La Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Lavallol (Cotramel, ex Canale) firmó un acuerdo con Siderar-Techint para abastecerse de insumos de manera directa, lo que reporta un significativo descenso en el costo de producción y una mejora en la competitividad. La gestión se canalizó a través del Dirección de Empresas Recuperadas y abre la puerta a otros acuerdos con la principal productora de aluminio del país.

Para Eduardo «Vasco» Murúa, titular de la citada Dirección y referente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), este tipo de acuerdos debería ser «lo normal» y saludó el reconocimiento que implica a la calidad del trabajo cooperativo.

Formada por trabajadores de la metalúrgica de la alimenticia Canale que recuperaron la fábrica tras su cierre en 2018, Cotramel produce envases de metal para la alimentación, entre otros rubros. El principal insumo para su producción es la chapa de hojalata, que siempre adquirieron a través de distribuidoras que a su vez le compraban a Techint.

A partir de este entendimiento, Cotramel compra directo a la siderúrgica, al mismo precio que sus competidores y ahorra el costo de la tercerización. Desde la cooperativa remarcan la importancia estratégica para mejorar la competencia.

Nicolás Macchi, presidente de Cotramel, apuntó en diálogo con ANSOL: «Podemos comprar hojalata de primerísima calidad, que no es la que obtenemos de revendedores, a un precio mucho menor que impacta de lleno en nuestros costos».

Macchi destacó que «no es solamente para nosotros; el acuerdo incluye que a través de nuestra cuenta se puedan comprar insumos para toda la industria metalúrgica, a menor costo».

Por su parte, Murúa expresó: «Debería ser lo normal. Lo que logramos desde la Dirección de Empresas Recuperadas es que no haga falta ir a comprar a un distribuidor de la chapa que hace Techint, porque se le compra directamente».

Cotramel es la primera empresa recuperada a la que Techint toma como cliente. Según Murúa, «seguramente esto mismo se dé con otras empresas. Y tenemos el acuerdo con Techint para que Cotramel le compre la chapa a otras empresas que lo necesiten».

Por la jubilación y la obra social

Consultado por la situación del sector en 2023 y los objetivos del MNER, el «Vasco» definió que esperan lograr un marco legal que iguale a las empresas recuperadas de Argentina con el resto de las pymes en el acceso al crédito y un reconocimiento igualitario para las y los trabajadores.

«Uno sueña con tener la misma calidad como empresa recuperada que cualquier pyme y así acceder a créditos baratos y subsidiados por el Estado. Poder lograr un fondo para reconversión tecnológica, que al menos quede plasmado para que las empresas puedan acceder a crédito para comprar maquinaria y mejorar la producción. El Estado también debería reconocer a los trabajadores en su jubilación y obra social», expresó.

«Con esas conquistas podríamos estar coronando la gestión, y lo que buscamos es la ley que vamos a tratar en el Congreso. Es importante que se institucionalice lo que se logra para la clase trabajadora», dijo Murúa.

Por último, se refirió al significado que tiene la aprobación de la ley de Recuperación de Unidades Productivas, que se encuentra en la Cámara de Diputados como proyecto. Precisó que «hace falta una ley que acompañe la recuperación de las empresas, para que no sean procesos tan constrictivos, problemáticos y costosos para quienes recuperan una empresa. Y además, que muchas más sean recuperadas. Hoy solo se recuperan las empresas donde los trabajadores han decidido la lucha, pero creemos que tendría que el Estado tener una política -que esperamos lograr con esta ley- para no permitir que se cierre un bien social como una empresa».

«Si bien sabemos que en situaciones de concentración económica como la que transitamos se cierran empresas privadas, los trabajadores de empresas recuperadas tenemos 25 años de historia demostrando que sabemos manejar una empresa que un privado no pudo llevar adelante. Desde nuestra dirección vamos a trabajar por lograr estas cosas y convencer al gobierno, que es una discusión que nunca está acabada. Hay tantos argentinos y argentinas que hacen un gran esfuerzo por sostener el trabajo del que los expulsaron y a veces se los maltrata», concluyó Eduardo Murúa.