Shout At The Devil, el segundo disco que llevó a la masividad a la icónica banda californiana de glam metal Mötley Crüe cumple 4 décadas, y el grupo lo celebra con una reedición especial remasterizada. Se trata de un box-set bautizado Year Of The Devil, que saldrá el 27 de octubre, y que incluye versiones inéditas, demos, rarezas y que presenta el disco en formato CD, cassette, vinilo. También trae distintas “sorpresas” para los coleccionistas, como cartas de Tarot con los rostros de los músicos y una tabla espiritista, todo en referencia al arte del álbum.

Mötley Crüe había entrado en la escena de Los Ángeles dos años antes del lanzamiento de este disco; fue en 1981, como un proyecto impulsado por el bajista Nikki Six y el baterista Tommy Lee, hoy no sólo uno de los intérpretes más célebres en lo suyo, sino todo un personaje mediático. Ese mismo año, el grupo que se completaría con el cantante Vince Neil y el guitarrista Mick Mars. Su primer ñalbum, Too Fast for Love, salió ese mismo año. A su particular sonido, una potente mezcla de hard rock, glam y punk rock, Mötley Crüe sumaba una actitud que difícilmente podía pasar inadvertida: pelos batidos, maquillaje, ropa ajustada y teatral y el viejo lema de sexo, drogas y rocanrol como una filosofía que regía arriba y abajo del escenario.

Muy poco después de su debut discográfico, el 26 de septiembre de 1983 el cuarteto mostraba al mundo Shout At the Devil. Su segundo álbum era tan denso como festivo, deudor de la mejor tradición heavy pero con inconfundibles toques modernos: la apertura sombría y amenazante de “In The Beginning” es el pie para la canción que da nombre al disco, con los platillos de Tommy Lee marcando el ritmo y el coro que repite “¡Shout!”. Elevado a la categoría de himno, el tema se pega “Looks That Kill”, uno de los hits emblemáticos del disco y la banda.

Shout At The Devil sentó las bases del camino que seguiría la escena del rock de los 80s: la prueba son canciones súper veloces como “Bastard” o “Red Hot”, donde vive el germen de lo que sería “el” sonido Mötley Crüe. Pero también canciones que apelan a las melodías de guitarras metaleras más clásicas, como el instrumental “God Bless The Children of the Beast” y la balada pesada “Danger”, que cierra el disco. Entre referencias a la decadencia de la fama, el ocultismo y el sexo, se cuenta otro de sus grandes éxitos, “Too Young To Fall In Love”, que sobre machaques densos hace sonar un estribillo casi pop. Y están los muy pegadizaos “Knock ‘Em Dead, Kid”, “Ten Seconds To Love” y el particular cover de “Helter Skelter” de Los Beatles.    

Entre el éxito arrollador, los excesos, escándalos y dramas personales -bien reflejados en The Dirt, la producción de Netflix basada en el libro The Dirt: Confessions of the World’s Most Notorious Rock Band, una historia de la banda escrita por el propio grupo–, además cambios en la formación (la más notoria, la de Tommy Lee, que se alejó en 1999 y regresó en 2004), el grupo grabó en total nueve álbumes de estudio y dos en vivo. Ahora, el lanzamiento de Year Of The Devil coincide con una nueva gira mundial, que en breve los llevará por Japón y Australia.