La venta de autos usados cayó abruptamente en marzo después de 14 meses consecutivos de buenos resultados y los empresarios explican el derrumbe como consecuencia de la caída del poder adquisitivo y de la capacidad de ahorro.

En enero de este año los concesionarios que se dedican al mercado de la segunda mano habían reportado un crecimiento del 16,54%. En febrero se repitió un crecimiento importante pero de un 13,52%, 3 puntos inferior comparado con el primer mes.

La comparación de los dos meses iniciales mostraba una tendencia a la desaceleración que se consolidó en marzo, cuando las concesionarias vendieron 150.670 vehículos, un 0,3% menos que el mismo mes del año pasado (151.128), la primera caída después de más de un año.

En el comunicado oficial, la Cámara de Comercio Automotor (CCA) destacó el resultado acumulado en el primer trimestre, que mostró un crecimiento del 9,44% contra igual período de 2017, y lamentó un resentimiento de la rentabilidad de las concesionarias.

Pero el dato más saliente es el de la caída de las ventas. El presidente de la CCA, Alberto Príncipe, la explicó en el marco de un mes habitualmente complejo para el sector pero reconoció que la caída del poder adquisitivo y de la capacidad de ahorro de las familias argentinas afectó el desenvolvimiento del sector.

“La actividad está mostrando altibajos –señaló Príncipe, consultado sobre la pendiente de los primeros tres meses- pero así y todo los números siguen siendo mejores que el año pasado”, equilibró.

El muy buen momento de las ventas de autos cero kilómetro, sostenida a fuerza de importaciones, es otro factor que aparece como posible condicionante para los usados. Las automotrices siguen haciendo negocios con los vehículos brasileños, más baratos y con mejores posibilidades de financiamiento. 

Para el titular de la CCA los autos nuevos fueron un problema hasta que los propietarios de usados bajaron los precios para recuperar mercado “pero eso ya está superado”, aseguró.

En cambio, el problema de las capacidades de compra y de ahorro que afecta particularmente a la población asalariada muestra sus primeros efectos y ensombrece el panorama a futuro: “Hoy la decisión de comprar un auto están menos presente que en otro momento porque empeoró el costo de vida y porque las condiciones para ahorrar son más complejas”, dos razones por las que: “El auto pasa a un segundo lugar” en las prioridades de muchas familias.

“Marzo también es un mes atípico”, remarcó el empresario, quien agregó: “Los recursos, por ejemplo, se destinan a los gastos escolares”.

Las variables confunden la visión para lo que resta del año: “Tiendo a ser optimista pero vamos a ver cómo salen las cosas trimestre por trimestre”, indicó Príncipe. Pero la aspiración está lejos de esperar que las ventas vuelvan a subir en los niveles de 2017: “La idea es sostener el volumen actual. Vamos a tratar de soportar la crisis pero tiene que haber un cambio estructural macro y micro para que haya un cambio sustancial”, concluyó el dirigente.