El Fondo Monetario Internacional aclaró este miércoles que la relación mutua se encuentra detenida, con lo que los fondos provenientes de la quinta revisión del acuerdo del préstamo stand by con la Argentina, calculados en unos 5400 millones de dólares, no llegarán próximamente.

“Tal vez la Argentina deba esperar”, fue la elíptica frase que empleó el por ahora jefe interino del FMI, el estadounidense David Lipton, al referirse al tema en una entrevista con la agencia Bloomberg.

Lipton sostuvo que la “espera” a la que debía someterse la Argentina se explicaba en que “la situación actual de la Argentina es extremadamente compleja”.

Las declaraciones de Lipton son las más claras en relación a la marcha del acuerdo que el organismo y la Argentina firmaron en junio de 2018 y que luego ampliaron en septiembre de ese mismo año.

El crédito del FMI, por un total de 56.000 millones de dólares, es el más grande en la historia de ese organismo multilateral. De ellos, el Fondo ya desembolsó 44.000 millones.

Lipton se reunió el martes con el presidente Mauricio Macri. La reunión no surtió ningún efecto y, en todo caso, desgastó aún más la figura presidencial de manera innecesaria toda vez que no estaba pautado que él participara del encuentro y que sí lo hicieran el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, quienes también estuvieron en la reunión.

Tras el fracaso de la gestión presidencial, Lipton emitió un comunicado en el que no mencionó el desembolso vinculado a la quinta revisión del acuerdo y sí incluyó las habituales fórmulas del tipo “Expresé nuestra intención de continuar colaborando con las autoridades y ayudarlas a responder a la difícil situación y los tiempos desafiantes que se avecinan. Nuestro diálogo y estrecha colaboración con las autoridades argentinas continuará…”.

El FMI «trabajará para una eventual reanudación de una relación, algún tipo de relación financiera con ellos, que tal vez tenga que esperar un tiempo», dijo Lipton a Bloomberg Radio. «La situación de Argentina en este momento es extremadamente compleja».

El gobierno de Macri implementó tras la fuerte devaluación del peso que siguió a las PASO una serie de medidas que incluyó el control de cambios y capitales, además de un default selectivo y el inicio de conversaciones con acreedores para reestructurar el conjunto de la deuda pública.

Para Lipton, estas medidas son menores ante el desafío más importante: «El problema más grande es cómo calmar el mercado y estabilizar la situación», aseguró.

Con Georgieva

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(Foto: AFP)


Lacunza tuvo este miércoles, en Washington, un breve encuentro con Kristalina Georgieva, la flamante directora gerente del FMI, que asumirá el 1 de octubre en reemplazo de Christine Lagarde.

Fuentes del Palacio de Hacienda aseguraron que Georgieva le dijo a Lacunza que la Argentina «está en el tope de prioridades para el Fondo».

Antes del encuentro con Georgieva, Lacunza almorzó en el edificio del Fondo con el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner; el subdirector, Nigel Chalk, y el jefe de misión para la Argentina, Roberto Cardarelli. El titular del Palacio de Hacienda estuvo acompañado por el secretario de Política Económica, Sebastián Katz; el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, y el director de la Argentina ante el Fondo, Gabriel Lopetegui.

Estas gestiones suceden en el mismo momento en que el Directorio Ejecutivo anunció que Kristalina Georgieva fue seleccionada para el cargo de director gerente en reemplazo de Christine Lagarde. Georgieva asumirá el próximo 1 de octubre y su mandato se extenderá por cinco años.

El Directorio destacó que la nueva jefa del FMI será la primera que proviene de un mercado emergente. Con todo, la búlgara fue la única persona que se registró para participar del concurso por el cargo.

“Quiero rendir homenaje a mi predecesora, Christine Lagarde, una gran líder y una querida amiga, cuya visión y trabajo incansable han contribuido mucho al éxito continuo del Fondo”, dijo Georgieva en un comunicado. Lagarde le deja como herencia la gestión de la relación con el país que recibió el mayor crédito otorgado alguna vez por el FMI y cuya situación económica y financiera se encuentra en peligro.