Hace apenas poco más de un año, el empresario Carlos Rosales compró la cadena de electrodomésticos a los hermanos Garbarino. La empresa, con más de 70 años de vida, controlaba más de 200 locales en todo el país junto con la cadena Compumundo y las fábricas Digital Fueguina y Tecnosur en Tierra del Fuego. Además, gestiona una agencia de viajes homónima y la financiera Fiden. La operación se cerró en poco más de $4500 millones.

Rosales también tiene intereses en el Club San Lorenzo de Almagro, el sector de seguros y el de la radiofonía.

Entre todas las empresas del Grupo Garbarino sumaban 5600 trabajadores de los cuales quedan 4400 empleados. Los restantes, inducidos por el retraso en el pago de salarios y un incipiente vaciamiento, accedieron al plan de retiros voluntarios que en diciembre ofreció la empresa y consistía en un plan de 12 cuotas de las cuales la firma solo cumplió con la primera.

Un tratamiento similar tuvieron los trabajadores que decidieron continuar cuando la compañía comenzó a discontinuar el pago de los salarios y avanzar con suspensiones masivas, además de adeudar más de un año de contribuciones al sistema previsional y a las obras sociales.

Finalmente, Garbarino anunció, días atrás, el cierre de todas sus sucursales que se mantuvieron abiertas en gran número por la acción de sus trabajadores que decidieron ocuparlas en defensa de sus puestos de trabajo al igual que ocurre hace dos meses con las dos plantas industriales fueguinas. La decisión es resultado del fracaso de la operación de venta al grupo Supercanal Arlink, liderado por Facundo Prado, que había anunciado Rosales junto al líder de la federación nacional de empleados de Comercio (Faecys), Armando Cavalieri.

La empresa alega una caída de ventas del 60% al 70% entre marzo y abril, provocada por la pandemia. Sin embargo, según datos del Indec, el sector de electrodomésticos, con la sola excepción de los meses de marzo y abril de 2020, tuvo en 2020 ventas superiores a las de 2019 en todo el período y, lo mismo, para los primeros tres meses de este año con relación a 2020. Es cierto que, probablemente, el sector haya atravesado un cambio de su operatoria en favor de la venta online generando una suerte de obsolescencia en lo que hace al modelo de negocios a través de locales de venta al público. La misma fuente da cuenta de la destrucción de 2816 puestos de trabajo en un año, el 12% del total.

Miles de millones

Los trabajadores se han autoconvocado y asumido la organización del conflicto. Uno de ellos, Domingo F. (no damos su nombre completo por pedido de la fuente) explicó que «no es un problema de la pandemia ni de la caída de ventas, hay un desabastecimiento y abandono de parte de la empresa».

El informante aseguró que «cuando se hizo la primera compra (la de Rosales), la empresa tenía miles de millones de pesos en activos que nunca repuso. Con eso compró Radio Continental y nunca invirtió un centavo».

A un año de su compra, Garbarino adeuda los salarios de sus trabajadores y las contribuciones a la seguridad social. Pero, además, tiene más de 3 mil cheques rechazados por una suma superior a los $4 mil millones. Por eso, ya existen cinco pedidos de quiebra de bancos y financieras, a los que se sumaron Aerolíneas Argentinas y el club Boca Juniors.

Para el gobierno, el conflicto representa un desafío especial. Es que, por un lado, a Carlos Rosales se lo identifica con el oficialismo y, además, porque el número de despidos que implicaría su eventual cierre para una reconversión oficiaría como una señal para el resto de las patronales y exhibiría un cuadro de impotencia de la cartera laboral.

Por ese motivo, según pudo saber Tiempo de fuentes de Trabajo, a pesar de que la empresa dejó de tramitar los Repro hace dos meses, la decisión oficial fue, contrario a lo que dicta la norma y luego de la audiencia ocurrida la semana pasada, viabilizar de oficio un pago de $ 22 mil por empleado que, según confirmaron algunos trabajadores, se depositó el viernes.

Por su parte, en esa audiencia, la empresa ratificó que dará curso legal a un reclamo por una deuda que, aseguran, tiene el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por «fondos retenidos en exceso» por Ingresos Brutos. Con todo, no hizo propuesta alguna para saldar la deuda con los trabajadores aunque se comprometió a llevar una a la próxima reunión, este  miércoles.

Domingo F. coincidió en que «aparentemente la idea de ellos es ir a una reconversión a un modelo digital y, para eso, necesitan despidos encubiertos. El tema principal es que no tenemos un vocero de la empresa que nos diga en qué situación estamos. Los gerentes están como nosotros. No les pagaron el aguinaldo de diciembre y tampoco les dan directivas».

Uno de los sectores opositores a la conducción del sindicato es el liderado por Ramón Muerza que, en diálogo con Tiempo, señaló: «Tanto (Armando) Cavalieri como Rosales se mostraron en el Ministerio de Trabajo diciendo que habían solucionado el problema cuando era una mentira. Todos ellos son los responsables de que los trabajadores hace tres meses que no cobran ni los aguinaldos ni las obras sociales y que no haya mercadería». Tiempo intentó comunicarse con Cavalieri para conocer su visión de los hechos pero no tuvo respuesta. «

Dos marchas en un gremio dividido

El lunes, se realizarán dos convocatorias por el conflicto de Garbarino. Por un lado, los autoconvocados se agruparán a las 10 de la mañana en la sede del Ministerio de Trabajo de Callao al 100, en el centro porteño, para luego movilizarse hasta el Obelisco, en cuyas inmediaciones realizarán un corte de avenidas con el propósito de hacer visible su reclamo.

Por el otro, el titular de los empleados de Comercio, Armando Cavalieri, marchará a Plaza de Mayo. Los autoconvocados declaran que no confluirán con esa medida porque es impulsada por quien consideran responsable de la situación que padecen.

Domingo F., trabajador de Garbarino, señaló que «no nos sentimos identificados por el sindicato. Nunca nos apoyaron. No quisieron ni siquiera pedir bolsones de comida para los compañeros en situación más crítica. Somos un grupo de autoconvocados a los que se van a plegar los delegados de la Agrupación Naranja Clasista y Antiburocrática. El sector de Ramón Muerza nos ofreció apoyo para la logística de la movilización». Además, aseguró que el lunes dos representantes del sector serán recibidos por altos funcionarios de Trabajo.

Muerza, opositor a Cavalieri, le confirmó a Tiempo que será parte de la marcha: «Vamos a acompañarlos. El sindicato los dejó solos».