El próximo jueves se cumple el plazo de un mes que el gobierno se impuso para definir su plan ganadero. En las últimas semanas avanzó con la agenda de negociaciones con las administraciones provinciales y los productores de carne con buenas expectativas, si bien se escucharon reclamos para que el sector privado manifieste un compromiso mayor con la iniciativa.

La observación correspondió al dirigente Pedro Peretti, identificado con una de las vertientes de la Federación Agraria ideológicamente más cercanas a la línea política del gobierno nacional. En el tramo final de la redacción y presentación de la iniciativa declaró que «es clave que los productores acompañen» y advirtió que «muchos sectores gremiales del agro reclaman pero no ponen su parte» en la mesa de negociación.

En una dirección más precisa, Peretti apuntó que el compromiso que se espera es para mejorar el índice de destete, que es uno de los tres ejes que va a proponer el plan oficial. Actualmente el índice es de un 60%, que se considera muy bajo para asegurar el abastecimiento y las exportaciones.

Lo que se quiere es aumentar al 70% lo que representa «2.300.000 terneros más al año y eso es 2.300.000 novillos más al año, que suman millones de toneladas para mercado interno y externo», según calculó el ruralista en entrevista con la TV Pública.

El 22 de junio, los ministros de Agricultura, Luis Basterra, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, plantearon como objetivos del plan el aumento de la producción de carne de 3,2 millones de toneladas al año a 5 millones. Con esa cuenta se aspira a llevar el consumo local encima de los 70 kilos por año por habitante. La proporción para exportación llegaría a los 2 millones de toneladas, con lo cual se duplicaría el nivel actual.

Entre el 5 y el 8 de julio el ministro Basterra se reunió con los interesados de las provincias del Norte Grande, con los de la Región Centro y finalmente con los representantes de las regiones Cuyo y Patagonia. La redacción del programa se realizará en cinco mesas técnicas regionales de las que participarán ministros provinciales competentes en el tema, el Ministerio de Agricultura de la Nación, el Inta y el Senasa.

En el ambiente se pudo averiguar que las negociaciones están prácticamente terminadas. Además del objetivo del destete, se plantearon otros dos ejes: apoyo financiero para mejorar genéticas y los trabajos técnicos dentro de los predios y el aumento del precio de faena para alcanzar el número de producción que proyecta la administración nacional para satisfacer el consumo interno y la demanda de exportación.

El gobierno y los sectores del campo afines impulsan el programa como alternativa para frenar la escalada inflacionaria y para elevar los niveles de consumo. Otra batalla que se da es la de ganarle terreno a la soja, posiblemente el lobby más duro del sector primario de la economía.

También se le pidió al gobierno que avance con la desmonopolización de la cadena ganadera invitando a otros actores como los frigoríficos y cooperativas de empresas recuperadas.

Mesa Agroalimentaria

El miércoles se lanzó la Regional Buenos Aires de la Mesa Agroalimentaria Argentina con un acto en la localidad bonaerense de Sarandí. El espacio está impulsado entre otros por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y la Fecofe, un desprendimiento de la Federación Agraria.

La Mesa Agroalimentaria Argentina puja por un lugar en los espacios de discusión de políticas en las que en representación de los productores figuran La Mesa de Enlace y otras de esa línea.

En el acto del miércoles el espacio se defendió como una forma alternativa de producir alimentos y se revindicó más representativo de la producción que algunas de las entidades que conforman las gremiales ruralistas.