El abogado Eugenio Semino encabeza la dirección de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo hace ya más de una década. Transitó en ese cargo de carrera dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner, de Mauricio Macri y, ahora, de Alberto Fernández. Desde ese lugar y en todos los casos mantuvo una posición independiente de los gobiernos y desde la defensa de los haberes de los jubilados así como del histórico reclamo del 82% móvil.

Desde el punto de vista de su carrera profesional, además, es presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología (SIG) y presidente del Comité Científico para América del Instituto Fernando Santi de Italia además de ser profesor en las Universidades de Buenos Aires y Lomas de Zamora.

En diálogo con Tiempo, sostiene que, si bien está fórmula resulta menos favorable a los jubilados que la que rigió durante el período que va desde 2009 y 2017 porque toma el índice salarial más ajustado de los dos existentes, el núcleo del problema es el punto de partida del haber cuyo mínimo se encuentra apenas por encima de los $18 mil cuando la canasta de la tercera edad ya supera los $45 mil.

-¿Qué opina en general de la nueva fórmula de movilidad que surgió del debate de la bicameral?

-Lo primero que hay que decir es que el debate de la ley de movilidad resulta absolutamente secundario y falaz porque el problema es la recomposición del haber. Hay mínimas de $18 mil y haberes promedio de $26 mil con una canasta que supera los $45 mil. El impacto es absolutamente la nada. Con relación a la propia propuesta de movilidad, es la fórmula de 2008 a 2017 pero devaluada porque se toma el índice Ripte. Pero es discutir una papa en un puchero que nadie puede preparar.

-¿Por dónde empezaría?

-El tema central es la recuperación del haber. Te afanaron seis puntos en el empalme de diciembre 2017 que su consideración ya está en la Corte Suprema a partir de varios expedientes. Pero en el medio tenemos 20 puntos más que se perdieron entre 2017 y 2019 y, encima, este año se van a perder 15 puntos más en promedio porque los reajustes desde marzo están con índices decrecientes hacia arriba. La gran deuda del sistema político es recomponer esos 40 puntos. Por ejemplo la discusión que surge entre las fórmulas es si se sube $42 o $50 por día. Es una discusión falaz.

-¿Es casual que se haya presentado la propuesta cuando vino la misión del FMI?

-No. El FMI siempre pide lo mismo en la Argentina y en todo el mundo. Ellos saben que donde hay plata es en el sistema de seguridad social.

-¿Es cierto que durante el período que va de 2009 a 2017 los haberes le ganaron a la inflación como aseguró la titular de ANSES María Fernanda Raverta?

-Sí, pero una cosa es la inflación en general y otra es la particularidad de la canasta de los jubilados. Además la fórmula recompone en otro contexto. Estamos en un escenario totalmente distinto. Comparar no corresponde. Con esa fórmula se perdió con la inflación en el 2012 y en el 2014. En el tramo largo salió favorecido el jubilado pero no es garantía. Cuando Macri hizo la fórmula con inflación era para robarle a los jubilados porque tenía una previsión de 15 puntos de inflación. Después se le quemaron los papeles.

-¿Quién tiene razón entonces?

-Mi bronca es con todo el sistema político y no con esta administración en particular. Vemos viejos morir en los geriátricos todo el tiempo. El 80% de los muertos son adultos mayores. Debieron ser más respetuosos con el estado de cosas del sector. Algunos se murieron y otros quedaron con secuelas y se van a morir en un tiempo. Los que tenían un nivel de asistencia por parte de la familia también la perdieron porque las familias perdieron ingresos. Con $ 18 mil no puede vivir nadie en la Argentina, ese es el debate. En la Bicameral dije que estaban discutiendo el sexo de los Ángeles. Mientras el oficialismo dice que tenemos que ir a la fórmula del 2009 y la oposición dice que hay que aplicar la fórmula suspendida. Se discutió lo periférico. El epifenómeno de cómo mantener lo que es una miseria.

-¿Corresponde recuperar el 82% móvil? ¿Es posible?

-El 82% es una tasa de sustitución razonable. Hoy está en un 46%, que no tiene razonabilidad. Debiéramos estar discutiendo cómo financiar el sistema. El sector trabajo está destruido. Teníamos 37% de trabajo en negro cuando empezó la pandemia y vamos a tener más de un 50% cuando termine. Es muy poca la plata que entra. El impuesto que más aporta es el IVA, que es el más regresivo y el más injusto. El consumo está deprimido porque no se afecta las rentas con un porcentaje para la seguridad social. La renta financiera o la renta minera. En los países escandinavos la renta petrolera financia la seguridad social.