Los datos de pobreza publicados este miércoles por el Indec son alarmantes. Con un 42 por ciento de pobreza a nivel nacional -que asciende a 51% en los partidos del Gran Buenos Aires-, hay más de 2 millones de nuevos pobres en el país, con respecto a los que había a fines de 2019; es decir, antes de la pandemia. Eso, si te tiene en cuenta el universo medido por el Indec, de 28,5 millones de personas. Si se proyectan los números a un total de 45 millones de habitantes, los nuevos pobres son más de 3 millones.

Según el informe del Instituto Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), conducido por el Director del Banco Nación, Claudio Lozano, “el salto en los niveles de pobreza que se había experimentado durante el segundo trimestre -el período más duro de la crisis- mantuvo cierta rigidez frente a la recuperación económica de los trimestres siguientes”. Así, “hacia el 4to trimestre 2020, con la economía funcionando en niveles cercanos a los valores de la pre-pandemia, la pobreza se mantuvo apenas por debajo del altísimo nivel alcanzado durante el parate de la economía”.

En el mismo sentido, el informe de IPyPP detalló: “El 45,3% de pobreza en el 4to trimestre implica un descenso de apenas 1,7 puntos porcentuales respecto al 47% registrado en el 2do trimestre. Por su parte, si bien la indigencia exhibió una reducción algo mayor respecto al 12,3% del 2do trimestre (se redujo 1,9 puntos porcentuales), se mantuvo prácticamente estancada respecto al 3er trimestre, persistiendo en un nivel históricamente alto de dos dígitos”.

Los últimos meses del año pasado fueron atravesados por un combo calamitoso para el bolsillo de millones de argentinos. Por un lado, “la desaceleración en el ritmo de recuperación económica y su limitado impacto en el empleo”; por otro, “la decisión de recortar buena parte del paquete de medidas de contención que se habían implementado”; finalmente, “la aceleración de los precios, reflejada en variaciones mensuales del IPC superiores al 3%” produjeron la tormenta perfecta para el alza de la pobreza.

Sin sorpresas en el territorio

Las organizaciones sociales enfrentan a la problemática cara a cara, en el día a día. Jorge Ceballos, Secretario General del Movimiento Libres del Sur en la provincia de Buenos Aires, explicó a este medio: “Lamentablemente, teníamos una percepción de esta situación, por el trabajo que hacemos en la zona, donde nos aparecían nuevos pobres. Gente calificada, hasta profesionales, que quedaron sin ingresos. Es doloroso ver esto. Los nuevos pobres, junto con los jubilados, son las principales víctimas”.

“Los jubilados, que componen el sector social y etario que aportó la gran cantidad de víctimas de coronavirus, perdieron también con la inflación y el Estado se ahorró 100 mil millones de pesos. Achicaron gastos en el marco de la negociación con el FMI y el resultado fue que mucha gente quedó a la deriva. Es una situación dramática”, apuntó Ceballos.

Juan Tevez, dirigente social del MTE La Matanza, apuntó: “En el segundo y tercer cordón de La Matanza, de Casanova a Virrey del Pino, casi un 70% de trabajadores que viven de la economía popular o de changas. A eso, si se le suma el combo de la pandemia, da como resultado el salto de 250 y 300% en la asistencia alimentaria. A los 15 días de empezada la pandemia, en los comedores pasamos de darle de comer a 50 personas, a darle de comer a 350 personas”.

El dirigente afirmó que “el piso quedó elevado; de las 350 personas que llegamos a asistir, bajó a 100 u 80, pero no a las 50 que había antes. En el mundo del reciclado se ve también claramente: hoy, es casi la misma cantidad de recicladores formales que los nuevos; es decir, hay una nueva camada de recicladores”, alertó.

Por su parte, el diputado nacional y dirigente de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, evaluó: “La pobreza que dejó el gobierno de Mauricio Macri fue muy fuerte. La pandemia lo que hizo fue agudizar la problemática. Lamentablemente, cuando la economía empezaba a repuntar, llega la segunda ola de la pandemia. De no ser por las organizaciones sociales y por la ayuda del Estado, hubiera sido un infierno. Va a costar mucho tiempo recuperarse de esto y hemos hablado ayer (martes) con el Presidente (Alberto) Fernández para ver de qué manera contener a esa gente que está sufriendo mucho esta situación”.