El 69º Festival de Berlín firmó la resolución 5050×2020 para una igualdad de género en cine y una mayor inclusión femenina en la industria del espectáculo. La Berlinale es el último de los grandes festivales europeos después de Venecia y Cannes, pero ya este año ha procedido a un incremento récord en la presencia de cineastas mujeres en concurso y en las demás reseñas paralelas oficiales.

Es así que un tercio de los films candidatos a los Osos de Oro y Plata, que asignará el 16 de febrero un jurado presidido por la actriz francesa Juliette Binoche, ha sido dirigido por mujeres, empezando por el film inaugural, “The Kindness of Strangers” de la danesa Lone Scherlig. Pero aquí no se trata de números sino de calidad ya que tres de las cuatro películas presentadas hasta ahora, son firmes candidatas a los premios finales.

Este es el caso de “Systemsprenger” (Destructora de sistemas) de la alemana Nora Fingscheidt (que pasó su niñez en Argentina), que cuenta el drama de una niña violenta y autodestructiva, como “Der Boden unter den Füssen” (El suelo debajo de los pies) de la austríaca Marie Kreutzer sobre una mujer en carrera que entra progresivamente en la locura, y “Gospod postoi, imeto i’ e Petrunija” (Dios existe y se llama Petrunya) de Teona Strugar Mitevska, sobre una mujer que osa desafiar el machismo imperante en su país, son films con una temática y una óptica que solo pueden proceder de una visión femenina.

De las tres, la mejor, por originalidad temática y estilística, es «Petrunya”, historia de una joven que a los 32 años no tiene posibilidades de entrar en el mundo del trabajo, al carecer de otra cualidad que no sea la de historiadora, mientras contra ella, además de su edad, conspira físicamente una ostentada obesidad.

Desesperada por un nuevo frustrado intento de conseguir trabajo, Petrunya no encontrará mejor idea que la de superar a un grupo de varones, rescatando del agua a un crucifijo durante una ceremonia religiosa reservada desde hacía 400 años nada más que los hombres. 

Todo el pueblo se levantará en su contra menos una periodista televisiva que denunciará al país la intolerancia de género que aún persiste en Macedonia. Magníficamente interpretada por una Zorica Nusheva de rostro angelical, que revela poco a poco la fuerza de sus convicciones, el film es el retrato de una sociedad machista que no tolera una intrusión femenina fuera de la cama y de la cocina.

Otra gran interpretación es la de Helena Zengel, la niña protagonista de “Systemsprenger”, que bien podría traducirse como “Contra toda regla”, sujeta a accesos de furia violenta que desencadena incluso contra aquellos que tratan de ayudarla. Y mencionable también es la austríaca Valerie Pachner, ambiciosa mujer en carrera que se gana la vida generando desempleo y achicando empresas, que cuida de una hermana esquizofrénica sin darse cuenta que también en ella crece el germen de la locura.

Solo Lone Scherlig no ha estado a la altura de sus colegas femeninas firmando con “La gentileza de los extraños” un film convencional donde se entrecruzan historias con improbables finales felices, solamente iluminado por una convincente actuación de Zoe Kazan, también ella firme candidata al Oso de Plata a la mejor actriz.