Siempre existe algo oculto detrás de lo que vemos. Inspirado en ese concepto, el director Hugo Grosso le dio forma a un film dramático que cruza múltiples aristas personales y sociales. Se trata de Perros del viento, la flamante producción del realizador rosarino que ya llegó a los cines y cuenta en el rol protagónico a Luis Machín y las vitales actuaciones de Gilda Scarpetta, Roberto Suárez, Estrella Zapatero y Lorenzo Machín.

El relato comienza a partir de un hecho fortuito que desembocará en consecuencias trágicas. Laura (Scarpetta) pasea a su perra Lola por el Parque de España (Rosario), una rutina que repite sin sobresaltos desde hace años. Es un día como tantos, hasta que intempestivamente la siberiana se libera, corre desenfrenadamente, salta una valla de contención y se arroja al vacío. La muerte de la perra generará una fuerte consternación y pronto se sabrá que hay más casos de suicidios caninos, en ese mismo lugar y bajo las mismas circunstancias. Ariel (Machín) es un guionista y escritor que se autoexilió en España para escapar de su amor por Laura, la esposa de su mejor amigo, y trabaja en un ciclo televisivo sobre el comportamiento animal. Cuando recibe la información sobre los suicidios de perros en el Parque de España decide volver a Rosario. El reencuentro y el misterio del accionar canino marcarán el ritmo de la historia.

«Puede decirse tranquilamente que hace más de una década que se viene pensando esta producción y que, por distintos motivos se fue postergando, siendo el último de ellos el tema grave que desató mundialmente, la pandemia. Siento que esta es una película cuyo guión fue muy trabajado, tuvo distintas etapas y hasta diferentes versiones. Pero siempre me resultó muy atractivo. Lo conozco a Hugo Grosso desde hace muchos años y es la cuarta vez que trabajamos juntos. Él es rosarino, igual que yo, así que nos une ese aspecto de ser coterráneos, sumado a que esta película tiene una temática muy representativa del lugar», señala Machín en diálogo con Tiempo.

José María (Roberto Suárez), esposo de Laura y mejor amigo de Ariel, funciona como otro de los grandes catalizadores de esta historia. El contrato matrimonial, y una relación afectiva de larga data con el guionista que regresa funcionan como diques de contención para sentimientos que no podrán ser ocultados para siempre. Entre el drama de los perros suicidas se colará el misterio de cómo se dilucidará un amor de larga data marcado por las contradicciones.

En relación a lo singular de la trama, Machín reflexiona: «Es muy interesante trabajar sobre la base de un mito como este, el de los perros suicidas que saltan al precipicio y mueren. Sin ganas de revelar lo que se debe ver en una sala, esta es una historia donde se hace una especie de espejo en relación al comportamiento canino versus el humano, lo instintivo y lo emocional. El mito de todo esto se originó a principios de los ’90 y siempre me resultó muy atractivo porque desde que se conoció lo que pasaba con los perros se corrieron miles de historias y estoy seguro que se deben seguir tejiendo múltiples relatos alrededor de los hechos. Los perros que saltan al vacío funcionan como una metáfora que nos interpela. Pero la película también nos hace reflexionar sobre las malas decisiones que se toman siendo adulto y nos marcan para siempre».

Con respecto a las motivaciones psicológicas que van marcando el devenir de su personaje, el reconocido actor analiza: «Ariel vuelve a su país y lugar de origen, con todo lo que eso significa, por el tema de los perros. Pero su verdadera motivación es intentar saldar una cuenta pendiente que tiene con Laura y tratar de resolver la culpa que le produce estar enamorado de ella, la pareja de su mejor amigo. El amor y la culpa siempre son temas apasionantes. Luego hay otras dudas, pero se van develando con el correr de la película».

Machín también destaca el valor y cómo disfruta de volver a la actividad después del parate y la incertidumbre que implicó la pandemia. «Los actores y actrices no debemos olvidar que hasta hace muy poco los estrenos de nuestros trabajos no se daban de manera presencial. Uno concibe al cine en pantalla grande y en una sala, al menos los que hacemos cine tendemos a pensarlo de esa manera. Así que tener una película en las salas es algo muy alentador que me llena de alegría y entusiasmo», sostiene. Perros del viento lo pone particularmente orgulloso, pero también destaca inminentes proyectos por venir. «Que haya vuelto la actividad, poder estar trabajando otra vez intensamente, es algo muy alentador. Dentro de días voy a estrenar otra película llamada Siete perros, dirigida por Rodrigo Guerrero. Pero al mismo tiempo sigo con El mar de noche, un unipersonal que vengo realizando y llevando al interior del país desde hace unos años y que me sigue trayendo mucha satisfacción, tanto como hacer cine». «


Perros del viento

Una película de Hugo Grosso. Actúan: Luis Machín acompañado de Roberto Suárez, Gilda Scarpetta, Estrella Zapatero, Lorenzo Machín y elenco. En cines.