La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODAyARA) protagonizó junto con la Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina (Urgara) el conflicto gremial más profundo de 2020 en la lucha por la recomposición salarial con una huelga que se desarrolló durante 21 días en diciembre. El conflicto profundizó la relación entre los dos sectores que, además, comparten patronales del sector agroexportador.

Los trabajadores enrolados en la Federación Marítima Portuaria y de la Industria Naval de la República Argentina (FeMPINRA) también protagonizaron conflictos contra despidos en la hidrovía y por la continuidad de las operaciones en la Terminal 5 de la Ciudad de Buenos Aires.

Los titulares de ambas federaciones, además, de una u otra forma se han delimitado de la conducción de la CGT. En el caso de los portuarios y navales, Juan Carlos Schmid renunció a su cargo en el triunvirato de conducción en septiembre de 2018 por diferencias con sus pares, se recluyó en la CATT y se dejó ver con dirigentes de las organizaciones sociales y de la CTA Autónoma. Por su parte, Daniel Yofra, de Aceiteros, siempre mantuvo una posición crítica de la cúpula cegetista y se mostró más cercano a gremios identificados con la CTA Autónoma y, en alguna ocasión, con aquellos ligados a la izquierda y el clasismo. En el último período inició un acercamiento con el Frente Sindical para el Modelo Nacional liderado por Pablo Moyano y Sergio Palazzo.

En ambos casos, exhiben salarios muy por encima de la media que resultan de esa conflictividad y, a la vez, del carácter exportador de sus patronales que obtienen ganancias en dólares.

Ahora, los dirigentes anunciaron su intención de avanzar en la institucionalización del vínculo a través de una confederación que los agrupe en función de su posición en la cadena del comercio exterior y, a la vez, intentar tallar en la interna de la CGT a través de la creación de un nuevo espacio.

En diálogo con Tiempo, Daniel Ayala, de Aceiteros, explicó que «la idea es profundizar la unidad en una zona estratégica y mejorar las condiciones de los trabajadores que representamos en la cadena productiva del agronegocio».

Juan Carlos Schmid, por su parte, señaló que «queremos tener una voz más potente en el esquema agroexportador y portuario». Sobre el vínculo con sus pares, el extriunviro de la CGT señaló que «con Yofra venimos luchando hace varios años. Hemos compartido mesas y he ido a plenarios de Aceiteros. En Vicentin estuvimos protestando juntos». A la vez, explicó que «no nos agrupamos solo para pelear por los salarios sino para tener una voz en la políticas públicas».

Sobre la gravitación del nuevo espacio en la situación interna de la CGT, Yofra aclaró que «esto no viene a reemplazar a la CGT. No hemos hablado de la interna pero entendemos que tiene que haber libertad de acción. Los dirigentes de todos los sectores están hablando y por eso hay tantos frentes y reagrupamientos sindicales».

Schmid señaló: «Yo fui crítico desde adentro y, cuando me fui, obviamente, fue por esas diferencias. Eso seguramente lo vamos a encarar cuando haya un congreso o un confederal. Hemos compartido escenarios de lucha y de debate con los aceiteros, ese es el punto de partida».

Yofra dejó clara su postura: «No estoy para nada de acuerdo con esta conducción de la CGT. El 50% de los trabajadores registrados son pobres. Si seguimos en la mesa de los empresarios y los gobiernos de turno aceptando lo que nos dicen, vamos a estar cada vez peor». «