No sólo los despidos son una manera de destruir la realidad de una familia, sino también las suspensiones. En los últimos tres meses, más de 4500 empleados fueron suspendidos en sus empresas. Entre agosto, septiembre y octubre últimos se triplicó el promedio de trabajadores suspendidos, con respecto a los mismos períodos de los últimos cuatro años.

Entre 2012 y 2015, el promedio de suspendidos en el mes de agosto fue de 677, mientras que en 2016 suspendieron a 1022. En septiembre, se pasó de un cociente de 432 para 2012-2015, a 728 casos en 2016. Si bien esos números ya son alarmantes, en lo que va de octubre (menos de la mitad de mes) se produjo el mayor salto: de un promedio de 353 (2012-2015), se saltó a 2880 afectados. En total, el promedio de agosto, septiembre y octubre para el período 2012-2015 fue de 1463 suspensiones (488 por mes). En 2016, el total de estos tres meses es de 4630 (1543 por mes). Es decir, los números de suspendidos crecieron en más del triple. Siempre, en base al informe periódico de Tendencias Económicas.

La suspensión es una vieja herramienta utilizada por las empresas para bajar costos salariales. Es una suerte de despido temporal, del cual se puede volver o no. En un burdo intento de tapar la acción precarizadora, algunas empresas optan por adelantar vacaciones y obligar a los trabajadores a tomarse parte de sus días ganados, en los tiempos que determine la empresa. Lo ocurrido en el mes de octubre es realmente preocupante. Arcor adelantó vacaciones a 400 empleados. Pirelli suspendió a 80 trabajadores. Puma hizo lo propio con otros 900. En tanto, Drean obligó una semanita de vacaciones a 1500 empleados.

El caso de Drean tiene un valor agregado particular: en mayo último, el presidente Mauricio Macri estuvo en esa planta y dio un discurso alentador con respecto al presente de la empresa: “Esto demuestra lo que somos capaces de hacer los argentinos cuando privilegiamos el interés del conjunto, no pensando en el sálvese quien pueda, sino pensando en una Argentina que se desarrolla en forma integral, que tiene reglas del juego claras y donde la confianza se fortalece día a día”.