El dólar volvió a subir, superó los 16 pesos y llegó a su pico histórico: $16.11, con el blue a $16.15. Buena parte de la explicación se encuentra en que el Banco Central recortó el martes la tasa de las Lebac, por cuarta semana consecutiva, lo cual incrementó la demanda.

El economista de La Gran Makro Agustín D’attellis explicó: “el Gobierno ve con buenos ojos que se dispare un poco porque hay sectores especulativos que se lo reclaman. El tema es que de esta manera, la baja de la inflación que pretende el Gobierno no se va a dar. La inflación va a estar en torno al 30%, lo cual con un esquema recesivo es muy negativo”. Para D’attellis, la inflación es un daño colateral inevitable que el macrismo no va a poder detener con las recetas utilizadas hasta el momento. “La estrategia del Banco Central es la de sacar pesos, pero con una devaluación así, los precios van a subir igual. Y demostraron que no tienen Plan B porque no les gusta intervenir con programas del estilo Precios Cuidados”.

Ramiro Castiñeira coincide con el Gobierno en que las culpas son de la “pesada herencia”. “En el corto plazo, la buena noticia es que se evitó ser Venezuela. El Gobierno tomó una economía desarmada y descuartizada. Se logró evitar una crisis de magnitudes históricas, pero todavía estamos en zona de iceberg”, graficó a Tiempo. Castiñeira opinó que “se sintió finalmente el efecto Trump. Todas las monedas de la regió devaluaron luego del triunfo de Donald Trump, menos la Argentina. Ahora, Argentina se pone al día”. Al mismo tiempo, analizó: “Todavía es una economía con inflación. Todo sube al ritmo de dos dígitos; el presupuesto para 2017 va a crecer en torno al 20%, la inflación estimada del Gobierno es del 17%. Por eso, no llama la atención que se devalúe. Esta devaluación es hija de la inflación”. Finalmente, aseguró que para salir de esta situación “hay que prestar atención al déficit fiscal, que es monstruoso y nadie habla de cómo reducirlo; el día en que la palabra ajuste deje de ser mala palabra, nos vamos a empezar a encarrilar”.

El ajuste es, justamente, el foco del análisis del dirigente del FIT-PO Gabriel Solano. “La devaluación fue generada por el Gobierno, que organizó una corrida al bajar las tasas de interés de las Lebac y así promover que esos pesos se vayan al dólar. A esto, le sigue un fuerte ajuste fiscal, para reducir la cantidad de pesos. Obviamente, esto va a afectar a trabajadores estatales, a jubilados y al gasto del Estado en general, como ocurre siempre que se toman este tipo de medidas. Quieren descargar la crisis sobre los trabajadores”, explicó a Tiempo. “Esto ni siquiera va a mejorar las importaciones, ya que el mercado internacional va en otro sentido. Sólo se van a beneficiar la ganancia en pesos de los exportadores y el proteccionismo a quienes pagan salarios”, advirtió. Para concluir, recordó que “a principios de año se devaluó en un 50% y no funcionó. ¿Por qué va a funcionar ahora? Políticamente, es explosivo y puede tener consecuencias muy graves”.

El futuro del dólar

Según D’attellis, “el dólar va a cerrar el año a $16.50 y la tendencia a la suba va a seguir”. En ese sentido, destacó que el rol del impredecible Donald Trump puede ser decisivo. “El Gobierno estima que en 2017 necesita 23 mil millones de pesos para vencimientos de deuda. Y otros 40 mil millones de nueva deuda. Si se complican las condiciones y se cierra el financiamiento externo, con el déficit fiscal y comercial actual, se puede descontrolar el dólar y no tener techo”.

Castiñeira no aventuró cuál será el futuro de la moneda americana con respecto al peso. Pero sí puso el eje en la inflación para reducir el impacto. “Este Gobierno la bajó del 40% a 20%. Pero no se puede tapar todo con deuda. Hay que tomar medidas que bajen la inflación y el ajuste puede ser una salida viable”.

Para Solano, “la fuerte presión devaluatoria va a continuar y se va a seguir devaluando. Lo que no se sabe es hasta dónde va a llegar. Le van a dar la razón a Lavagna, muy criticado por el macrismo por haber pronosticado un colapso económico si no devaluaban”.