Mercedes D’Alessandro nació en Misiones, se recibió en la Universidad de Buenos Aires y vivió en Nueva York hasta que la llamó Martín Guzmán y le propuso ser la cabeza de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género. Es la primera vez que el ministerio de Economía tiene un espacio institucional para pensar políticas con perspectiva de género, “no solo en Argentina, sino también a nivel latinoamericano y, hasta dónde sabemos, en el mundo”.

Luego de la presentación oficial del espacio, D’Alessandro fue entrevistada por un grupo de periodistas, en el Palacio de Hacienda. “La llegada de esta Dirección lo que hace es canalizar una demanda que viene de la calle y darle un marco institucional”, aseguró.

La creadora de la organización Economía Feminista y autora del exitoso libro que lleva el mismo nombre disparó: “Las tareas de cuidado son la clave de la desigualdad económica”. Por tanto, hacia allí apuntará los cañones de la nueva Dirección.

-¿Hay datos sobre los cuales trabajar?

-Hay muchos datos de Indec, de Anses, etc. El problema es que esos datos están dispersos y son de difícil acceso. Una de las cosas que empezaremos a trabajar es en un laboratorio de datos para tener esa información organizada, publicada de manera trimestral, que sea fácil de poder seguir y que pueda servir de base para quienes toman decisiones de políticas públicas.

-¿Habrá iniciativas a nivel parlamentario?

-Hay una iniciativa importante. En febrero, se hizo una mesa interministerial, con una docena de ministerios, en la que se habló de una política integral de cuidados. Para mí, es fundamental. Entre los trabajos de las mujeres encontramos dos tipos: remunerados y no remunerados. En estos últimos (cuidar personas, hacer tareas de hogar, etc.) las mujeres dedican tres veces más de tiempo que los hombres. Son 6 horas diarias promedio que quitan tiempo para acceder al mercado formal. Esto hace que sufran mayores niveles de precarización, con menos horas, entrando y saliendo del mercado laboral, etc. Desde el ministerio de las Mujeres, se va a hacer un mapeo y nosotras desde el ministerio de Economía vamos a trabajar en un presupuesto, para ver cuáles son los recursos necesarios para satisfacer esas necesidades de cuidado. Queremos ver cuál es la inversión necesaria y también cuáles son los costos de no llevarlo adelante. Hoy, no contamos con estadísticas que nos muestren eso, aunque el Indec se comprometió a relevarlo, a través de una encuesta del uso del tiempo, que se hará cada dos años. Esto, sumado al trabajo del ministerio de Desarrollo Social con las economías populares y su relación con el cuidado, creemos que será una de las grandes apuestas que tendremos. Para nosotras, las tareas de cuidado son la clave de la desigualdad económica. Hoy, el problema más grande que tenemos es la inserción al mercado laboral y eso está íntimamente ligado a estas tareas al interior de los hogares.

-¿Cómo se implementaría?

-Se está trabajando. Todavía no hay algo en concreto. Hay muchas ideas y muchas políticas al respecto. Lo que se intentará hacer es integrarlas en un programa único. En el medio, hay una emergencia y hay muchas cuestiones que se van resolviendo en ese marco. Pero la idea no es quedarse en eso, sino ir trabajando y avanzando de manera coordinada.

-¿Hay un cálculo de dinero sobre el trabajo doméstico no remunerado en Argentina?

-No hicimos ese cálculo, todavía. No queremos hacerlo muy por arriba. La semana pasada salió en NY Times un trabajo que muestra que las estadounidenses aportan al PBI un trillón y medio de dólares. En México, se calcula y el porcentaje de aporte al PBI supera al 16%, a la par de la industria. Nuestra sensación es que Argentina es una cifra similar, pero aún no hemos hecho el cálculo.

Otra iniciativa prioritaria de la Dirección es el presupuesto con perspectiva de género. “Hay políticas que impactan más sobre las mujeres y otras sobre los hombres. Uno puede ver cuántos recursos del Estado se orientan a cerrar brechas. Sirve para ver dónde falta más, dónde menos, etc. Es una herramienta que sirve para guiar el diseño del presupuesto y que se pueda utilizar también en muchísimos marcos por fuera del Estado. Tenemos la posibilidad y la responsabilidad de construir indicadores fuertes porque son para tomar decisiones”.

-¿Cuál es el porcentaje de informalidad en trabajadoras de casas particulares?

-El 72,4%. Estaba cerca de 80% y bajó a 72%, pero sigue altísimo. Se fue reduciendo desde la sanción de la ley que regula esta actividad, pero sigue en niveles muy altos. El 16% de las trabajadoras está en ese sector; es el sector más feminizado, con casi el 96% de mujeres, tiene el nivel más alto de informalidad de toda la economía y tiene el promedio salarial más bajo, que está hoy en $ 8.167, lo cual es casi la mitad del Salario Mínimo Vital y Móvil.

En el trabajo doméstico se produce una paradoja, en la cual para poder insertarse en el mercado formal, una mujer termina por explotar a otra. “Cuando una mujer sale a trabajar, deja una ‘vacante’ en su hogar porque las tareas domésticas no son ocupadas por los hombres del hogar. Entonces, alguien tiene que cubrir esas tareas. Quienes pueden, contratan a alguien y esas mujeres están muy mal pagas. Ahí, hay un desafío a resolver. Es un sector muy golpeado por la precarización laboral”, explicó la funcionaria.

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En el mismo sentido, D’Alessandro apuntó a la necesidad de abrir el abanico laboral en las mujeres. “Tenemos que poner el ojo también en fomentar la participación de las mujeres en la industria y la energía, por ejemplo, que son de buenas condiciones laborales y de muy buenos salarios, y hoy están altamente masculinizados. Si queremos apuntar a una Argentina industrialista, debemos prestar atención a políticas que incentiven a la inserción de las mujeres en esos sectores. Para esto, tenemos que trabajar en romper estereotipos que se construyen desde la temprana infancia. Además, hay que trabajar en los cuellos de botella porque esos sectores tienen también tareas administrativas que en su mayoría están ocupadas por hombres, pese a que la mitad de los egresados de carreras administrativas son mujeres. Queremos garantías de equidad en los trabajos”.

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(Foto: Ministerio de Hacienda)


-¿Qué se puede hacer desde la Dirección con el tema de los femicidios?

-Vamos a apoyar muy fuertemente al ministerio de las Mujeres, que está trabajando con la problemática de los femicidios. Entendemos que dentro de los femicidios hay también una dimensión económica. Más del 60% de las víctimas lo fue en su propio hogar. El factor económico pesa porque una mujer que se quiere ir de ese hogar, muchas veces no tiene un salario propio, no puede independizarse, tiene los hijos a su cargo y son rehenes de esas situaciones.

-¿Hay algún plan proyectado sobre el endeudamiento de las mujeres?

-Casi 2 millones de beneficiarias de Asignación Universal por Hijo (AUH) tienen deuda con Anses, a partir de créditos, que rondan los $ 15.600. Lo que hicimos fue bajar las tasas de interés en 11 puntos y suspender las cuotas de enero, febrero y marzo. Estamos hablando de mujeres con ingresos muy bajos y la Anses descontaba directamente de la AUH. Estamos trabajando en cómo rediseñar esta estructura porque el endeudamiento de las familias más pobres es muy alto.

-El gobierno anterior impuso la Pensión Universal de Adulto Mayor (PUAM), en lugar de las moratorias para la jubilación mínima, lo cual para las mujeres es un aumento de hecho de la edad jubilatoria. ¿Se piensa trabajar en esto?

-Una de las cosas que planteamos es que el debate sobre el sistema previsional tiene que tener perspectiva de género. Es ineludible que las mujeres participemos de ese debate. La PUAM también limita las posibilidades de trabajar. No puedo dar detalles, pero estamos participando activamente de esos debates, para poner esos temas sobre la mesa. Estamos trabajando en todas las áreas para poner en juego la cuestión de género.

-¿Va a haber una ley de cupo laboral trans en la administración pública?

-En la primera reunión que tuvimos planteé que en este edificio (Palacio de Hacienda) no había ninguna persona travesti o trans. Hay que tomar cartas en el asunto urgente. Una ley obliga y mejora, pero se pueden hacer cosas sin que te obligue una ley.

-En Morón, se aprobó un proyecto para la distribución gratuita de productos de gestión menstrual, para los sectores más vulnerables. ¿Se puede pensar en algo así a nivel nacional?

-Entendemos que lo de Morón es un logro muy importante. Una de las cosas que hablamos con la gente de política tributaria es ver si corresponde que tenga un IVA del 21% o si corresponde uno más pequeño como tienen otros productos que atienden necesidades básicas porque consideramos que atender a la gestión menstrual es una necesidad básica.

-¿Puede haber licencia por paternidad extendida?

-Las políticas públicas están pensadas para una familia tipo. Mamá, papá, dos hijitos. La familia hoy en día ha cambiado y tenemos familias de muchos tipos diferentes. Hay que pensar si corresponde una licencia de cuidado, sin que sea necesariamente la pareja de la madre, sino que puede ser una tía o abuelo. También queremos una licencia que de a los varones los mismos derechos que a las mujeres porque esto genera también una asimetría muy grande, ya que muchas veces los empleadores, a la hora de contratar, no toman mujeres por miedo a la licencia por maternidad.

-¿Cuál es el presupuesto asignado a la Dirección?

-Hoy, hablar de presupuesto es hablar de ciencia ficción (bromeó). Hay que rehacer todo el presupuesto.

Finalmente, Mercedes volvió sobre la necesidad de generar una política integral de cuidado. “Es lo principal. La desigualdad es un problema estructural en Argentina y también es urgente porque la crisis le pega más fuerte a las mujeres, ya que están en una situación de mayor vulnerabilidad económica que los varones. Si logramos mejorar el tema del cuidado, será la piedra fundacional porque derrama para todos lados. Es la verdadera teoría del derrame”.