Ninguna urgencia llamó a Mauricio Macri para viajar en medio de una pandemia hacia su destino europeo. Primero París, donde realizará junto a su esposa e hija una cuarentena obligatoria de 14 días en un hotel de lujo. Después Zurich, capital de Suiza, donde hasta este sábado no tenían prevista una agenda para el presidente de la Fundación FIFA, el cargo con el que lo homenajeó Gianni Infantino una vez que dejó la Casa Rosada, a principios de este año, tarea que no le requiere un compromiso presencial, mucho menos dentro de la situación que atraviesa el mundo.

Mientras Macri abordaba el vuelo 229 de Air France en Buenos Aires otra preocupación asolaba el cuartel general de la FIFA, en la colina de Zürichberg, y era el decisión del fiscal general de Suiza, Stefan Keller, de iniciar un proceso penal contra Infantino por supuestas acciones criminales: abuso de autoridad, violación del secreto oficial y obstaculización de la acción penal. La causa se basa en las reuniones que Infantino tuvo en 2016 con Michael Lauber, encargado de investigar decenas de causas por corrupción que rodean a la FIFA desde que hace cinco años un operativo del FBI sacudió la estructura que encabezaba Josep Blatter.

Infantino, que saltó a la presidencia del fútbol global un año después de aquel episodio, dijo que esos encuentros fueron legítimos y lícitos, que sólo intentaba colaborar con el exfiscal general. Lauber tuvo que renunciar. También argumentó que las reuniones –al menos tres, filtradas por Football Leaks– tuvieron ese fin, pero el secretismo con el que se manejó lo obligó a renunciar. El puente entre ambos fue Rinaldo Arnold, un fiscal del cantón suizo del Valais. Como recordó el periodista Tariq Panja en el diario The New York Times, Arnold es un amigo de la niñez de Infantino. También quedó acusado en la investigación.

Los voceros de FIFA se dedicaron en las últimas horas a responder consultas sobre este asunto. También sobre el reparto de 1500 millones de dólares entre sus asociaciones miembro, un programa para levantar el golpe económico que supone la pandemia del coronavirus. Al menos hasta el cierre de esta edición, en cambio, no hubo una respuesta oficial a las consultas de Tiempo sobre la agenda de Macri –a quien también lo siguen causas judiciales en la Argentina– una vez que llegue a Suiza, a mediados de agosto. De manera extraoficial, sin embargo, desde Zurich aseguraban que hasta el momento no están previstas actividades relacionadas a la Fundación FIFA. Tampoco hay en agenda, por ahora, una reunión con Infantino, con quien iba a encontrarse prepandemia. 

Es probable que algo de esto surja en las próximas semanas. Infantino siente devoción por Macri desde que el expresidente lo incluyó en la cumbre del G-20 de 2018. Nada le gusta más al titular de la FIFA que sentarse a la misma mesa de líderes mundiales, sin importar la relación que cualquiera de ellos tenga con la democracia en sus países. Así que Infantino devolvió aquel favor con el premio Living Football y luego con el cargo en una fundación creada hace dos años, sin mayor estructura, pero que le permite a Macri no sólo disponer de viáticos en dólares sino, sobre todo, tener a mano una excusa para moverse sin demasiadas explicaciones. Para su viaje relámpago a Paraguay se agitó inicialmente su cargo en el fútbol. Aunque nunca haya quedado claro el fin de ese movimiento, nada tuvo que ver la FIFA.

De regreso al país, una vez que cumplió los 14 días de cuarentena obligatoria, Macri partió hacia otra cuarentena, la parisina, una condición impuesta por Suiza para ingresar a ese país. Serán vacaciones, con paseos por una ciudad sin turismo; un «plan de desconexión», como le admitió a Clarín. La actividad principal de la fundación, en todo caso, la lleva adelante el ex futbolista francés Youri Djorkaeff, director ejecutivo. En mayo, se anunció un partido a beneficio de la lucha contra el Covid-19 pero todavía no tiene lugar ni fecha de realización. ¿Macri viajó para organizarlo? En Zurich, hasta el viernes, dudaban. No hay nada de lo que tenga que hacer en FIFA el expresidente argentino, comentaban, que no pueda resolverse como el mundo está resolviendo estos asuntos en pandemia, con encuentros virtuales. El jueves, mientras Macri volaba a Francia, en Suiza se contaron 220 nuevos contagios de coronavirus, que suman un total de más de 35 mil casos, con unas 1900 muertes. Las restricciones son menores, pero el gobierno suizo está alerta ante un eventual rebrote. Macri podrá moverse sin mayores reparos. «