El próximo miércoles el Indec dará a conocer un informe que el gobierno en general y el candidato del oficialismo y ministro de Economía Sergio Massa preferirían que pase inadvertido.

El organismo oficial publicará el índice de pobreza del primer semestre de 2023 que, según estudios privados, se ubicará en el orden del 41,5%.  Eso significa que 19.361.651 personas vivían en hogares en situación de pobreza, en promedio, en los primeros seis meses del año.

Tomando en cuenta el crecimiento vegetativo de la población, se trata de 1.237.598 nuevos pobres con relación a las personas que se encontraban en esa situación, en promedio, en los últimos seis meses de 2022. Un crecimiento en términos absolutos del 7% en la cantidad de personas que no lograron reunir los ingresos necesarios para afrontar el costo de una Canasta Básica Total (CBT) durante ese período.

La estimación surge del Nowcast de Pobreza que, desde 2016, elabora con un alto grado de eficacia el Departamento de Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella a cargo de Martín González Rozada.

Según el estudio, en el semestre que va de enero a junio de 2023 la pobreza sostiene su tendencia creciente que comenzó en abril del 2022, cuando tocó un piso del 35,1% luego de afectar al 42% en el segundo semestre de 2020.

Según el estudio, basado en los informes oficiales del Indec que miden la evolución de las canastas de indigencia y pobreza y los datos de distribución del ingreso de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), es de esperar que la pobreza haya promediado ese 41,5% durante el período con un margen de error que, estiman, la podría ubicar entre un 40% y un 43%.

Distribución regresiva

Según los datos que se conocieron esta semana a partir del informe de distribución del ingreso del segundo trimestre del año, la situación de los sectores más vulnerables sufrió en términos interanuales un marcado deterioro incluso con relación al resto de la población.

Mientras los ingresos generales perdieron un 1,6% de su poder adquisitivo con relación a la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC), el 40% más pobre de la población resignó ingresos en términos reales por un 5,13% con relación al IPC. Esos ingresos, que se situaron en promedio en los $ 51.196, se incrementaron en forma interanual en un 102,8% cuando la inflación general promedió para el trimestre una suba del 113%.

Pero, además, la pobreza se mide en función de la evolución de la CBT, que se encareció, durante ese segundo trimestre, en un promedio del 118% consagrando una caída de los ingresos del sector más relegado de la pirámide del 7,5% en términos reales frente a una línea de pobreza que, en junio, se situaba para una familia integrada por dos adultos y dos menores en $ 232.426 pero que, en agosto, ya roza los $ 285 mil.

Un triste récord

Por eso, el estudio indica que, para el segundo trimestre del año, en promedio, la pobreza afectó al 44,4% de la población mientras que durante los primeros tres meses de 2023 se había situado en un 38,7%. El mismo informe señala que, entre los meses de julio y agosto, el índice habría modificado su tendencia marcando un 43,1% insuficientes para evitar que, según el último dato semestral publicado, el período que va de marzo a agosto marque una pobreza promedio del 43,2%, por encima del pico del 42% registrado en el marco de la pandemia.

Se trata del índice más alto desde 2005, cuando venía marcando una tendencia de franco descenso luego del techo del 65,5% registrado en el primer semestre de 2002.

Lo que falta

El informe de la Di Tella no ahonda en detalles que recién se conocerán el miércoles cuando el Indec publique los datos oficiales. Por caso, no especifica el porcentaje de la población que vive en hogares en situación de indigencia y que, según el último informe oficial, llegaban hasta el 8,2% de la población.

Tampoco se conoce aún un dato relevante como es la denominada “brecha de pobreza”, que marca la distancia entre los ingresos medios de los hogares pobres y la línea de pobreza que se situó en el último semestre de 2022 en un 36,2% con tendencia a la baja.

El dato marca la expectativa y las posibilidades de las personas en situación de pobreza para salir de ella y el impacto de eventuales políticas de distribución para conseguirlo. Por caso la quita del IVA implicaría una mejora de los ingresos de ese segmento de la población que, en un hogar con dos adultos bancarizados, podría ser de hasta $37 mil, equivalentes, hoy, a un 12% de la CBT.