Según el informe de generación de ingresos de la economía que publica el INDEC, en términos relativos, las ganancias de los empresarios se encuentran en su mejor momento con relación a la situación de los asalariados. Es que, en el segundo trimestre de este año la participación del excedente de explotación bruto sobre el valor agregado total de la economía alcanzó un 50,9% mientras que la remuneración del trabajo asalariado explica apenas el 40% del total del valor agregado de la economía.

Durante el mismo período del año anterior la relación era inversa. Mientras el excedente de explotación bruto explicaba el 47% del producto, la remuneración de los trabajadores asalariados llegaba hasta el 49,8%.

Así las cosas, en la comparación interanual, los asalariados perdieron 9,8 puntos mientras que las ganancias de los empresarios escalaron casi 4 puntos. Al mismo tiempo, la participación de los ingresos mixtos, relativos a los trabajadores autónomos, subió 1,6 puntos que dan cuenta de un proceso de precarización del empleo.

A la hora de desglosar los resultados surge que el valor agregado bruto mensual promedio de la economía en el segundo trimestre de este año en comparación con el mismo período del año anterior (en el que se cursaba la peor parte de las restricciones derivadas de la pandemia), creció un 93% en términos nominales cuando la inflación se situó en junio en un 50,2%. Pero mientras las ganancias empresarias se incrementaron un 109% la remuneración al trabajo asalariado lo hizo en un 55% que no se explica sólo por la suba de los sueldos sino también por un incremento de los puestos de trabajo de un 1,6%.

El comportamiento de las variables mencionadas, lógicamente, podría estar sesgado por la base de comparación interanual que se da con relación al peor momento de las restricciones generadas por la pandemia. Sin embargo, la participación actual de las distintas clases sobre el producto es la que muestra la posición relativa más beneficiosa para los empresarios desde que se realiza este informe en el primer trimestre de 2016 cuando se ubicaba en 35,3%.

Desestimando la estacionalidad y tomando como base de comparación el mismo trimestre, resulta que fue el segundo trimestre de 2020 cuando se registró la segunda participación empresaria mas alta sobre el producto que alcanzó un 47%. Hacia atrás, en 2016 había sido del 44,2%, en 2017 del 41,7%, en 2018 el 44,7% y en 2019 el 45,5%.

De este modo, la distribución del ingreso entre las clases sociales que participan en la producción viene sufriendo un proceso regresivo y sistemático, al menos, desde 2016. La pandemia y la política económica que la acompañó no hizo más que agravar esa situación.

Del lado de los asalariados que, está dicho, perdieron 10 puntos de participación en el último año, la escalada es inversa en la medida en que, en el segundo trimestre de 2017 explicaban el 50,2% del valor agregado.