Suaves, ondulantes, poderosamete atractivas como un canto de sirenas. Así son las canciones que Diego Frenkel trae desde el fondo del mar de su intimidad, un espacio profundo al que accedió a partir de ese sismo que implicó la pandemia. Una etapa que, por un lado, el músico reconoce como inspiración para este nuevo álbum solista, pero que tocó una sensibilidad que prefiere cuidar. «Uno no quiere revisitar los tiempos duros como estos. Pero a mí me salvaron, tanto de las circunstancias adversas como de las pérdidas, la música y el arte. Y gran parte de este disco tiene que ver con esos momentos que abrieron una puerta perceptiva hacia otros lugares y formas».

El soul es una de las fuentes primordiales de estas nueve canciones hechas para escuchar y flotar. Las armoniosas líneas melódicas sobre bases de hip-hop y elementos de la electrónica vuelven a Medusas un trabajo definitivamente actual, algo que Frenkel, hacedor de grandes éxitos como «El bar de la calle Rodney» o «Selva» junto con La Portuaria, conoce muy bien. Pero la gracia estuvo en salir de la zona de confort, más que apelar a lo conocido. En este caso, se trató de componer desde otro lugar. «Estaba en casa, con mi piano Fender Rhodes y jugando con programas digitales, un poco cansado de la guitarra. Armé entonces muchos pianos virtuales, que yo ni podía tocar, por eso los tocan mis amigos, salvo algunas armonías simples que sí grabé yo», dice en relación con la colaboración de los músicos Sebastián Schachtel, Diego Vainer y Nico Raffetta. La inspiración surgió de sus vinilos: desde Bill Evans a Debussy, de Ryüichi Sakamoto a Elvis Costello y Nina Simone. «Me pegaron muy fuerte en el alma de los inviernos pasados», ilustra sentimentalmente.

El tema que abre el disco se llama «Cuando salga», cuyo video filmaron, desde sus casas y con sus celulares, los actores Juan Minujín y Lorena Vega. «Si hay una función que cumple el arte desde hace mucho tiempo es habilitarnos la entrada a otras zonas de la realidad, que la cotidianeidad y el propio sistema en el que estamos inmersos no nos dejan hacer del todo. Y llevándolo a la música, como todas las otras artes en vivo que nos hacían tanta falta durante la pandemia, se trata de rituales de reunión, de los pocos y más trascendentes que quedan, en los que somos atravesados por la música y la poesía, generando sentido y mancomunión entre las personas».

De esa sensación nació Medusas. «La función del agua, tan sustancial, es como se ve en la tapa azul del disco, donde océano y universo se funden. El agua es también sinónimo de lo femenino, lo que no tiene forma y se adapta para lograr la continuidad. Hay mucho de ese groove, de esa cadencia suave. Es un disco de temas de medio tempo, no hay canciones agitadas. Y le puse Medusas porque entendía que ese espíritu es el que definía el alma del disco. Es una pulsión rítmica». Frenkel descubrió algunas cosas más. «Casi al terminarlo, cuando ya había armado la lista y había escrito el tema ‘Medusas’ hacía rato, me puse a investigar justamente sobre esos seres y de forma totalmente intuitiva, llegué a lugares que no podía creer». El cantante leyó acerca de una especie de este animal que mide apenas dos centímetros y es capaz de regenerarse una y otra vez en su ciclo vital, por lo cual puede considerarse inmortal. «La letra de la canción en un momento dice: ‘Un robot con tristeza nos pide amor, aceite y naturaleza, y la certeza de mortalidad’. El inconsciente es increíble».

Frenkel tiene una trayectoria muy diversa, de casi cuatro décadas. «Todo cambia con el tiempo y muchas cosas, con la edad. Con mis compañeros de La Portuaria hemos compartido experiencias grupales y tenemos la madurez de tener diversos proyectos todos. Eso hace que nos movamos distinto, hay más paciencia, por ejemplo. Si pienso cómo es la música hoy, me abruma, la verdad. Son tiempos duros, especialmente muy duros para la Argentina, y es muy difícil hacer música en este país. Creo que estamos muy metidos en tratar de pelear el presente y hacer lo que deseamos, como para pensar más allá de eso». «


Medusas

Nuevo disco solista de Diego Frenkel. Disponible en todas las plataformas digitales.



Una carrera con múltiples proyectos

Diego Frenkel empezó en los ’80 con la banda Clap, junto a Fernando Samalea, Sebastián Schachtel y Christian Basso. Pero fue su continuación, La Portuaria, el proyecto que marcaría su carrera y también la escena local, a partir de una mezcla de estilos y géneros con tradiciones sonoras de Latinoamérica, África y más allá, que los llevó a grabar junto a David Byrne. En paralelo, ya desde los ’90 el músico tuvo su proyecto solista. “A mí me movilizan las mutaciones, la metamorfosis constante de mi deseo es la manera de mantenerme vivo. Es el lugar donde encontrar la belleza de la juventud, pero en el sentido de descubrir, sintiéndose representado o bien comulgando con los distintos sonidos que las generaciones van produciendo, y que además vamos creando juntos. En el ’95, por ejemplo, sacamos Huija con La Portuaria, nos habíamos metido a fondo con el hip hop y también éramos contemporáneos a esa movida. Después fueron las bases electrónicas, que a su vez desarrollé en mi disco Frenkeltronic. El paso siguiente es Medusas, donde encontré un cruce entre formas más de canción, con armonía y melodías claras.”