El día se termina. No hay garantía de recibir un abrazo de regreso a casa, ni nada demasiado especial que ilumine una rutina que se obstina en ser opaca y desabrida. Antes de hundirse en la desesperación, Pablo prefiere tocar el timbre de su amigo Ramón para volver a compartir el tedio, medio kilo de sambayón y alguna novedad que puedan rescatar de un gastado catálogo de películas triple X.

Más o menos así podría esbozarse la punta de un ovillo de enredos que Martín Piroyansky imaginó para Porno y helado, la nueva serie de Amazon Prime Video que lo tiene como autor, director y protagonista. Junto con Ignacio “Nachito” Saralegui y Sofía Morandi, el actor vuelve a desplegar aquello que tan bien sabe hacer: un humor de gags, por momentos ácido, otras veces tiernamente absurdo, pero siempre altamente efectivo. El elenco cuenta, además, con Favio Posca, Martín Pavlovsky y Susana Giménez, en una muy sonada participación.

Pocas cosas garantizan un comienzo (casi) infalible para una comedia como una historia de perdedores. “Pinta a un loser y pintarás el mundo” podría ser un buen refrán para describir el artilugio ya probado en incontables producciones del género. En el caso de Porno y helado Pablo (Piroyansky), Ramón (Saralegui) y Cecilia (Morandi) conforman un trío de jóvenes no tan jóvenes, que por una serie de equívocos y mezquindades fingirán tener una banda rock, intentando salvarse –cada cual por distintos motivos– de ser lo que inevitablemente son. “La idea del guión surgió hace 15 años. Yo vivía con un amigo músico que armó una banda. Ahí empecé a escribir lo que finalmente fue Porno y helado, aunque era bastante distinto en ese momento. Con el paso del tiempo, desde los 21 años que tenía entonces y los 36 que tengo ahora, envejecí. Ahí la trama empezó a cambiar”, cuenta Piroyansky.

Sin embargo, estos tres personajes de espíritu tardíamente adolescente logran llevar esos rasgos torpes, erráticos y universalmente reconocibles un poco más allá. En el caso particular del autor y director, a diferencia de los caracteres neuróticos que, aunque con matices, supo pintar en producciones propias como la película Voley o la serie Tiempo libre, su personificación de Pablo tiene un sesgo más oscuro, aun moviéndose siempre dentro de los límites de una ridiculez risueña.

–Tu personaje en la serie, claramente quiere salir del montón, pero en tu caso, cuando te inspiraste para crearlo ya actuabas y trabajabas en la tele. ¿Qué te llamaba tanto la atención de ser un rockero?

–Ellos ensayaban en mi casa y me parecía muy divertido el mundo de la música. Tengo una cierta frustración con tocar, me gusta mucho y me hubiese gustado de verdad, poder hacerlo. Hacer de rockero en esta serie es una especie de venganza personal aunque, si lo pienso, me escribí una ficción en la que tampoco soy músico de verdad. Qué poca imaginación tengo (risas).

–En estos 15 años que transcurrieron desde que imaginaste Porno y helado pasaron muchas cosas. ¿Cómo conservaste el entusiasmo por el proyecto?

–Había algo tan simple en el guión, que me parecía que valía la pena sostenerlo. Igual, yo estoy acostumbrado a que lleve muchos años realizar mis ideas. La película Voley la empecé a escribir unos siete u ocho años antes de filmarla. También era difícil que confiaran en mí, que me dejaran dirigir un proyecto así de grande… Pero en el medio fui haciendo mi carrera e incluso hoy sigo sosteniendo ideas de otros momentos que voy adaptando al presente.

Un golpe de suerte

Como muchos otros actores y actrices de su generación, a lo largo de su carrera Piroyansky trabajó tanto en grandes producciones como en proyectos independientes. En cine, televisión y teatro, en creaciones propias o ajenas, el actor, director y guionista forjó una experiencia importante dentro de la industria (ver recuadro). Hay que recalcar que como intérprete también destacó en dramas, aunque no hay dudas de que el humor lo convoca especialmente.

Más allá de un currículum frondoso, haber fichado para una compañía como Amazon Prime Video en pleno auge del streaming y con una idea original abre todo un espectro de posibilidades nuevas. “Realmente fue una oportunidad increíble tener semejante presupuesto para contar esta historia”, apunta el actor.

–El estreno llegó en 2022, pero ¿cómo se desarrolló la producción de la serie?

–Se dio todo un poquito antes de la pandemia. Fue justo durante 2020, cuando estábamos en el peor momento de la cuarentena obligatoria estricta, que nos dieron la luz verde para filmar, y era imposible hacerlo en la Argentina. Entonces se organizó todo para rodar en Uruguay, y finalmente, cuando empezamos a filmar allá, a principios de 2021, fueron ellos los que entraron en la peor fase de su pandemia… En un momento era el país con mayor cantidad de casos de Covid del continente. Todo pasaba mientras hacíamos la serie, porque, a partir de la política del presidente Lacalle Pou, no se paró el rodaje. A veces teníamos que interrumpir la filmación porque la gente hacía cacerolazos pidiendo cuidados mayores. Finalmente se rodó casi toda allá y un poquito en Buenos Aires.

–En Porno y helado la puesta en escena, la fotografía, el vestuario no solo hacen al tono sino que se vuelven un recurso muy importante para la comedia. ¿Cómo se planteó eso?

–Hubo mucho trabajo en cuanto a lograr una estética específica, que la serie tenga una impronta propia y no conformarnos con la típica puesta en escena, clásica y simple. Buscar algo en las lentes, que todo se vea más angular. También me importaba que las locaciones resultaran decadentes pero a la vez amables, cálidas, que no te quisieras matar al verlas. Hay una escena en el primer capítulo, en el que la casa de Cecilia aparece medio hecha pelota, pero también tiene algo cálido; o la casa de Ramón, que la arma con todos los productos del negocio donde trabaja. Sobre todo me importaba el bar, que es el típico bar porteño de luz de tubo, lleno de taxistas que están esperando para salir a dar una vuelta, pero llevado a algo más arruinado. Todo acompañado de un vestuario que tuviera que ver con las personalidades de los personajes, y que a la vez contrastaran con todo lo demás.

Si algo necesitaba Porno y helado para batir los récords del kitsch, era tener a Susana Giménez interpretando un papel. “Fue una idea de Amazon, le preguntaron si tenía ganas de participar y ella se copó y eligió qué personaje interpretar. La verdad es que fue una sorpresa cuando me lo dijeron. Le gustó ese papel porque es muy distinto al tipo de personajes que suele hacer, más ingenuos. Acá hace todo lo contrario; es la mujer de un político muy tonto, al que ella, desde las sombras, le maneja todo. Es maquiavélica, manipuladora, oscura, es decir, un personaje más serio”, describe Piroyansky. En cuanto al efecto que logra semejante crossover, el actor y director no lo duda: “Ver a Susana Giménez haciendo un papel más turbio es muy interesante. Y ella es muy buena comediante, es muy graciosa y muy magnética”. «


Tres son multitud

En Porno y helado, la base que sostiene la comedia no tiene cuatro puntos de apoyo, sino tres. Con trayectorias similares pero diversas, Nachito Saralegui y Sofía Morandi le otorgan a la serie los colores justos para pintar una historia tan atractiva como excéntrica. “Me llamaron para el casting en medio de la pandemia y dije: lo voy a hacer por si las moscas, porque seguro no voy a quedar”, cuenta Saralegui, el actor platense que se hizo conocido por lo videos de humor que comparte en YouTube y en sus redes, y que también hizo sus armas en el cine y el stand-up. «Fui pasando las etapas, y cuando el último día me dijeron que había quedado, de verdad que no me la creí». De su personaje, Ramón, opina que «tiene una honestidad brutal, dice lo que primero que se le viene a la cabeza sin temer a las consecuencias, y eso es muy distinto a cómo soy yo, que siempre tengo miedo de ofender a alguien. Eso es lo que más me divirtió».
La neuquina Sofía Morandi también arrancó como influencer en las redes, de ahí pasó al universo teenager de Nickelodeon –donde fue parte de varias producciones– hasta que conoció la masividad, primero como participante, luego como ganadora, junto con el también youtuber y actor Julián Serramo, de la edición 2018 de Bailando por un sueño. Actriz y bailarina, hizo cine y teatro, y en Porno y helado encarna a una joven embustera que intenta librarse de las deudas y una vida sin rumbo con estafas piramidales. “De mi personaje, Cecilia, me gusta que piensa solamente en ella. Cree que puede sola con todo y, por momentos es muy vulnerable. En eso, definitivamente, encuentro algo que me moviliza”.


Versátil e hiperactivo

Martín Piroyansky empezó su carrera como parte de esa célebre camada de niños y niñas que a mediados de los ’90 coparon la pantalla de la extinta señal Cablín, desde el inolvidable Magazine for fai. La genial creación de Mex Urtizberea, entre la que se contaban muchos actores y actrices hoy reconocidos, fue el primer paso de un camino en el que el actor, guionista y director de Porno y helado continúa hasta ahora.
La trayectoria de Piroyansky pisa fuerte en lo audiovisual: cine, televisión y los derivados que hoy permite el streaming. Su producción es prolífica: como intérprete, en la pantalla grande colaboró varias veces con Ariel Winograd, entre otras, en películas como Cara de queso, Mi primera boda o la reciente Hoy se arregla el mundo. En un registro muy diferente, el actor fue protagonista de XXY, de Lucía Puenzo, o La araña vampiro, de Gabriel Medina, que le valió el premio Bafici al mejor actor en 2012. Como director, Piroyansky no se privó de experimentar casi con ningún formato. Hizo cortos, entre ellos No me ama, donde también actúa. Y filmó largos, como Abril en Nueva York y Voley, el más popular hasta ahora. También explotó las posibilidades que trajo Internet, y así ideó Famoso, la serie que protagonizaba desde YouTube, para Isat, Martín Garabal, y con una propuesta (¿obsesión?) similar de cruzar la ficción y la realidad del mundo del espectáculo, la desopilante Tiempo libre, donde el appel central, en este caso, corre por su cuenta. En el último tiempo, Piroyansky fue parte del elenco de Maradona: sueño bendito y de la serie de Movistar Play Manual de supervivencia.

Porno y helado

Una serie creada, escrita y dirigida por Martín Piroyansky. Con Martín Piroyansky, Nachito Saralegui, Sofía Morandi, Eliseo Barrionuevo, Martín Pavlovsky, Favio Posca, Javier Niklison, Santiago Korovsky y Santiago Talledo. Participación especial: Susana Giménez. Producción: Navajo Films. Disponible en Amazon Prime Video.