá campeón de la Superliga.

«Cuando se creó la Superliga la idea era socializar, pero generó más diferencia. Racing e Independiente están pasando veranitos. Vendieron mucho y muy bien. Pero ese peso no se va a sostener –expone el presidente de un club de la clase media–. Y la diferencia con Boca y River es monstruosa, no por los derechos de televisión, sino por lo que generan por afuera. En indumentaria y estática, la diferencia es de 20 a 1». El empobrecimiento de la clase media –y baja– crea clima: los impulsores de la ampliación de la brecha entre los clubes proponen como solución el ingreso de las sociedades anónimas deportivas en el fútbol argentino.